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AFE

Miño y Cifu, dos jugadores con experiencia en busca de un equipo

El portero catalán, campeón de Europa Sub-21, y el lateral granadino, con recorrido en clubes de Primera y Segunda División, se encuentran estos días en la XXX edición de las Sesiones AFE.

Miño y Cifu calientan durante el primer partido de las Sesiones AFE.

Rubén Miño (Cornellá de Llobregat, 1989) ha vivido las dos caras del fútbol. Canterano del Barça durante nueve temporadas, debutó con el primer equipo culé de la mano de Guardiola y se proclamó campeón de Europa Sub-21 junto a una de las generaciones más exitosas del fútbol español. Eusebio, Luis Enrique, Luis Milla...el catalán ha trabajado a las órdenes de algunos de los mejores entrenadores del panorama nacional. Cosas del fútbol, a los 33 años se ha visto en una situación que para ningún futbolista es agradable, la de quedarse sin equipo. “Es jodido dejar de jugar. Si en el caso de un jugador de campo ya resulta difícil, para un portero es todavía más complicado”. Miño finalizó su vinculación con el C.F. Talavera, de Primera RFEF, a finales de mayo y desde entonces no ha vuelto a competir. Ha estado seis meses entrenando con el Cornellá, pero reconoce que no es lo mismo. “Se hace duro mantener esa ilusión y esa concentración”.

Pese a todo, el guardameta no pierde la sonrisa. Atiende a As desde Campoamor (Alicante), donde desde este lunes se celebra la XXX edición de las Sesiones AFE, una iniciativa de la agrupación dirigida por David Aganzo que pretende dar la oportunidad a futbolistas sin contrato de formar parte de un equipo durante dos semanas. El objetivo principal es mantenerse en el mejor estado de forma posible y encontrar equipo. “Las condiciones son de Primera División. Después de unos meses en los que dejas de sentirte futbolista, esto es de agradecer”. En la concentración, Miño es una voz autorizada. Comparte día a día con futbolistas con experiencia en categorías muy dispares del fútbol español. Desde Primera División hasta Tercera RFEF. Muchos de ellos son jóvenes. “Les intento transmitir esa tranquilidad. Quedarte sin equipo es algo que forma parte del fútbol. Nos viene muy bien estar en contacto entre nosotros”.

Miño se prepara durante la concentración | Foto: Fito González
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Miño se prepara durante la concentración | Foto: Fito González

El catalán conoce a la perfección los intríngulis del oficio. Le avala su experiencia. Compartí vestuario con Jordi Alba, Víctor Ruiz, Giovanni Dos Santos, Bartra, Nolito, Oriol Romeu...Lo ves con perspectiva y te da rabia no haberlo aprovechado más”. No obstante, el portero se muestra satisfecho con su carrera. “A compañeros que en cadetes tenían grandes condiciones luego les costó. El fútbol es caprichoso”, reconoce. De su periplo como blaugrana recuerda con cariño todo, desde su llegada a los doce años hasta su debut con el primer equipo, pasando por los exigentes entrenamientos de Luis Enrique en el Barça B. El asturiano, según Miño, no era el mismo entrenador que es hoy. “Tenía una obsesión por la preparación física. Venía de correr Iron Mans y hacía unos entrenamientos muy duros, con una pretemporada durísima”. Con el tiempo, eso cambió. “Fue evolucionando. Sustituyó esa filosofía por trabajo más analítico, más táctico. Fue creando su estilo”.

“Luis Enrique tenía una obsesión con la preparación física. Venía de correr Iron Mans y hacía unos entrenamientos muy duros”

Rubén Miño

De esa etapa, Miño guarda grabadas a fuego en la memoria sus experiencias con el primer equipo. “Poder debutar, estar en Wembley, en el Mundial de clubes...es algo increíble y que le debo a Guardiola”. El de Sampedor (Barcelona) le dio la oportunidad de vivir lo que es formar parte de una plantilla como la culé, y aunque su experiencia a sus órdenes fue fugaz, al canterano le marcó. “Estaba empezando en aquel momento su carrera como entrenador y ya era algo extraordinario. Yo nunca volví a vivir ese ritmo de análisis táctico. Tenía una marcha más que los demás, tanto en análisis como en dominar el lenguaje”.

Rubén Miño, junto a Víctor Valdés, en 2007, durante un entrenamiento del Barcelona.
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Rubén Miño, junto a Víctor Valdés, en 2007, durante un entrenamiento del Barcelona.ENRIC FONTCUBERTADIARIO AS

No es el único entrenador del que aprendió el cancerbero. En el verano previo (2011) a su último año en Can Barça Luis Milla le incluyó en la lista de convocados para el Europeo Sub 21 de Dinamarca que España acabaría conquistando. “Teníamos un equipazo. Estaba Thiago Alcántara, Mata, Javi Martínez, Ander Herrera...Dominamos todo el torneo”. Miño, con De Gea por delante, no contó con minutos, pero lo disfrutó igual. “Fue muy bonita aquella época. Hacía muchos años que la Sub 21 no ganaba algo y a partir de ahí se ganaron varios campeonatos. Ese torneo sembró el camino de lo que vino después”.

De izquierda a derecha, David De Gea, Oier Olazábal y Rubén Miño, durante el Campeonato de Europa Sub-21 de 2011
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De izquierda a derecha, David De Gea, Oier Olazábal y Rubén Miño, durante el Campeonato de Europa Sub-21 de 2011RAFA APARICIODiario AS

Tras esa última temporada en Barcelona, el de Cornellá de Llobregat aterrizó en Mallorca para tratar de mantener al equipo en Primera. El conjunto bermellón acabó finalmente descendiendo y Miño jugó en la isla las dos siguientes temporadas, ya en Segunda. Después vinieron el Oviedo, experiencias en Chipre, en Rumanía...hasta regresar a España para jugar en Segunda División B con la U.D. Logroñés (19-20) y lograr el ascenso a la categoría de plata. Un año en Logroño y otro en Talavera después, el canterano barcelonista se ha visto en una situación poco corriente en su carrera, pero que acepta con naturalidad. “El fútbol es así. El nivel en España es muy alto y resulta difícil mantenerte en la élite. Eso habla bien del fútbol español. Te obliga a reinventarte”.

Ahora, Miño se siente cómodo. Este jueves disfrutó de sus primeros minutos en el amistoso que la Selección AFE disputó ante el Murcia Imperial, con buenas sensaciones. “Está yendo todo muy bien. Espero ponerme en forma y seguir disfrutando junto al resto. Hay muchos jugadores con talento y esto simplemente son circunstancias del fútbol”, concluye.

Cifu, de Tercera a Primera División a base de insistencia

Uno de esos jugadores es Miguel Ángel Garrido Cifuentes (32 años), alias Cifu, otro futbolista del equipo con experiencia en Primera y uno de los máximos referentes para los más jóvenes de la Selección AFE. Al preguntarle sobre la forma en que veteranos y jóvenes han congeniado, responde satisfecho. “Lo gestionamos muy bien. Cada uno ha tenido su recorrido, pero todos somos compañeros. Vengo desde el cariño a la profesión y la empatía a otros”. Sus últimos meses también han sido complicados. Al término de la temporada pasada, tras disputar 28 partidos con el Ibiza en Segunda División y anotar un gol, se topó con un “despido injusto”. “Fue una temporada buena, pero el club quería hacer ciertos cambios y no llegamos a un acuerdo. Me vi con el mercado ya cerrado y sin equipo”.

Nino y Cifu, ex compañeros en el Elche, se saludan. | Foto: Fito González
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Nino y Cifu, ex compañeros en el Elche, se saludan. | Foto: Fito González

La situación se encuentra judicializada, pero Cifu tiene la conciencia tranquila. El conjunto celeste consiguió el objetivo de la permanencia y su participación fue notable. “Por rendimiento y por comportamiento, no debería haberse producido”. El lateral sirve de inspiración para otros integrantes del equipo que acostumbran a categorías más modestas. Y es que sus inicios son similares a los de muchos de ellos. El de Zújar (Granada) no jugó en la cantera de ningún grande durante su etapa formativa. Las categorías inferiores del Alicante, a donde se mudó con su familia a una temprana edad, fueron su único trampolín. Desde ellas escaló hasta el fútbol profesional de una forma constante y progresiva. Arrancó su etapa como amateur con el Torrellano-Íllice en Tercera. Después vinieron el Orihuela en Segunda B, y el filial del Elche (primero en Tercera y después, de nuevo, en la categoría de bronce del fútbol español).

A partir de ahí todo fue fútbol profesional. La puerta del primer equipo franjiverde, por aquel entonces en Primera, no se le terminó de abrir y el Girona se hizo, al curso siguiente, con sus servicios para jugar en Segunda División en calidad de cedido. Allí cuajó una de las mejores temporadas de su carrera. “Fue un año espectacular. Mi primera experiencia fuera de casa y estuvimos cerca de subir a Primera”. Ese mismo verano regresó al Elche para formar parte, esta vez sí, tras el descenso administrativo al que se había visto abocado el club, de la primera plantilla. En el Martínez Valero jugó la temporada 15-16, pero Alicante no iba a ser ni mucho menos su último destino. Y es que la carrera del defensor es la de un auténtico trotamundos, versión España. Tanto en el Girona como en el Málaga y el Elche vivió dos etapas distintas. De los tres clubes se marchó para luego regresar. “Son cosas del fútbol. En los equipos en los que has jugado cuentas con ese cariño, ese reconocimiento, te conocen más...guardo muy buenos recuerdos de todos los sitios en los que he estado”.

Cifu disputa un balón con Pedraza durante un Elche - Villarreal.
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Cifu disputa un balón con Pedraza durante un Elche - Villarreal.JOSE JORDANAFP

El Málaga le dio la oportunidad de debutar en Primera (17-18), y el Elche, de repetir hace apenas dos años (20-21). Jugó 14 partidos con el conjunto ilicitano en la máxima categoría, antes de firmar por el Ibiza. El Albacete también había formado parte de su recorrido años antes. Después de tanto fútbol vivido, fue difícil para él verse en esta nueva situación. “Los primeros meses son frustrantes, pero me lo he intentado tomar con la mayor naturalidad posible, disfrutar de otras cosas como la familia, pero sin desconectarme”.

Rubén Miño y Cifu posan en la concentración.
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Rubén Miño y Cifu posan en la concentración.

En este tiempo ha entrenado con el filial del Elche, con el que ha disputado también algún partido, y la Selección AFE le permite continuar con esa preparación. “Me parece una iniciativa espectacular para los jugadores. Te da la opción de estar con gente de primer nivel y mantenerte en la rueda. En momentos complicados esto hace que no te sientas tan perdido”. De las dos semanas de concentración Cifu espera “salir fuerte y en el mejor estado de forma posible de cara a una posible oferta”, y considera que, a sus 32 años, todavía tiene mucho que decir.