Mikel Balenziaga llega a tiempo para firmar su partido 500
El lateral vasco supera sus molestias y entra en la lista del SD Logroñés - Deportivo, encuentro con el que alcanzará el medio millar. Las Supercopas al Barça y el Nápoles en Champions, son sus mejores recuerdos.
Quizá un partido a inicios de febrero en Primera Federación no tendría más aliciente que el de mantener la buena racha con la que el Deportivo llega al duelo con la SD Logroñés. Pero el encuentro tendrá un componente muy especial para Mikel Balenziaga, a las puertas de disputar el partido 500 de su carrera. El lateral vasco ha estado entre algodones durante la semana, pero se ha recuperado y entra en la lista para la posibilidad de coronar una cifra al alcance de muy pocos.
Desde aquel 12 de diciembre de 2006 en su debut con la Real Sociedad B ante el filial del Valladolid han pasado muchas temporadas, partidos y anécdotas. Como la de probablemente una de sus espinas clavadas: perderse el Europeo Sub-19 de 2007. Balenziaga era un fijo en las convocatorias de Ginés Meléndez, pero una lesión en el último momento lo dejó fuera del torneo en el que la selección de los Azpilicueta, Diego Capel, Mata o el exdeportivista Adrián López repetirían el título logrado ya un verano antes.
No impidió eso que el de Zumarraga siguiese con su meteórico ascenso, llegando a Primera - ya con la camiseta del Athletic - cuando todavía no habían pasado dos años desde su estreno en el fútbol de bronce. Quizá fue algo pronto y tocó seguir picando piedra con dos exilios a Soria y Valladolid, donde regresó a la élite con un ascenso que ya lo asentaría en la máxima categoría... y en San Mamés. Diez temporadas consecutivas defendiendo el carril zurdo hasta que este verano se apuntó a su última gran reto: devolver al Depor al fútbol profesional.
De profesión, titular
Y en A Coruña no tardó en hacerse con el vestuario ni tampoco con el puesto. Respetado por todos desde el primer minuto - es uno de los capitanes desde principio de temporada -, las dudas del entorno en pretemporada no las compró Idiakez, que le dio la titularidad desde el primer momento. Porque eso es lo que ha hecho Balenziaga en toda su carrera, ser un fijo para sus entrenadores. De los 499 partidos que suma actualmente, ha salido de inicio en 460 y ha disputado completos 396. Pura consistencia de una trayectoria que registra casi 28 partidos de media a lo largo de 18 temporadas.
El grueso de su carrera ha vestido, por supuesto, la rojiblanca del Athletic, con 321 apariciones entre Primera, Copa, Supercopas, UEFA Europa League y Champions. Valladolid, Real B, Numancia y ahora el Deportivo completan su hoja de servicio. Los mejores recuerdos, en todo caso, son de San Mamés: “Las dos Supercopas que ganamos, la de doble partido al Barça con el 4-0 en San Mamés, la última que ganamos en la prórroga... pero sobre todo, la previa de Champions contra el Nápoles. Veníamos con un empate y ganamos 3-1 en casa”.
Con Mikel Balenziaga es más difícil perder
Y es que a consistencia de Balenziaga va más allá de un aspecto cuantitativo. Porque si algo deja claro su camino en el fútbol profesional, es que con él en el campo tu equipo está más lejos de perder un partido. Durante su estancia en todos los clubs que ha estado, ninguno supera el 33% de derrotas. Es decir, como mucho, cae en 1 de cada 3 partidos. En el Depor, como en el Valladolid o el Athletic, su porcentaje de victorias se va hasta el 44 por ciento.
No es algo que se le suela pedir a un lateral, pero donde no ha destacado es en su faceta goleadora. De hecho, hace poco que marcó el segundo tanto en su carrera. Fue ya con la camiseta blanquiazul para darle al Depor el empate frente al Sestao.
Disfrutando de la recta final
A finales de febrero cumple 36 años y aunque es consciente de en qué punto está su carrera, no mira todavía al final: “El horizonte está cercano. Tengo 35 años y eso está claro. Pero lo que quiero es seguir disfrutando del día a día y sobre todo seguir sintiéndome útil en el campo. El retiro lo veo por dos cosas: que desaparezca la ilusión o porque ya no me sienta útil en el campo, en entrenamientos o en partidos. Yo creo que lo mío va a ser más repentino. No voy a querer estar entrenando ni jugando sin ilusión. O cuando sienta dolores, lesiones... por eso creo que va a ser así. No sé cuándo, pero será así”.