Manuel Ángel tiene trabajo

Hay esperanza, también mucho trabajo. Porque Raúl recupera a Manuel Ángel para la causa. Adiós a sus problemas de espalda. Primeros minutos del 8. Aceleró al equipo y parecía que así llegaría el triunfo, pero no fue suficiente. El Yeclano supo aguantar después de haber logrado igualar el golpe inicial. Un filial blanco que mejoró su imagen, aunque se volvió a topar con la falta de colmillo. Y sigue en descenso. Raúl necesita afilar al Castilla antes de que sea demasiado tarde.

Y eso que todo comenzó cuesta abajo. A veces se busca con ahínco y no aparece, otras aparece casi sin buscarlo. El gol es así de caprichoso. Tan esquivo con el Castilla casi siempre, los de Raúl se encontraron con un tanto como casi nunca, con un golpe de suerte. Zúñiga caracoleaba en banda, lanzaba un globo al área al cielo y Yusi lo desencapotaba. Control, disparo con la zurda, rebote en la defensa, vaselina fortuita y a la red. Prácticamente sin haberse asentado en el campo, el Yeclano se encontraba un repecho hors catégorie. Y el Castilla un tobogán. Sólo había anotado cinco goles el filial blanco y recibido cuatro el club murciano. Y, de repente, todo patas arriba.

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Pol Fortuny, en su primera titularidad con el Castilla (esguince de tobillo de Víctor Muñoz), buscaba pescar en río revuelto. Su zurda y la omnipresencia de Gonzalo, delantero, interior y centrocampista, auspiciaban minutos que auguraban el segundo. También la brega de Zúñiga, vencedor de todas las batallas excepto la del gol. Porque tuvo una clarísima tras servicio de su tocayo Aguado. La empaló en soledad en el punto de penalti, pero se fue a las nubes. Había dominio, runrún, pero también arranques fogosos del Yeclano. No obstante, era el balón parado, la bota de Olmedo, la que de verdad instalaba el nerviosismo en un inicio de ida y vuelta. Y así se congeló el fulgor castillista. Una falta botada en el 23′ por el lateral derecho visitante acabó en la coronilla de Naranjo. Balón peinado en el corazón del área y empate. Fran González no voló lo suficiente y reinicio.

Ocasiones esporádicas desde entonces. Fortuny casi enjaula una falta directa desde 30 metros y poco después filtró un balón que De Llanos mandó a las manos de Iván Martínez. Pero el Yeclano, con las tablas, se había fortificado. Ese está siendo su secreto para caminar tranquilo como recién ascendido y el Castilla comenzó a probarlo en ese tramo hasta el refrigerio. Los bríos del inicio quedaron congelados.

La esperanza es Manuel Ángel

Hasta que apareció Manuel Ángel. Unos problemas de espalda le dejaron sin pretemporada con el primer equipo y han alargado su estreno con el Castilla. Raúl le esperaba como agua de mayo y cayó como un chaparrón sobre el Yeclano. “Un poco de Manuel Ángel es mucho”, se escuchó en la retransmisión. Una gran verdad que no tardó en tomar cuerpo. El 8 se hizo con la manija y nada más entrar, zurdazo desde la esquina. Poco después, amarillas forzada a Juanje y centro peligroso al área. Mucho más ritmo, mucho dominio. Vuelta al comienzo y el Yeclano se arropó.

Raúl buscó el mentón con el carrusel de cambios. Se defendían los de Adrián Hernández. Mirando más a la clasificación que al área rival. Pero el asedio del Castilla fue romo. Sin llegar a oler sangre. Mucha intención, poco peligro. Mejora en las sensaciones, no en la puntería ni en la llegada. El filial blanco buscó, pero no encontró. Y así no se sale del descenso. La esperanza es Manuel Ángel. Hoy Mami lo cambió todo, menos el colmillo.

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