Manuel Ángel ‘llama’ a Xabi

Todo para el final, el día final. Para que, a partir de ahora, comience todo. Después de un duelo de vuelos bajos hasta que se dispararon los tensiómetros. Casi 80 minutos de calma. De posesión eterna del Castilla, pero inerme. Ante un Alcorcón que se presentó con las armas bajas al Di Stéfano. Hasta que llegó Manuel Ángel. Hasta que aprovechó un barullo para pescar donde lo hacen los listos. Y con la calma de los futbolistas diferentes. Él es ambas cosas y él abrió la lata. Pero una mala salida de Súnico poco después de pisar césped acabó en empate exprés de Mariano. La locura en los postres acabó con expulsión de Roberto. Aunque todo ese ruido no opaca los decibelios de Manuel Ángel. El faro del Castilla. El cerebro, cuando Xabi antes en búsqueda de uno...

Un futbolista diferente y diferencial. Al que las lesiones han torturado hasta cerrar las puertas del primer equipo cuando empezaban a abrirse. Le ocurrió el curso pasado, no subió al avión de la pretemporada por una espalda que le dio mucho la lata. También en el presente, cuando unas molestias le obligaron a bajarse del ensayo con los mayores y ahí aparecieron Thiago Pitarch y su explosión. Pero Mami, como todos le conocen en La Fábrica, no baja los brazos. El tanto ante el Alcorcón fue la guinda a una pretemporada de altos vuelos. Y ante los alfareros, amén de golear, dirigió, como suele hacer. Como hará, si la enfermería le respeta, con Arbeloa. Solo necesita salud. Lo demás viene de serie.

La dupla Joan-Lamini

Fue una de las notas más positivas de un duelo que había tenido por protagonistas a las zagas. El dominio eterno del Castilla, con el capi y Cestero a los manos, no lograba descerrajar al Alcor que plantó muy firme Pablo Álvarez. Y cuando estos trataban de estirarse se topaban con un muro. Con la muralla levantada por Joan Martínez y Lamini Fati. Excelentes en las coberturas, en el juego aéreo y, cuando no había conatos de peligro, con balón. Apuntan a pareja titular para Arbeloa en el kilómetro ante el Lugo (viernes 29, 19:15).

Ante tanta robustez, apenas una ocasión. Clarísima, eso sí. De Zúñiga al abrigo del descanso. Ya saben, esta mañana, todo para el final. David Jiménez, de inicio en lugar de Fortea, buscó el corazón del área y el killer remató con ese órgano, pero sin puntería. Poco más. Empate a nada en esos 45 minutos. Y apenas Mariano como alma libre trataba de crear peligro para los visitantes.

Nueve minutos de locura

Un guion que siguió inmutable. Hasta que todo se agitó. Y de qué manera. Primero Fran González salvó, un día más, a los suyos. A lo Courtois, atento cuando había que estarlo. Abajo, con reflejos, ante un chutazo cercano de Llorente. Y después llegaría el barullo. Un lío en el área en el que Manuel Ángel apareció y ajustició. Un tanto que parecía sellar la pretemporada blanca con triunfo, pero no.

Arbeloa movió el árbol y quiso premiar a Súnico con ese tramo final. Sin apenas tiempo de ajustarse los guantes, Yael colgó una falta lateral con muchísimo veneno. Donde más duele. Y dolió. Joan Martínez trató de despejar y el portero hizo lo propio, aunque en semifallo, dejando desguarnecida la meta. Y así, con todo a favor, Mariano, premio a su empeño, cabeceó a la red. En un visto y no visto, tablas.

Todo como al inicio, pero con la tensión mucho más alta. Tanta que Roberto, con una entrada a destiempo, vio cómo su expulsión amargaba un verano donde su fútbol le ha llevado ha estrenarse con los mayores en Tirol. Y triple silbatazo, cuando se estaba calentando un amistoso al que se le estaba poniendo cara de partido de verdad. El Alcorcón tendrá otro ensayo más (mañana, Atlético Baleares) antes de viajar a Vila-Real (abren ante el filial groguet). El Castilla ya mira al Lugo. Y Arbeloa tiene muchas cosas claras. Entre ellas, que la pareja Lamini-Joan funciona.

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