Málaga y Celta B, dos equipos en busca de la fortuna
Cara o cruz entre Málaga y Celta Fortuna en una Rosaleda que sueña con meter 30.000 espectadores. El 2-2 de Balaídos da ventaja al Málaga por su mejor clasificación en la liga regular.
Pocas veces el famoso y evitado latiguillo “esto es una final” cobra mayor sentido. Partido dramático entre Málaga y Celta Fortuna a cara o cruz o, como diría el general Prim, “o faja, o caja”. Faja de general y caja de muerto. Solo puede quedar uno en este duelo. La urgencia histórica de los blanquiazules contra la necesidad céltica de que su segundo equipo esté en el fútbol profesional a efecto de potenciar las prestaciones de sus jugadores.
Puede parecer que el Celta Fortuna es un equipo bisoño e inexperto por su condición de filial. Pero la realidad es que lleva haciendo las cosas bien en los últimos años hasta el extremo de que, con ésta, ya acumula cuatro playoffs de ascenso. Y alguna vez le puede sonreír la fortuna. En el encuentro de ida disputado en Balaídos demostró lo mucho y bueno que atesora. Un triunvirato al que se le caen los goles de los bolsillos. Alfon, Pablo Durán y Raúl Blanco, dos jugadores consagrados con el primer equipo, Damián y Hugo Álvarez, por no mencionar una propuesta ofensiva y atractiva que al Málaga le dio más de un quebradero de cabeza.
Los malagueños están en el filo de la navaja. Todo lo que no sea el ascenso será considerado como un fracaso colosal. Y no valdrá ningún tipo de rollo lacrimógeno de “Hemos luchado hasta el final”. La Primera RFEF es una categoría durísima con equipos muy poderosos”. “El árbitro nos ha perjudicado” y bla, bla, bla. Esta es la realidad basada en todos los polvos de antaño convertidos en lodo hogaño. La presión del equipo grande de la que tan difícil es escaquearse.
La semana trajo una novedad que puso los pelos de punta a la parroquia malaguista. Roberto, el pichichi del equipo, 16 goles, se ha entrenado a menor ritmo por culpa de unas molestias. Sería poco menos que una catástrofe que el Málaga se quedase en tiempos tan decisivos sin su único delantero con olfato contrastado.
Lleno en el estadio
Una cosa es que La Rosaleda coloque el cartel de ‘no hay billetes’, bonito para la galería y otra cosa, que se complete su capacidad de 30.334 espectadores. Esto solo ha pasado dos veces una en 2017 en un Málaga-Real Madrid donde los blancos se jugaban la Liga y vinieron madridistas de toda Andalucía. La otra vez fue en 2022 en un España-República Checa. La anterior vez que el Málaga jugó una eliminatoria de promoción, en este caso de ascenso a Primera, fue en 2019. Metió a 27.775 aficionados contra el Deportivo en un choque saldado con derrota y punto negativo de inflexión.
La posibilidad de que la bombonera malacitana sea una caldera en ebullición no achanta al técnico del Fortuna. De hecho, Fredi Álvarez reta a su oponente: “Ya sabemos lo que es ganar ante 30.000 espectadores” rememorando la victoria en el hogar del Deportivo en un Riazor abarrotado.
A pesar del gol anotado a los 93′ por Pablo Durán para poner el 2-2, el Málaga tiene ventaja porque si el partido, tanto en su tiempo regular de 90 minutos como el añadido de 30′, concluye en empate, no habrá resolución desde el punto de penalti, sino que pasará de ronda el mejor clasificado en la liga regular. El Málaga quedó tercero y el Celta cuarto. Mal harían los blanquiazules en dormirse en los laureles en una serie está a un 50% de opciones. Nada está cerrado de antemano.
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