NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

VALENCIA

Javi Guerra, ‘boom’ en su Gilet natal

AS recorre la localidad de uno de los ‘salvadores’ del Valencia. El mediocentro ha desatado la locura. La peña valencianista llevará su nombre. El estadio también podría hacerlo en breve.

Javi Guerra, ‘boom’ en su Gilet natal
Alberto Iranzo

Cuentan por Gilet que el gol de Javi Guerra al Valladolid se celebró con la misma pasión y locura que el de Iniesta en la final del Mundial de Sudáfrica. No exageran en este pueblo valenciano, situado en el interior, cerca de Sagunto y que ha crecido hasta los 3.800 habitantes tras la pandemia. Entre sus lugareños, destaca uno de los héroes de la salvación del Valencia. El ‘xic del poble’, presume con orgullo Gilet cuando tiene que referirse al chaval que ha situado esta población en el mapa.

En una localidad tranquila, en la que el tiempo pasa despacio en parte por su famoso Monasterio Espíritu Santo, Javi Guerra ha llevado la revolución. Su gol e irrupción con el primer equipo han desatado la ‘Guerramanía’ y también la ‘Valenciamanía’ en Gilet. En el campo de fútbol de la Maladicha, todos los niños, los 200 que forman la escuela, quieren ser Javi Guerra. No piensan ni en Vinicius, Griezmann ni Lewandowski. Allí manda el mediocentro che, esta temporada con el ‘36′ en la espalda y recién renovado por el Valencia hasta 2027.

Javi Guerra vive en Gilet, en el centro del pueblo. No hay día que pase en el que varios niños se junten en la puerta de su casa para tocarle al timbre o se lo encuentren paseando para pedirle una foto. El centrocampista siempre pone buena cara. Y más con sus paisanos, que están deseando ver cómo continúa la evolución de un chico “tímido y con la cabeza en su sitio”. Guerra nunca ha jugado en la plaza del pueblo al fútbol. Tampoco en la calle, como cientos de niños. Pero eso no le ha impedido ser un tipo cariñoso y querido en su localidad.

“Siempre pensamos que Javi llegaría. Recuerdo la preocupación que teníamos cuando salió del Villarreal por saber dónde iría. Al final, el salto que tanto miedo nos dio, salió de maravilla. Javi ha puesto a Gilet en el mapa. Es un lujo para nosotros contar con un vecino ilustre como él. Para los que somos valencianistas de pro, nos ha beneficiado mucho. El Valencia no pasa por sus mejores años y la verdad es que tener a un jugador en el Valencia que sea de tu pueblo hace que los niños vuelvan a ser del Valencia. Lo fácil es ser del Madrid o Barça. Ahora vuelven a tener esa ilusión por ser valencianista”, afirma a AS Salva Costa, alcalde de Gilet. El primer edil ya ultima los reconocimientos y homenajes que quiere hacerle al jugador en las próximas semanas. “Es el momento para pensar en los homenajes y recibirlo en el Ayuntamiento con todos los honores. Es un vecino muy llano y ahora que está en la cresta lo ha normalizado todo”, matiza Salva Costa.

Miguel Domínguez, presidente de la peña del Valencia en Gilet, y Salva Costa, alcalde de la localidad, posan para AS con dos camisetas del Valencia.
Ampliar
Miguel Domínguez, presidente de la peña del Valencia en Gilet, y Salva Costa, alcalde de la localidad, posan para AS con dos camisetas del Valencia.Diario AS

Javi Guerra, como relata el alcalde, ha despertado el sentimiento de pertenencia al Valencia en el pueblo. Gilet cuenta con una peña valencianista desde de 2002. El título de Liga que logró el conjunto che en Málaga aquel año hizo que muchos seguidores, ya abonados, diesen un paso al frente para crear esta organización, enmarcada dentro de la Agrupació. En sus orígenes, la peña de Gilet llegó a contar con un centenar de socios. Incluso, se juntaban para ver los partidos en una sede y realizar diferentes actos. Pero llegaron las vacas flacas en el Valencia y la peña casi quedó en el olvido. Mucho tiempo después, la final de Copa ganada al Barcelona en 2019 reactivó de nuevo a los seguidores más fieles de Gilet. Pero ha sido Javi Guerra el que ha vuelto a despertar de verdad el interés por formar parte de una peña que ya ha iniciado los trámites burocráticos para ponerle el nombre del canterano. “Queremos que nuestra peña se llame Peña Valencianista de Gilet Javi Guerra”, admite con orgullo Miguel Domínguez, presidente de la peña. “Somos 91 socios y todo el mundo quiere subirse a este boom. Yo soy socio y accionista del Valencia desde hace muchos años. Voy siempre a Mestalla y antes se celebraban los goles del Madrid y del Barça. Aquí pasaba lo mismo, pero ahora se ha notado desde que está Javi Guerra. Su gol al Valladolid fue una locura en el pueblo”, afirma Miguel Domínguez, presidente de la peña de Gilet.

Javi Guerra, con el Puçol. Es el tercero de arriba, empezando por la izquierda. Su entrenador, Josep, es el primero de la fila superior.
Ampliar
Javi Guerra, con el Puçol. Es el tercero de arriba, empezando por la izquierda. Su entrenador, Josep, es el primero de la fila superior.Diario AS

A Javi Guerra el fútbol le viene de cuna. Su abuelo fue su gran apoyo durante sus inicios, la persona que le acompañaba a cada entrenamiento. Su padre también jugó al fútbol. Recorrió varios equipos de la provincia de Valencia y llegó a militar en el Mestalla. Al margen de Gilet, hay otra localidad muy cercana que también marcó mucho a Javi Guerra. En Puçol, el mediocentro dio sus primeras patadas al balón. Sólo tenía cuatro años, la pelota era casi más grande que él, y Guerra ya estaba pegado al esférico. Su primer equipo fue el Puçol, donde jugaba su padre. Javi, todavía sin edad de competir, ya era el mejor de su generación. Incluso, en el club tenían que hacer alguna “trampilla” para que jugase en el prebenjamín, con niños uno o dos años más mayor que él. Curiosamente, Javi dio sus primeros pases y marcó sus primeros goles en el estadio del Puçol, en el campo Pep Claramunt, leyenda del pueblo e histórico jugador del Valencia.

La estatua de Claramunt luce a la entrada del estadio del Puçol, el estadio que lleva su nombre y el campo en el que Javi Guerra dio sus primeras patadas al balón.
Ampliar
La estatua de Claramunt luce a la entrada del estadio del Puçol, el estadio que lleva su nombre y el campo en el que Javi Guerra dio sus primeras patadas al balón.David González

“No me ha sorprendido su llegada al Valencia. Yo tuve a Javi en mi primer año de entrenador y tenía cosas que nadie tenía. Llevo 16 años entrenando y he visto miles de nenes y a él se le veían cosas diferentes. Si no llegaba él, no sé quién lo iba a hacer. Con cuatro o cinco años el golpeo de balón era brutal. Muchos penaltis los tiraba fuera de la potencia que tenía. También le tenía tomada la medida al larguero cuando hacíamos juegos. Todo lo que golpeaba era gol. Hacía pases y cosas que para su edad eran impensables. Yo le he seguido y cuando era pequeño metía muchos más goles, aunque siempre fue más de distribuir. Lo bueno que tiene es que ha mamado el fútbol desde pequeño. Su padre jugó al fútbol y le ha inculcado el deporte y los valores. Javi los ha respetado. Siempre se lo ha tomado muy en serio, en cada categoría”, afirma Josep Bosch, el primer entrenador que tuvo Guerra.

Josep Bosch, el primer entrenador que tuvo Javi Guerra, posa para AS en el estadio Pep Claramunt de Puçol.
Ampliar
Josep Bosch, el primer entrenador que tuvo Javi Guerra, posa para AS en el estadio Pep Claramunt de Puçol.David González

Aquel técnico, actualmente en el Puçol y el hijo del actual presidente, presume de que la única vez que le ha ganado al Valencia ha sido con Javi en el equipo rojiblanco. De hecho, en Paterna, tras una exhibición de Guerra con solo cuatro años, ya preguntaron varios ojeadores del club che por él. “Destacaba donde íbamos a jugar. Daba la sensación de que tenía todas las facultades para llegar, futbolística y mentalmente. Le han dado la oportunidad en un momento complicado y ellos, Javi Guerra, Diego López y Alberto Marí, han hablado”, afirma Bosch. La pena del primer técnico de Guerra es que aquel chaval, con un don especial, duró muy poco en Puçol. Su padre empezó a colaborar en el Villarreal y Javi hizo las maletas, aunque jamás dejó de lado su Gilet natal ni Puçol, la cuna que le vio nacer futbolísticamente.