¡Jano dispara al Madrileño en el 95!

En Primera RFEF cada partido es una visita al dentista. Una batalla, guerra en el barro. Y el Marbella - Atlético Madrileño lo llevó prácticamente a la literalidad bajo la lluvia que calaba a los centenares de aficionados desplazados a mediodía (15:30) en un horario de lo más comprometido para ser a diario. Y que acabó con Jano Monserrate como el héroe rojiblanco en la última jugada del partido, cuando el control se había roto por los aires. Un gol que sirve de colchón para los de Torres, con cuatro puntos de ventaja ya en la cabeza. Más de un partido es una locura en una liga tan comprometida. Un encuentro aplazado por la intoxicación alimentaria que afectó al grueso de la plantilla rojiblanca el 22 de noviembre y obligó a reubicarlo. El Atlético sale más líder y tras demostrar, una semana más, que sabe ganar en oficio pese a la juventud de su plantilla.

Pronto se vio que iba a ser un partido duro, largo de masticar. Sin ocasiones, pero con el control del partido para un equipo de Torres que formaba con Esquivel, Boñar y Dani Martínez en el once nada más llegar de Eindhoven, a donde viajaron con la primera plantilla. Movía el técnico alguna pieza, con la suplencia de Javi Serrano, Iker Luque y Miguel Cubo en favor de Morcillo, Koke Mota y Sits. El Marbella mantenía el bloque que se había impuesto el sábado al Atlético Sanluqueño (1-0). Y seguía con esa buena inercia. Un bloque fuerte y sin fisuras.

El Atlético intentaba encontrárselas con Rayane flotando en la mediapunta y Arnau lanzando los desmarques desde la izquierda. Pero las ocasiones escaseaban. Boñar era el verso libre para sumarse y buscar las cosquillas, mientras el Marbella buscaba a Rodri como islote arriba. La tuvo Arnau y perdió en el cara a cara contra Manu García, aunque había fuera de juego. Lo intentó Rodri, pero Esquivel demostró que hay mucho portero. Una primera parte con nervio, pero pocas opciones de ver goles.

La batalla era intensa, dura, una partida de ajedrez donde nadie arriesgaba ni fallaba. Hasta que ambos pensaron que el empate era escaso. Al Marbella no le acercaba a despedirse del descenso, al Atlético no le daba el colchón que buscaba en la cabeza. Y el encuentro se convirtió en un ida y vuelta constante. Marcó Cubo tras salir desde el banquillo. El canterano de 17 años tiene ese talento para estar siempre bien colocado. Pero se señalaba un fuera de juego previo de Julio Díaz que mantuvo el colegiado tras revisarlo en la pantalla. Rayane la tuvo en el punto de penalti, pero ni el bote ni el gesto de remate ayudaron para que fuese hacia portería. Torres tocaba sus piezas, daba entrada a Nájera, Jano e Iker Luque para agitar el ataque.

Pero se encortaba con la reacción del Marbella a base de cabezazos. Primero por parte de Yuezheng Du rozando la madera. Y después con Valentino estrellándose con el palo a la salida de un córner. Un saque de esquina derivado de la parada de Esquivel a Luis Muñoz. Era el minuto 89 y el cara o cruz podía salir hacia cualquier lado. Pero el Atlético tiene ese aura de equipo enrachado y que sabe lo que hace. No se desesperó, no rifó la pelota y se dedicó a concentrar talento por dentro. De una combinación ente Rayane, Cubo, Boñar acabó con el balón en la frontal para el lateral. Su disparo chocó en el estómago del propio Cubo... para acabar asistiendo involuntariamente a Jano. El maño cruzó su disparo con el temple de jugador de clase. Y marcó un gol que desata la locura para los rojiblancos. Intentó buscar el menor resquicio el Marbella pidiendo una revisión que no coló. Y que acabó con la decepción local, tras tener el triunfo en el 89, y la alegría rojiblanca después de sí tener esa contundencia en el 95. La final línea entre el éxito y el fracaso sonrió a un equipo que cada vez es más líder.

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