Iker Bravo, César en Mérida

Para cosas como esta fichó el Real Madrid a Iker Bravo. El camino a la élite se fragua con actuaciones en entornos desagradecidos y situaciones adversas, porque un mal en calma no hace buenos marineros. La incorporación estelar de La Fábrica blanca este verano rescató al Castilla con un zurdazo en el minuto 89 en Mérida, en la primera en la que realmente pudo sacar su genio. Un gol a pase de otro futbolista con mucho tirón, el brasileño Vinicius Tobias, que permite al filial esquivar la derrota aunque, al mismo tiempo, amplia la tendencia a tres partidos sin triunfo del filial.

Para el Mérida fue un bofetón porque había logrado volcar los últimos minutos contra la portería de Mario de Luis. El gol de Nacho González en el minuto 23 sorprendió a balón parado a un filial por otro lado muy sólido con la pareja Rafa Marín-Edgar como centrales aunque arriba la única presencia arriba para recibir los balones de Arribas de Álvaro no termina de ser suficiente. Eso sí, al hispano-uruguayo le anularon por fuera de juego un gol en el 42′ (el cuarto, por cierto, que le anulan este curso) que no era en una decisión que la ausencia del VAR impidió revertir. Tuvo que ser el movimiento de Raúl al descanso, cuando prescindió de Theo Zidane -que sigue sin ameritar titularidades- para dar entrada a Iker Bravo, el que terminara de romper la cáscara emeritense.

Fue con una jugada improbable y la devolución del gol a través del balón parado. Vinicius Tobias apareció como inesperado asistente con un pase de cabeza a las espaldas de la salida en masa del Mérida y ahí Iker Bravo no perdonó. Control con el pecho, pelota al piso y zurdazo para superar a Javi Montoya. El segundo gol del atacante catalán en el Castilla. Y los que le quedan.