Hugo Rama: “No disfrutaba y parar me dio la vida, era joven y no sabía si iba a ser futbolista o camionero”

Hugo Rama Calviño (Santiago, 22/11/1996) dejó el Oviedo para fichar por el Deportivo en la recta final del mercado cuando ya tenía las maletas hechas para marcharse a Grecia. Después de pasar por Abegondo regresa al club coruñés seis años después con galones y para “quitarse una espinita de no haber podido triunfar” que tenía clavada cuando se marchó. Defensor a ultranza de la cantera, está “convencido de que esté será el año” y habla sin tapujos de sus objetivos, su relación con Víctor Camarasa y los problemas de salud mental que tuvo de muy joven que le llevaron a abandonar el Celta.

¿Cómo han ido estas tres primeras semanas como jugador del Depor?

Estoy muy contento, feliz de estar de vuelta y muy agradecido a toda la gente que me da cariño. Lo valoro mucho y me da más ganas de seguir rindiendo para alcanzar el objetivo.

Y todo muy rápido. Firmar y debutar y al siguiente partido, titular en Riazor.

Tenía muchas ganas de jugar, ya lo dije en mi presentación. Pero hacerlo en casa da muchas más ganas de hacerlo bien. Más de 22.000 personas es una locura. Tenía ganas de regalarles la primera victoria, pero no se pudo. Pero estamos con muchas fuerzas para seguir adelante.

¿Se había imaginado que iba ser así jugar al fin con el Depor en Riazor?

Siempre lo pensé. En todas las entrevistas que he hecho estos años siempre decía que tenía la espinita de no haber triunfado en el Depor. Tenía ganas de debutar con el primer equipo y disfrutar con Riazor. Fue un debut feliz porque estaba toda mi familia, aunque no se dio bien del todo porque no ganamos.

Parte del problema fue que se quedaron con diez a la media hora…

Es un palo, es mucho tiempo. Lo intentamos porque seguimos atacando igual, pero no es fácil atacar todo ese tiempo con uno menos.

A nivel particular, ¿cómo se encontró?

Me estoy encontrando bien desde el primer día que entrené. Hablé con el míster, me preguntó cómo estaba, y le dije que muy bien, que para llevar un entreno parecía que conocía a los compañeros hace mucho más tiempo. Llevaba mucho tiempo sin jugar más de 45 minutos y es verdad que en el minuto 65 o 70 estaba muerto. Puede que por jugar con diez, pero el partido no lo iba a acabar tampoco con once porque me faltaba ritmo de competición.

¿Cómo está viendo los arbitrajes?

Nosotros no pedimos que nos piten a favor, pedimos que sean imparciales, que por estar en Riazor no quieran pitar más de lo que tienen que pitar y ser más protagonistas que los jugadores; el fútbol es de los jugadores y la afición, los árbitros están para poner orden. No puede ser que haya patadas a destiempo y otras más duras de lo normal y no les saquen ni amarilla y luego, por un pequeño calentón, te vas a casa. Sabemos lo que hay. Sabemos que somos el rival a batir y tenemos que asumir nuestro papel y ponerle más ganas.

Cuando un árbitro va al Bernabéu o el Campo Nou siempre parece que les impone el escenario a la hora de decidir. En Riazor, que es al similar para Primera RFEF, parece que no sucede lo mismo.

No sé si es por un exceso de que tienen que hacer algo más de lo normal, pero… Sólo pedimos que sean imparciales y que juzguen igual para ambos lados.

Vamos a algo más positivo. El equipo genera ocasiones, aunque no ha marcado en casa, y no encaja.

Aunque no estaba aquí, vi el partido del Rayo de Majadahonda porque ya estaba hablando con el club. Si ves imágenes sin mirar marcador dices, ‘fijo que ganó el Depor’. En Lugo, en un campo muy complicado, estuvimos muy bien. Ante el Teruel tuvimos varias ocasiones, incluso sin Lucas. Puede que nos faltase estar más finos en el último pase. pero las sensaciones son buenas después de jugar una hora con diez.

Lo que no tiene un resquicio por ahora es la estructura defensiva.

Lo hablo con compañeros de otros equipos de superior categoría: ves jugador por jugador, suplentes incluidos, y es una defensa de otra categoría. Creemos muchísimo en ellos. Sabemos que nos podemos exceder en la creatividad en ataque porque si la perdemos, atrás somos un escándalo.

Ahora espera un rival como Unionistas, muy complicado en su campo y que también está invicto.

Sinceramente, no conozco el campo ni el equipo. Pero sabemos en la categoría en la que estamos y que nos toca adaptarnos a ese campo y al que toque. Vamos con muchas ganas de hacerlo bien y también de ganar, lo necesitamos.

Con la sanción a Lucas y la lesión de Yeremay, lo normal es que repita como titular ante Unionistas.

Ojalá. Y también que esté un poco mejor físicamente que el partido de Riazor.

Ha empezado jugando en la mediapunta. ¿Es donde está más cómodo?

Quizá sí. Pero tenemos un entrenador que nos deja mucha libertad, que puedas ser más tú y sacar tus propias conclusiones dentro del campo para saber dónde tienes que estar. Para defender ya es otra cosa, con un posicionamiento mucho más ordenado. Idiakez ofensivamente nos deja libertad y eso me da confianza para hacer coas que, a lo mejor, en otro equipo no podría.

¿Estuvo muy encima suyo Lucas en el campo antes de su expulsión?

No, la verdad que no. Hablé con él a llegar, es el capitán, el más querido… el número uno. Si Lucas te dice algo, pues a hacerle caso y nada más. Estoy encantado de jugar con él, es un fenómeno.

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Su fichaje se cerró casi el último día. ¿Cómo ha sido su verano en Oviedo?

Ha sido largo. En unos momentos estaba dentro, otros llegaban cosas y estaba fuera. Luego me iba a un sitio, después a otro… A la gente de aquí le dije desde un principio que era una opción que valoraba, que era igual la categoría porque era el Depor. Tenía muchas ganas de volver, pero se apuró mucho todo porque otros equipos apretaron al final. Estoy encantado de estar aquí, es donde quería estar y creo que se me ve cómo estoy, feliz.

¿Llegó a hacer las maletas para viajar a Grecia?

No estuvo tan cerca, pero casi. Era una opción que valoraba por ser fuera y ser primera división. Menos vista, pero una primera. Pero las ganas que tenía de estar con mi familia, mis amigos que son todos del Depor… Son cosas que en el fútbol a lo mejor hoy no se valoran tanto, pero cuando las vives son muy de agradecer.

Su ficha fue directamente para Cazorla. ¿Cree que eso fue lo que determinó su salida del Oviedo?

No lo sé. Quizá el club hizo demasiados fichajes o sin mirar otras cosas y después se vieron muy apurados al final… No tengo ni idea y, la verdad, me da igual. Estoy muy agradecido a la afición y a la gente de Oviedo por el trato, pero ya no pienso en eso. Eso es pasado y yo pienso en mi equipo, el Depor.

Esta semana un excompañero suyo, Víctor Camarasa, anunció que paraba para proteger su salud mental. ¿Se lo esperaba? ¿Ha hablado con él?

Víctor es un jugador con el que me llevo muy bien y una estupenda persona. De hecho, cuando tenía las ofertas para salir él me aportaba siempre su punto de vista, su forma de verlo. Ha tenido muy mala suerte porque es un jugador de Primera, pero de Primera de la parte alta, y por culpa de las lesiones está en Oviedo. Para la cabeza, eso es jodido. Tú sabes que no estás al cien por cien. Una semana, dos, un mes… lo pasas, pero verte así tanto tiempo no es fácil. Creo que él no se veía bien y al final decidió parar. Pienso que es lo mejor que pudo hacer, todos los que lo queremos y valoramos vamos a estar a su lado. Y, sobre todo en este tipo de casos, ayudarlo en lo que haga falta.

Usted, cuando era muy joven y con otras circunstancias diferentes, también dio el paso de parar cuando estaba en la cantera del Celta.

Sí. Lo mío fue más por querer disfrutar de nuevo del fútbol sin tener que ganar todos los fines de semana, sin tener que hacerlo bien siempre… A esa edad me dije, ‘tengo que disfrutar y luego ya se verá'. No sabía si iba a ser camionero, trabajar en una oficina o jugar al fútbol. Me ayudó mucho y después volví a disfrutar del fútbol de la manera que quería hacerlo. Me dio la vida, también para valorar las cosas que te da un equipo como era el Celta, de Primera. Ahora veo aquí algunos chavales que a lo mejor no lo valoran y cuando sales de una cantera así, es complicado; es jodido, hace frío por otros lados.

Fue un año en el Sigüeiro y luego, a Abegondo.

Al Depor llegué ya con las ideas más claras. Era juvenil de tercer año y ya me había comido la parte mala. Me ayudó mucho a volver a valorar todo lo que tenía. Facilidades para ir a tu casa, campos perfectos… Llegué al Fabril y no se dio, pero como le pasó a mucha gente. Tocó salir y volver a ponerse el mono de trabajo y yo, encantado. Estoy muy contento de cómo afronté todo porque en ningún momento fue fácil, pero al final lo conseguí.

Su siguiente gran salto fue al Lugo, con el que debutó en Segunda. El anterior fin de semana jugó en el Anxo Carro y le pitaron. ¿Le dolió?

Yo entiendo todo. A la gente hay que entenderla, cada persona es diferente. Yo posiblemente piense diferente a Lucas, a Mella o Yeremay. Esto va de adaptarse. Le estoy muy agradecido al Lugo por poder debutar en Segunda y que me piten es algo normal en el mundo del fútbol.

Menciona a Yeremay, Lucas Pérez y Mella. ¿Se meten con usted por haber pasado por el Celta?

¡Qué va! Fue hace mucho. Era pequeño y cuando eres pequeño haces cosas que no tocan (risas…). La verdad es que no me dicen nada. Saben que soy de aquí, que mis amigos son de aquí, que mi familia es del Depor… no hay problema.

Hablaba antes de lo que es una cantera. ¿Cómo ve a los canteranos que se hay ahora en el Deportivo?

El primer día que vine a entrenar me trajo Fernando Soriano y se lo dije: “Yeremay tiene un nivel increíble”. Ahora es el que más se ve y gusta mucho por su forma de jugar. Mella, Mella es un caradura, un sinvergüenza, se lo dije el otro día. Pero vamos a quererlo así porque es otro jugador extraordinario. Espero que este año demos un pasito más con la cantera, que los valoren más a ellos y que disfruten del fútbol profesional, creo que ahí todavía destacarían más.

Cuando dice que Mella es un sinvergüenza, lo dirá futbolísticamente hablando…

Futbolística y personalmente (risas…). No, en serio. Es muy buen chaval y además, como yo, es de cerca de Santiago. Aunque suene mal decirlo, al final los chavales tienen que ser en el campo más sinvergüenzas que una persona en plan ‘ay, ahora no me toca y no hago esto’… Mella la pierde y la vuelve a querer y Yeremay, más de lo mismo. Estamos encantados de que sean así. Que le eches la bronca veinte veces por perderla y la vuelvan a querer… eso da vida.

Se le nota ya cierto poso de veterano. ¿Cree que ahora, con 26 años, regresa al Depor en el momento perfecto?

No sé si el mejor momento futbolístico, eso no lo sabré hasta que pasen los partidos. Sí es cierto que me siento cómodo, pero aún me queda para ponerme bien del todo. Personalmente sí creo que era el momento perfecto de venir. Hubo otras veces que bueno, el Depor… lo valoras y luego no va. Ahora fue muy claro el decir ‘me tengo que ir para allá’. El Depor lleva unos años pasándolo mal y no es fácil para un club así. Acabamos de llegar a los 27.000 socios; es una locura. Se dan todos los condicionantes para que sea el año de volver, afianzarse y que el club regrese a donde merece. Es un club grande y nosotros queremos ayudar a que lo consiga.

El reto colectivo está muy claro, ¿en lo personal se pone alguno?

Claro que sí. Tengo que marcar goles y ser más eficaz en el área. Para la gente que le guste, puede que juegue vistoso y haga cosas diferentes, pero en el fútbol hay que marcar goles o dar asistencias. Ojalá no meta un gol y le dé diez asistencias a Lucas, me iría contento. Hay que hacer números para ayudar al equipo en su objetivo, que es lo queremos todos los estamos ahí dentro.

Veo que es un hombre de tatuajes. ¿Tiene alguno con un significado muy especial para usted?

No, llevo cosas de la familia, como el nombre de la niña en la mano. Los más representativos son nombres de la familia y luego, mis perros.

¿Alguno programado para finales de mayo?

Si ascendemos… no voy a decir nada para no gafarlo, aunque me haría cualquier cosa, la verdad.