“Herencia’ es el libro de lo que no se contó de 1975”
35 años de carrera en la SER le avalan. Referencia del periodismo deportivo en España, el director y presentador de Hora 25 Deportes deslumbra con su primera novela.


Jesús Gallego (Jaraicejo, Cáceres, 1968) aparece en la terraza de la SER en Gran Vía 32, Madrid, con un libro al pecho. Voraz lector, siempre lleva uno encima, pero este es especial. Es suyo. Su primera novela. Se titula Herencia (Roca Editorial) y cuenta lo difícil que fue la España de 1975, justo después de morir Franco. Una obra necesaria para entender, y valorar, la España de hoy. La desgrana con AS.

Debuta en la literatura de ficción con ‘Herencia’…
Mario Vargas Llosa y Juan Gabriel Vásquez son mis novelistas favoritos y quise hacer con la historia de España lo que ellos con la de Colombia o Perú en sus libros. Porque el periodismo o la historiografía hablan de los acontecimientos. Los nombres, las fechas, pero no cómo eso afecta a la vida íntima de las personas, la moral. Y me lancé.
¿Qué chispa encendió ‘Herencia’ en su cabeza?
Algo que ocurrió cuando yo tenía siete años: el viaje de mis padres, cuando fallece Franco, para ver el cuerpo en Madrid. Ellos como miles de españoles que, sin ser franquistas, lo hicieron, desfilar ante su cadáver. Era el único mandatario que habían conocido, el único régimen. Y fueron con la incertidumbre de qué pasaría después.
Usted era muy niño.
Y lo consideré como algo normal hasta que descubrí que mi abuelo, el padre de mi madre, fue un represaliado por el régimen. Esa dicotomía, que mi madre fuera allí, a ver el cuerpo de Franco, encendió todo. Ella se había educado con la Iglesia católica, que dominaba la vida de las mujeres. Eso denotaba que la España de 1975 era muy complicada y yo no sabía cómo era. Por eso decidí profundizar. A mi generación no se nos contó. No se llegaba a la posguerra. Ni en la EGB ni en el instituto.
Era: “Muere Franco, transición”.
Eso es, sin contar la España de 1973, 1975, 1976... Muy complicada, difícil y tensa. Y de mucho miedo. La gente temía que volviese la violencia.
En ‘Herencia’ usted lo cuenta a través de tres historias que confluyen. Una, aquel viaje. Otra, la de un procurador franquista en las Cortes…
Un héroe que hizo la guerra con los Carlistas que apoyaron a Franco aunque tuvieran otra ideología. Su historia representa a los que no querían el cambio. Partidos políticos, independentismo...
La tercera es de un etarra.
Un chico de 20 años que está preparando una acción. Lo curioso es que no había nacido en Euskadi sino en Zamora. Está inspirado en alguien real: Juan Paredes Manot Txiki, uno de los últimos fusilados del régimen.
“Este libro sirve para conocer la historia... Y valorar lo que tenemos”
Jesús Gallego
En septiembre de 1975...
Con su figura he intentado explicar, y comprender, cómo un chaval hijo de inmigrantes que llegan a Euskadi a ganarse el pan, terminaba en ETA. Qué pasaba en su mente y entorno para que eso sucediera. Y el libro no lo justifica, por supuesto, tomar las armas, más cuando iba a llegar la democracia. No tenía ningún sentido, pero tú entiendes lo que pasaba por su cabeza y la de su familia.
¿Y qué era?
Que se integrara donde estaba. ¿Y cómo? Lo apuntaron a una ikastola ilegal, con un grupo de chavales que pasaban los fines de semana en el monte donde los nacionalistas habían creado un caldo de cultivo... En Euskadi, en aquellos años, hubo 14 estados de excepción, por ejemplo. Algo de lo que yo, en Extremadura, nunca supe. Pero durante esos estados, la Policía o la Guardia Civil o el Ejército, entraban en un pueblo, se llevaban a 15 y no se sabía más de ellos. Y, claro, en ese caldo de cultivo, cuando eso sucedía, los que estaban allí veían la represión y creían todo lo que decían los terroristas.
‘Herencia’ lleva unos meses en la calle. ¿Cómo siente que lo han recibido los lectores?
A la gente de nuestra generación le impacta. Leen cosas y dicen: “Esto no puede ser verdad”. Y buscan en la Wikipedia y ven que sí. Y así todo el tiempo. La novela tiene eso, que es todo verdad, está basado en la realidad. Menos un giro final que es un golpe para hacer que la gente reflexione.
A usted, de lo que no sabía, ¿qué es lo que más le ha llamado la atención?
El final de deterioro físico que tuvo el Caudillo. Podía haber muerto mucho antes pero se retrasó porque el marqués de Villaverde, su yerno, y el que dominaba todo, quería dejarlo todo atado con el Gobierno. Hay un momento que el propio Franco le dice a uno de los médicos: “Déjenlo ya”. No podía más. Entubado, con sangrías por todas partes... Yo quería reflejar ese final.
De hombre.
Decrépito y vulgar. Porque Franco murió en su cama pero de muy mala manera. Es más, una de las operaciones, antes de que le ingresaran en la Paz, fue en el Pardo. Habilitaron la enfermería para no llevarle al hospital porque no querían que se supiera que se moría. Llevan las luces, los aparatos, tanto que… ¡Se fue la luz en el quirófano! ¡Operando al Generalísimo!
Dice que este es un libro necesario para quienes lo vivieron y, no sabían, pero también para los jóvenes.
Creo que es necesario porque, desde diferentes ámbitos, se está diciendo que con Franco no estaba la cosa tan mal, que se vivía bien. Y con Franco no había libertad, no te podías manifestar, las mujeres estaban discriminadas, no tenían derechos, no podían ni heredar… Era una España atrasada y rancia, pero eso hay determinada gente que quiere blanquearlo, contar otra historia. Y a los jóvenes les puede llegar por redes e Internet. Es una generación muy expuesta a la manipulación. Lo veo en mis hijos. Por eso es necesaria. La lees y dices: “Joder, qué chungo era 1975”. Te sirve para conocerlo y valorar lo que tenemos.
Cierto.
Nosotros vivimos en una democracia y en paz que eso ya veremos si dentro de unos años es la host... Porque, entre otras cosas, nosotros hemos vivido una España de atentados cada tres días. Yo me acuerdo en 1980…
Y hay una generación de chicos que no sabe lo que era ETA.
Me parece fatal. Para valorar que vivimos en paz hay que saber que había años con 140 muertos. Cada tres días, un Guardia civil, un Policía, una bomba, un empresario… Escuchabas una sirena en Madrid y decías: “Uy, un atentado…”.
“A nuestra generación le impacta. Dicen: ‘¿Esto pasó de verdad?’. Sí”
Jesús Gallego
Habrá a quién le haya sorprendido que usted, de deportes, haya escrito un libro así.
Se ha recibido entre sorpresa e intriga. Estoy recibiendo mucho sentimiento de agradecimiento por haberlo escrito. Me dicen: “Yo te sigo de deportes pero esto ha sido…”. De compañeros, músicos, políticos… A todos les ha sorprendido. Porque la historia, aparte de contar cómo era la España de 1975, la ligazón que tienen los personajes en un momento, refleja que estábamos todos juntos. Aunque España estaba separada.
¿Escribía todos los días?
Sí, dos horas, cada día seis meses. Una de las cosas que me gusta es que a los lectores les ha sido fácil de leer. Intenté que los capítulos no tuvieran más de ocho páginas y que, al terminar uno, tuvieras ganas de otro. Y creo que está conseguido.
¿Cómo le ha ayudado la radio a la hora de escribirlo?
Ni yo mismo imaginaba que me quedaría una novela tan redonda y profunda. Pero una de las ventajas que me ha dado la radio es que su lenguaje es asequible y cercano.
Porque usted es periodista de radio, deportes, tele, experto en música, y ya también escritor.
Noticias relacionadas
¡Lo que ha sido una sorpresa hasta para mí...!
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí




Rellene su nombre y apellidos para comentar