Ha nacido otro Castilla
Deslumbrante estreno de Arbeloa: balón jugado desde atrás, mucha intensidad y presión alta. Marcaron Castrelo, Zúñiga y Rachad, un doblete. Joan Martínez volvió 351 días después: jugó 20′


El Castilla de Arbeloa dará espectáculo. Y sólo el tiempo dirá si es mejor o peor que sus predecesores, pero es diferente. Muy diferente. Eso seguro. Un equipo valiente, atractivo, descarado. Con una plantilla renovada (de los 23 jugadores, sólo seis eran habituales la temporada pasada) y un planteamiento casi antónimo. Balón jugado desde atrás, mucha movilidad, intensidad y presión alta. Con estilo propio, carácter. Tienden a dar poco que hablar estos partidos y, sin embargo, este dejó sin palabras. Parece un concepto similar, pero es el contrario. Este Castilla ha superado todas las expectativas. Sorprende. Promete.
La fórmula es puro Arbeloa, un estilo con el que poco a poco irán familiarizándose. Intensidad, mucha movilidad, morder como pitbulls tras pérdidas y mentalidad ofensiva. Mucho colmillo. Un estilo que exige personalidad. Arriesgado, pero valiente. El planteamiento de Raúl era más conservador (minimizar errores y construir a partir de ahí), el de Arbeloa es más intrépido (proponer, sin pensar tanto en los posibles errores). El balón se saca desde atrás y sólo se juega en largo en caso de asfixia. Es un planteamiento tan completo, que pareciera dificilísimo de ejecutar. Y precisamente por eso, este partido deslumbró.

Joan Martínez, 351 días después
Porque donde debían verse costuras, se vieron lentejuelas. Brillo. El Castilla jugó un partido prácticamente perfecto: jugando desde atrás (pese al bloque alto del Marbella), con personalidad individual y ejecutando una presión sobresaliente. Arrasó al Marbella y desata la ilusión. Porque, para más inri, el equipo está repleto de talento. Joan Martínez volvió a jugar al fútbol (351 días después de romperse el cruzado izquierdo), disputando 20′, lo pactado. Piano piano, pero muy buenas sensaciones. Sin miedo al choque, esprintando y liderando la salida. La dupla Manuel Ángel-Thiago domina y arriba, ya ruge Rachad. Hay mimbres, qué mimbres.

Cercanía a Xabi Alonso
Fue una actuación impecable. Lo único que el partido tuvo de pretemporada, fueron los cambios: media hora para cada portero y un equipo en cada parte. Sólo se mantuvo Thiago; declaración de intenciones. El Castilla mandó desde el principio, pero tardó en abrir la lata. No había prisa. Los medios se turnaban para incrustarse entre los centrales −al estilo Xabi Alonso− y el ritmo de juego era alto, muy alto. Así, a construir. Poco a poco. Ir hundiendo al rival, confiando en que la ocasión llegaría. Y tras varios avisos, gol.
Con ustedes, Castrelo
Fue en una recuperación alta, obra de Castrelo. El reciente fichaje procedente del Atlético de Madrid (no jugaba desde el 21 de diciembre; apartado desde que comunicó que no renovaría). Venía para el C, pero presenta credenciales para quedarse. Y es que sirva este gol como ejemplo perfecto de lo que es el Castilla: un jugador que partía como extremo izquierdo, recuperó un balón en la zona del mediapunta. Movilidad y presión alta. Tras el robo, se plantó ante el portero y definió con un disparo alto. Potente. Golazo. Pregón perfecto a la ‘era Arbeloa’.
Y tras la primera gota, la tormenta. No es casualidad que casi todos los goles llegasen tras recuperaciones en la presión. Es ADN. Así, también el segundo: se fuerza el error en el centro del campo... y arranca la estampida. Loren Zúñiga abre hacia la derecha, David Jiménez dibuja una vaselina que se estrella en el poste y en el rechace, aparece Loren Zúñiga para fusilar. Morder, correr y marcar. Matar. Puro Arbeloa.

El genio de Torre-Pacheco
Tras el descanso, Rachad. Su carta de presentación. El delantero que ha costado 900.000€, procedente del Almería. Un diamante en bruto que ya brilla. Apenas habían pasado 10 minutos cuando Bruno Iglesias rompió por la derecha, sirvió un centro raso y Rachad, definió por bajo. Con facilidad. El 0-3. Pero la obra de arte llegó 4 minutos después: vaselina raulesca para firmar su doblete particular. Haciendo fácil, lo que es muy difícil. Ahí queda la primera genialidad del genio de Torre-Pacheco. Del nuevo nueve de este Castilla. 0-4. Era una tormenta de verano.

‘Hasta el final’
El resultado invitaba a la relajación. Pero ni mucho menos. Arbeloa es intensidad constante. Un innegociable. No hubo más goles, pero el fútbol se mantuvo sobresaliente. El único pero es que se juega con fuego en la salida... y así, se coqueteó con dos pérdidas peligrosas. Es el peaje de la valentía; que a veces se desdibuja como algo más cercano a la osadía. Se asume. Esta vez, no llegó la sangre al río. Jugaron tres porteros y apenas tuvo que intervenir ninguno. Otro resumen.
Queda mucho, queda todo, pero el Castilla de Arbeloa ilusiona por decreto. Arranca arrasando a un equipo de su categoría (aunque está en el Grupo I y el Marbella, en el Grupo II, por lo que no se enfrentarán) y se marcha del stage con un partidazo en mayúsculas. Joan Martínez ha vuelto a jugar al fútbol, Thiago viene a ser un jugador importante y Rachad, es un genio. Conclusiones de un pregón que superó todas las expectativas. El tiempo dirá si este filial es mejor o peor que sus predecesores, pero es diferente, muy diferente. Eso seguro. Valiente, atractivo, descarado. Ha nacido otro Castilla.
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