El último paso de Villares hacia recoger el testigo de Bergantiños
Dos partidos ha necesitado el de Vilalba para hacerse un hueco en los planes de Cano y recibir los elogios del técnico en un nuevo rol por delante de la defensa como mediocentro posicional.
Una de las grandes sorpresas en el estreno de Óscar Cano en el Deportivo fue la suplencia de Diego Villares. El de Vilalba estaba siendo uno de los mejores futbolistas del equipo en el inicio de temporada y con el cambio de técnico parecía perder el estatus de imprescindible. Dos semanas ha tardado en cambiar esa situación, ganándose no sólo el puesto, sino los elogios del nuevo patrón: “Me ha sorprendido para bien en lo posicional. No creía que pudiese jugar tan posicional. Me he encontrado un jugador muy bueno. Habíamos visto un Villares más desordenado, para bien, de ida y vuelta. De llegar. Y el fútbol moderno exige jugar bien desde cualquier ubicación. Con la presencia de Villares entrando y saliendo de primera línea, dificulta la presión del rival y hace dudar a equipos muy productivos en ese sentido”.
No se ha cansado de crecer Villares desde su llegada al primer equipo. Tras la llamada a filas en enero de 2021, su rendimiento fue inmediato. Primero con De la Barrera cuando los efectivos eran escasos, luego con Borja Jiménez adelantando a cualquiera que supusiera competencia. Ahora, con Cano, reinventándose de nuevo y mostrando su versatilidad que ya le ha permitido jugar hasta de lateral derecho.
Menos llegada, más galones
En este último caso, además, dando un nuevo paso en el camino que todo el deportivismo le señala desde hace tiempo: el sucesor de Álex Bergantiños. Villares reúne todos esos valores de los que hace gala el actual capitán y no parece un mal relevo al que entregarle el testigo. Más si acaba triunfando en esa posición por delante de la defensa: “Villares lo entiende todo a la perfección. Y no me refiero a lo que yo le pido. Sino que comprende todo lo que pasa en el partido. Ha estado sensacional (ante el Sanse). Cuando le ha tocado estar incrustado en primera línea, muy bien. Cuando le tocó defender por delante, también”, apuntó Cano.
Esa transición hasta convertirse en uno de los pilares del equipo quizá corte el despertar del Villares goleador, una versión que se había visto en los primeros encuentros con dos goles. A cambio, el centrocampista ganará galones para mandar desde una posición más retrasada y viendo el campo siempre de frente. Y, como ya sucedió hace unas jornadas ante el Rayo Majadahonda, un perfecto heredero del brazalete.