HÉRCULES
El renacer del Hércules
El conjunto alicantino regresa a la tercera categoría y ya piensa en armar otro proyecto ganador.
“He disfrutado más de este ascenso que el que logramos a Primera División en 2010”. La frase, en pleno subidón tras alcanzar la Primera RFEF, es de un alto cargo del Hércules. La reflexión llegó en plena celebración y fue el resumen perfecto de lo que ha vivido Alicante en los últimos años. El renacer de un club centenario ya está aquí. La reconquista de una afición adormilada y sufridora, también. El conjunto blanquiazul, con 20 temporadas en la máxima categoría, está de vuelta. La victoria ante el Lleida Esportiu, con un Rico Pérez abarrotado, supuso un soplo de aire fresco para un Hércules que llevaba en las catacumbas del fútbol español desde hacía una década.
El domingo se dio el primer paso para estar otra vez con los mejores en unos años, pero “el gigante que estaba adormilado”, como dijo el entrenador Rubén Torrecilla, uno de los artífices del ascenso, empieza a caminar de forma firme. Hacía 14 años que en Alicante no se festejaba un ascenso, por lo que la celebración fue de época. “Me alegro especialmente por los niños y niñas que se han acostado hoy felices”, añadió Torrecilla tras consumarse el éxito y ver que una de las reconquistas de su Hércules también ha estado en las nuevas generaciones que se han sumado al proyecto.
El Hércules no era campeón de su categoría desde hacía 28 años. El equipo ha forjado el ascenso a base de coraje y lucha, algo que contagió al Rico Pérez desde el principio. 9.500 abonados, cuando arrancó el curso, pusieron la semilla de lo que se vivió el domingo en Alicante, con 28.000 espectadores en el estadio y más de 20.000 aficionados en Luceros, la plaza donde el Hércules celebra sus éxitos.
El camino hacia Primera RFEF no ha sido sencillo, a pesar de que se arrancó como un tiro con uno de los mejores inicios que se recuerdan. Hubo dudas, como en todo proyecto. Entre febrero y marzo, el Hércules se pasó seis jornadas sin ganar, con cinco empates consecutivos. Lejos de temblar, Paco Peña, director deportivo, apostó por la continuidad, por la paciencia, por la confianza en Torrecilla. Y eso le dio al Hércules una vida extra para despertar como un grande en el tramo final.
El conjunto blanquiazul se derrumbó en La Nucía, cuando empató a cero ante un rival descendido. Ese día, muchos herculanos se pusieron en pie de guerra y pidieron la cabeza de Torrecilla. Hasta el autobús del equipo tuvo que salir escoltado porque algunos aficionados lanzaron piedras. Pero se dio al interruptor y se reaccionó a lo grande. Para estar el domingo en Luceros, tocó hacer una gesta como la de encadenar seis victorias consecutivas en los últimos seis partidos, la última ante el Lleida Esportiu. Eso llevó el delirio a Alicante y la locura al Rico Pérez.
A pesar del éxito, parte de la afición, en plena celebración y durante la temporada, ha mostrado su malestar e indignación con Enrique Ortiz. El empresario lleva 25 años como dueño del club. Durante este tiempo, han sido más los escándalos y los fracasos que las alegrías. De ahí, que cada domingo se entone el “Enrique vete ya”. Sin embargo, Ortiz, a pesar de sus muchos intentos de buscar inversores para dar un paso al lado, no ha perdido la fe y ha ido reduciendo la deuda de un club que tiene un lastre inferior a los 300.000 euros con Hacienda, una cantidad que no hace mucho superaba los más de 4 millones. En total, la deuda, contando los acreedores ordinarios, está próxima a los 6 millones.
Año tras año, Ortiz ha aguantado el proyecto del Hércules poniendo dinero a fondo perdido. “Si no estuviese Enrique, el Hércules no existiría”, también se ha escuchado muchas veces en voz baja por el Rico Pérez. La última maniobra del dueño de la entidad alicantina fue negociar con el Intercity una posible fusión. Las deudas del otro club de Alicante, en Primera RFEF desde hace dos temporadas, y el bajón deportivo de su Hércules llevaron a Ortiz a plantearse absorber el Intercity para tener garantizada la plaza en la tercera categoría la próxima temporada. Pero fue negociar y el Hércules, por méritos deportivos, alcanzó la Primera RFEF. Tras ganarle al Alzira, se rompieron unas conversaciones y cada club siguió con su camino.
A partir de ya, el Hércules ya piensa en el futuro. La exigencia de ser un histórico le llevará a confeccionar otro proyecto ambicioso. Su arquitecto será Paco Peña, una leyenda como jugador blanquiazul que también se ha encumbrado con el ascenso como cabeza visible de la dirección deportiva. Ortiz volverá a apostar por un equipo ganador, aunque ahora habrá otros clubes con la misma historia y necesidad que la del Hércules para tocar el fútbol profesional. La idea de Peña es mantener el bloque del ascenso, pero necesitará varios retoques. Nadie duda que el portero Carlos Abad, uno de los héroes del ascenso, seguirá. También se espera la continuidad de Samu Vázquez, Roger Colomina, Javi Moreno o Marcos Mendes, piezas fundamentales de un Hércules que vuelve a estar un poco más cerca del cielo.
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