El Nuevo Vivero vuelve a sepultar al Deportivo

Hay campos que no se sabe por qué, se le atragantan a los equipos. El Nuevo Vivero es uno de ellos para el Deportivo. La pasada temporada los coruñeses sufrieron la mayor goleada desde el descenso (3-0) y en su regreso vivieron otro suplicio por sus diversos errores. El primero fue dejar pasar el primer tiempo como si no valiese para ganar. El segundo, una durísima e inexplicable entrada de Soriano que le costó la roja con veinticinco minutos por delante. Una expulsión que llegó justo después de que Óscar hiciese un triple cambio para ir a buscar el partido y desmontar el plan. Los errores propios se sumaron a los méritos del Badajoz, más cómodo cuando intentó apostar a que no pasase nada y que en el segundo tiempo hizo méritos para llevarse la victoria. Tardó, pero llegó. Fue cuando solo faltaban quince segundos para acabar el encuentro con un gran cabezazo de Ferrón. Tres puntos para disfrutar y respirar para el Badajoz. Derrota durísima para un Depor que no arranca y se vuelve a meter en un lío. Ya no por el ascenso, por el playoff.

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La primera incógnita del partido era conocer la magnitud de las rotaciones de Óscar Cano. Tal y como prometió el técnico, fueron mínimas. Tanto, que se redujeron a la entrada de Pablo Martínez por Jaime en el eje de la defensa. La segunda, saber si podría más la necesidad del Badajoz por sacar la cabeza del pozo o la del Depor por asomarla hacia arriba. Pero lo que pudo en el primer tiempo fue la prudencia entre dos equipos más preocupados y ocupados en no conceder que en el buscar el gol. Una especie de paz pactada que solo se agitó cuando el balón llegó al activo y vertical Adilson en el bando local. En el visitante el bagaje fue un fogonazo de Quiles, la constancia de Antoñito y un remate de Raúl Carnero bien blocado por Kike Royo. Combate nulo que algunos llaman batalla táctica y otros, falta de ambición. Todo tan plano que el hecho más destacable fue la quinta amarilla a Olabe, que se perderá el derbi ante el Racing de Ferrol.

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Con los de Salmerón cómodos atrás con una defensa que alternaba cinco y cuatro, el primero en intentar deshacer la calma fue Óscar Cano, sacando casi de golpe a Yeremay, Gorka y Trilli. Pero el peligro llegó poco después por parte pacense, en un gran centro de Calderón que Mariano mandó al palo. El guion cambió todavía más en el minuto 64, cuando Mario Soirano realizó una incomprensible y durísima entrada sobre Edu que le costó la roja directa. Así, en un suspiro, la intención del Depor de ir a por el partido cambiaba a defender y esperar su oportunidad ante un Badajoz que se relamía y llegaba con cabeza y fluidez. Insistencia que chocó contra un Deportivo que supo sufrir hasta que Zelu conectó un centro preciso para que Ferrón cabecease pleno de potencia en el minuto 96 una victoria que hizo saltar al Nuevo Vivero.