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El Nàstic se cita con el Málaga en la final por el ascenso a Segunda
Los goles, en la primera mitad, de Godoy y Borja Martínez dieron la victoria al bloque grana ante el Ceuta. El 2-1 de Rodri Ríos, estéril.
El Nàstic de Tarragona está a dos pasos más de subir a Segunda División. El conjunto grana noqueó, al son de Alan Godoy, al Ceuta en un Nou Estadi Costa Daurada entregado y disfrutón. El conjunto caballa se vio anestesiado y superado por un Nàstic que no especuló. La muestra está en que en la primera mitad, con un 2-0 incontestable, encarriló la eliminatoria. Godoy, que ya marcó en el duelo de ida, hizo el 1-0 y Borja Martínez, el 2-0. El tanto del incombustible Rodri Ríos, en el minuto 65, puso algo de emoción, pero fue estéril. Tarragona sueña con, cinco campañas después, regresar al fútbol profesional. En la final se verá las caras con el Málaga. La ida será en La Rosaleda y la vuelta, en el Nou Estadi Costa Daurada.
La previa del encuentro estuvo marcada por los incidentes en la llegada del Ceuta al estadio porque el bus fue apedreado. Por suerte ningún integrante del primer equipo ni del cuerpo técnico salió herido. Ya con el balón en juego, y como gran protagonista, el Nàstic no tardó en marcar músculo. En el minuto 8, Nacho pidió penalti por una falta de Uche, pero el colegiado no señaló nada. Los grana se lanzaron al ataque y Óscar Sanz, en una acción de córner, volvió a avisar. El Ceuta bastante hizo con achicar agua, aunque Rodri Ríos tuvo una oportunidad en el minuto 21, que paró Varo. Ese susto fue lo que necesitó el conjunto grana para volver a dar una marcha más a su juego y, un minuto después, Godoy firmó el 1-0. Pol Domingo envió un balón al atacante canario de 21 años y este, en solo dos toques, superó a Pedro López.
Pese al 1-0, el bloque grana no quiso rebajar las pulsaciones al duelo, siguió intenso (tanto que acabó la primera mitad con 12 faltas) y olió sangre. El Ceuta, maltrecho y a remolque, no estuvo nada cómodo. Y la puntilla llegó en el tiempo añadido. Joan Oriol se inventó una acción increíble en la banda izquierda, en la que regateó a Fran y Aisar, y puso un centro excelente al corazón del área donde Borja Martínez, solo, remató a gol. El Nou Estadi Costa Daurada, entonces, explotó de alegría con este 2-0, aunque unos pocos aficionados quisieron su dosis de protagonismo y provocaron incidentes. El banquillo del Ceuta se quejó, también hubo lío en la zona de la Grada Visitante, y el encuentro se detuvo. Durante el descanso se desalojó la primera fila de la zona que estaba detrás del banquillo visitante.
Ya en la segunda mitad, el duelo siguió agitado y bronco. En el 55′, Redru se jugó la roja por una patada a Pablo Fernández sin el balón en juego, pero el colegiado no quiso encender aún más el encuentro. Los ánimos estuvieron muy encendidos y ello pasó factura a un Nàstic que se olvidó de atacar. Ello lo aprovechó el Ceuta para buscar su momento en el partido y Rodri Ríos, en el 65′, hizo el 2-1. Pudo haber reacción por parte del equipo caballa, pero no hubo manera. Los de Romero lo intentaron porque Varo tuvo que hacer una parada prodigiosa ante un cabezazo en propia puerta de Nacho y, después, el palo escupió el disparo de Meléndez. Los últimos minutos hubo demasiada tensión y poco fútbol. Y así, el Nàstic logró cerrar la eliminatoria y sellar su billete a la final.
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