VII TORNEO INTERNACIONAL LALIGA PROMISES
El madridista Thiago es nieto de la leyenda rojiblanca Heredia
El centrocampista blanco lleva el fútbol en los genes. “Ambos se parecen en que quieren jugar siempre el balón”, comenta su padre Rubén.
Thiago Muñoz estaba predestinado para el fútbol. Lo lleva en los genes. Su abuelo es el Cacho Heredia, aquel mítico central argentino del Atlético en la década de los 70. Sólo que Thiago es centrocampista y viste la camiseta del Real Madrid, el eterno rival. Aunque esas son, a priori, las cosas que les separan son otras tantas las que los unen. “Se parecen en el desplazamiento del balón, la lucha... Y además es muy trabajador. Nos recuerda a su abuelo”, comentan algunos de los miembros más veteranos del staff madridista. Ellos sí vieron al argentino alzarse con la Copa Intercontinental (74-75), la del Generalísimo (75-76) y la Liga (76-77), a las órdenes (principalmente) de Luis Aragonés.
Este es el primer año de Thiago, que luce el dorsal número 6, como jugador blanco, ya que antes había militado en las filas del Villanueva del Pardillo (16-19) y del Móstoles URJC (19-22). “Con cuatro años estaba con el balón”, recuerda su padre Rubén Muñoz, presente estos días en la Promises de Orlando. El resto de la familia —abuelo incluido— sigue a Thiago por la tele. “Ambos tienen algo en común: quieren jugar la pelota siempre y no les gustan los balonazos”, confirma Rubén.
A Heredia se le cae la baba viendo a Thiago. “No lo dice, pero se le nota”, bromea el padre, que agradece mucho la experiencia del Cacho y sus consejos. “Al crío le cuenta sus experiencias y le insiste en que disfrute”, desvela Rubén, que se ríe ante la curiosidad que suscita cómo viven un derbi en casa. “Esto es fútbol y hay una rivalidad sana porque Heredia es feliz viendo a su nieto divertirse”, afirma. De hecho, sus actos lo corroboran. “El pasado mes de enero, el Madrid le llamó, pero el chaval se quedó en el Móstoles con sus amigos. No se querían separar”, concluye Rubén, a quien acompañan estos días por el ESPN World of Sports Complex otros familiares de los niños del Madrid, como el abuelo y la madre del guardameta Alvarado y el padre de Alberto Ruiz, la sensación del pasado torneo en Vila-Real, donde se coronó MVP y máximo goleador. “Lo está viviendo con normalidad porque tiene la cabeza bien amueblada”, comenta su padre Manuel Ruiz Sancho, que atesora experiencia como futbolista (doce temporadas en activo en equipos como el Albacete, el Tomelloso, Socuéllamos...) y entrenador.
Alberto copa las miradas en Orlando. La expectación es máxima. “Y eso que tenemos una logística sacrificada”, reconoce Manuel. Ellos viven en La Solana y deben desplazarse a Madrid dos días a la semana para los entrenamientos. “Cogemos el coche de mi pueblo a Ciudad Real y desde allí el AVE. Solemos regresar a las 23:00 horas, pero es mejor así, tenerlo en casa. A su edad es primordial que esté con los papás”, esgrime, consciente de que el futuro pasa por la residencia o la mudanza de toda la familia a Madrid. Hasta que eso llegue, la prioridad es no perder el norte y la brújula siempre será la experiencia de abuelos y padres.