El Madrid C coge aire
Primera victoria de la temporada para el segundo filial blanco, que pilla impulso. La falta de gol y la inexperiencia están complicando el inicio.
Costó, pero llegó. Con sufrimiento, pero el Madrid C embolsó su primer triunfo. Exiguo por lo propuesto, enorme por lo necesario. Eran seis jornadas sin victorias. Dos empates y cuatro derrotas. Y a la séptima llegó la vencida. No logra escapar del descenso, pero la salvación aparece a dos puntos. Las sensaciones habían superado a los resultados hasta la visita del Melilla. En esta ocasión fueron de la mano. Con suspense, eso sí, pero los de Gómez-Rey cogen impulso.
Un primer tiempo fulgurante hacía presagiar el festejo. Presión alta y control ante un Melilla transparente en el arranque. No tardó en aparecer el premio. Jacobo Ortega ponía la guinda a su fin de semana. El sábado debutaba con el Castilla, el domingo enjaulaba el primero del C. Con el Campo 7 de Valdebebas cuesta abajo, Jaco acarició el segundo. Por partida doble además. Pero no logró quitarle el lazo a dos pases exquisitos de Bruno Iglesias y Mario Rivas. El resultado era la mejor noticia para los azules. Porque los blancos perdonaron en demasía. Y el que perdona...
Y lo pagaron. A balón parado, Robert mandó a la red el empate en el 72′. En esos momentos había bajado el ritmo que había maniatado a los visitantes y aparecían los fantasmas que tantos puntos han arrebatado al C en los tramos finales. Contra el Coria voló la victoria (2-0 en el 86′, 3-3 al final), ante el Navalcarnero el empate (0-0 en el 87′, 2-1 final). Pero esta vez estaba Hugo de Llanos (que había sustituido a un Joan Mascaró tocado) para cazarlos. Zapatazo con parábola desde 20 metros en el 78′. Y gol. Otro castillista al rescate. Titular con Raúl contra el Yeclano, desfibrilador con Gómez-Rey ante el Melilla.
Trampolín
Una alegría que internamente confían sirva de trampolín. El convencimiento en la propuesta es pleno. No es paisaje sencillo y se es consciente. Es la primera temporada del proyecto en Segunda RFEF y el hándicap es doble. Además de la edad, con el capi Miguel Romera como abuelo a sus 22 años, el baile de jugadores. El goleador Hugo de Llanos, por ejemplo, hacía su debut con el C ante el Melilla, Pol Fortuny apenas ha disputado tres partidos por su ascenso al Castilla... Amén de las ausencias intersemanales cuando el primer equipo llama a filas a algunos de los chicos para completar entrenamientos. El peaje de un filial.
Complicaciones potenciadas por el poco colmillo en área rival. Más ocasiones que goles que no han permitido al Madrid C caminar con tranquilidad. Hay generación de peligro, pero la puntería es pulible, pues en Valdebebas se entiende que hay mimbres para encontrar el gol con los Jacobo Ortega, Ángel Carvajal o un Álvaro Ginés que volvía este domingo de lesión. Ese es el objetivo, transitar por la zona templada en pos de asentarse en la categoría y surtir a sus mayores. El siguiente examen, en Guadalajara el sábado (18:00 horas). De momento, el Madrid C coge aire. Era necesario.
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