El ‘House of Cards’ de la calle Sicilia
Los clubes de fútbol de Cataluña deciden este lunes su presidente después de la repetición de las votaciones y de unas intrahistorias más propias de una serie de televisión. Isern y Soteras, mano a mano con la sombra de Subies.
Hay un ex presidente imputado (Andreu Subies) que dicen varias fuentes que quería manejar los hilos de un candidato que se quedó a 26 votos de ganar las elecciones en mayo de 2022 y que ahora no le han permitido presentarse (Álex Talavera) por no pactar con Juanjo Isern, tercero entonces, y porque diez de sus directivos se cambiaron de bando para desbancar al actual presidente y favorito, Joan Soteras. Para más colmo, este último llegó al cargo porque Subies lo colocó en 2018 y ahora en cambio pelea contra él como en un ‘western’ en las cloacas de la política más siciliana en la que está inmersa la Federació Catalana de Futbol (FCF). Con esta trama enredada como la madeja podría empezar una serie de cualquier plataforma, al más puro estilo ‘House of Cards’, que este lunes día 13 vivirá un capítulo determinante con la repetición de las votaciones. Es la vida real. Un lunes laborable, para más esperpento. Seguramente no será el último capítulo porque después de Frank Underwood llegó Clark Underwood.
Los disparos apuntan a todas las direcciones. Durante los últimos años (y los pasados días) se han publicado audios de whatsaap entre Soteras y directivos con un lenguaje impropio (especialmente el tono sobre la ex directiva Paquita Linares) y se les ha acusado de meter a familiares en la FCF, de la misma manera que han aparecido múltiples informaciones contra Isern o Talavera. Las elecciones se tuvieron que repetir porque el Tribunal Català de l’Esport, tras la denuncia de Talavera, detectó que hubo 175 votos manipulados (el 17%) en parte por el rudimentario proceso electoral y la saturación de la secretaria general de l’Esport a la hora de actualizar las juntas directivas de los clubes. Y, obviamente, a causa de la voluntad de mantenerse o de acceder al poder de todos, que les llevó a pasar la línea de lo permitido, ya que en ningún caso se publicaron a quién iban a parar esos votos manipulados.
Desde que Subies llegara al poder en 2011 gracias a una moción de censura contra Jordi Casals, quien le acusó de “puñalada trapera”, la FCF entró en una dimensión más profesional en los presupuestos (más ingresos y sueldo de 100.000 euros, aproximadamente, para el presidente), pero no en las formas. Subies está imputado por el caso ‘Soule’ que también salpica al anterior presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), Ángel María Villar, por “presuntos delitos de apropiación, administración desleal y corrupción entre particulares”. Ahí empieza el ‘House of Cards’ de la calle Sicilia, porque otros directivos podrían estar también salpicados por esta trama y actúan como aliados del propio Subies.
La ambición de Subies y el mal cálculo con Soteras
Asentado como presidente, con un sueldo profesional gracias en parte al incremento de las cuotas que pagaban los jugadores de fútbol base a la FCF (que aumentaron más de un 100%), varias fuentes califican a Subies como una persona “dictatorial, con mucho carácter y ambiciosa” que utilizaba la federación “como si fuera su casa”. Por eso mismo, hay muchos capítulos oscuros que aparecen en el caso Soule que debe empezar a juzgarse este mismo mes: el restaurante de su mujer en Cambrils, las obras de su vivienda, de algunas sedes y en la que están inmersos otros directivos... Supuestos desvíos de presupuesto que se deberán demostrar y que destapó en 2016 el periodista Adrià Soldevila. La ambición de Subies no se detuvo en el Ebro. Él aspiraba a ser presidente de la RFEF, como expresaba a sus íntimos, por lo que en 2018 se asoció con Luis Rubiales, al que le garantizó los votos de Cataluña.
Eso ocurrió en junio. En el mismo comunicado, Subies declaró que Joan Soteras, su vicepresidente, iba a ser el candidato a las elecciones de septiembre. Sin oposición, el actual favorito se convirtió en el nuevo mandamás de la FCF. Pocas semanas después, Subies fue señalado (y detenido) por la Guardia Civil por el caso Soule y las oficinas de la FCF fueron inspeccionadas. Soteras declaró en aquel momento que “Subies es inocente, no quedaré decepcionado con él porque le creo”, dijo el presidente en el programa ‘Tot Costa’ de Catalunya Ràdio. Cuando las aguas se calmaron, Subies le pidió a Soteras regresar a la presidencia de la FCF pero este se negó a dejar el cargo. No estaba de paso, sino que llegaba para quedarse. La guerra estaba servida.
El polvorín, los despidos y las elecciones
Esa decisión de Soteras y esa ambición de Subies por recuperar el control de la FCF encendió la mecha. La junta directiva de la FCF se dividió entre los que apoyaban a Soteras y los que eran partidarios de Subies, quienes empezaron “a pasarle información para desgastar al actual presidente”, lo que provocó una serie de despidos tanto de directivos como de empleados. Las acusaciones públicas empezaron a sucederse, de un bando y de otro. Isern también saltó de la FCF y en 2022 se personó como acusación particular contra José Manuel Calle, director general, quien cobró unas cantidades económicas en la etapa de Andreu Subies a través de su mujer. “La acusación también es contra Subies”, explica Isern, quien ya preparaba su candidatura y se desmarcaba del propio Subies de puertas afuera.
El acercamiento de las elecciones, que tendrían lugar en mayo de 2022, desencadenó la partida. Hubo tres candidaturas firmes. La primera, la de Soteras. La segunda, la de Juanjo Isern, que se presentó como independiente y acusó a la tercera, de Álex Talavera, de ir de la mano de Andreu Subies al contar en su junta directiva con las personas de su confianza que habían sido despedidas por Soteras (diez): “Estoy decepcionado porque todo es una lucha de poder entre la facción del equipo de Soteras y del equipo de Subies, que está representado por Talavera”, comentó en AS en su momento.
La guerra sucia prosiguió, especialmente en Twitter con numerosas cuentas falsas, de un bando y de otro, que se encargaban de sacar toda la bilis. A Isern, ligado en el pasado a movimientos políticos próximos a Unió, se le asoció con tener el favor de la Generalitat y trascendieron unos audios de WhatsApp en los que se había reunido personalmente con personalidades políticas; de Soteras se denunció públicamente que se aprovechaba de estar en la federación para favorecerse del sistema en todo el proceso y en las elecciones. Soteras ganó con 396 votos por 370 de Talavera y 286 de Isern. Pero, poco tiempo después, el equipo de Talavera denunció ilegalidades. El TCE le dio la razón y mandó repetir las elecciones para este lunes 13 de febrero.
Talavera, Isern y el tercer hombre
De nuevo empezó la guerra de manera más directa, con toda la artillera. Soteras puso las elecciones un lunes, un día donde la participación iba a ser menor que la del pasado mayo (se superó el 85%), mientras que Talavera e Isern se reunieron para ir conjuntamente y desbancar a Soteras. En aquel primer encuentro se redactó un pacto de ‘Voluntades y Compromisos’ en el que, según las fuentes consultadas y lo publicado por distintos medios, ambos candidatos sellaron que Talavera sería el presidente e Isern el vicepresidente, y que entre ambos equipos formarían una junta directiva. Pero todo saltó por los aires el 28 de enero: un sábado en las oficinas del hijo de Juanjo Isern con la presencia de Talavera, su abogado, Isern, su abogado, y un quinto invitado: Andreu Subies.
Las versiones de Talavera e Isern son contradictorias, aunque la consecuencia es que el primero está invalidado e Isern es el único candidato. Talavera señala que fue Subies el que llevó la voz cantante de esa reunión y el que determinó que el presidente debía ser Isern porque a Talavera “le faltaba experiencia”. Ante la negativa de Talavera de unirse con estas condiciones, hasta diez directivos de su equipo, la mayoría de ellos afines a Subies y despedidos por Soteras, habían presentado su renuncia y se habían aliado con Isern, lo que imposibilitó que Talavera pudiera presentarse al no tener suficientes miembros y ser vetado por la junta electoral (la parte del ex candidato ha presentado un recurso al considerar no ser legal esta medida). Desde el lado de Isern, se apunta que esos directivos se fueron cuando Subies destapó en esa reunión que Talavera había pactado con el equipo de Soteras, en concreto con el director general, Calle, circunstancia que el ex presidente de la UE Cornellà niega aunque, después de todo lo ocurrido, apunta que prefiere ahora que gane el actual presidente (Soteras) que Isern. “El grupo de Subies no tiene escrúpulos”. Isern, por su lado, se sigue desmarcando de Subies: “No estará en mi junta ni ahora ni nunca”.
Reuniones clandestinas con versiones contradictorias, candidatos que cambian su punto de vista, juego sucio, audios vejatorios, imputados... Una lucha por el poder en las bajos fondos. Denuncias y reyertas verbales. Todo eso vivirá este lunes un nuevo capítulo por acceder al endulzado cargo de la calle Sicilia, un ‘House of Cards’ en toda regla, donde la verdad y la mentira conviven en la misma habitación.