El Fabril y una permanencia lograda contra viento y marea
Gilsanz y los suyos han superado la adaptación a la categoría, las promociones al primer equipo y las lesiones para seguir en Segunda RFEF.
Poco más de 12 horas después de que el Deportivo diera un paso de gigante hacia el ascenso en Sestao, el Fabril conseguía en Oviedo una permanencia tan sufrida como estratégica para el futuro inmediato del club blanquiazul. La presencia del filial en Segunda Federación una temporada más es clave. Tanto para atraer nuevos talentos como para mantener todas las opciones abiertas con las promesas de la casa.
Para lograrlo ha sido clave de nuevo el papel de Óscar Gilsanz, que sigue conquistando hitos después de ganar la División de Honor y la Copa de Campeones con el Juvenil, lograr el ascenso del año pasado a la cuarta categoría y esta permanencia que se ha convertido en una lucha contra los elementos. Una salvación en la que el técnico de Betanzos se han mantenido fuerte en el timón contra viento y marea.
Ascenso y adaptación a la categoría
El Deportivo apostó por no cambiar la política de su filial a riesgo de pagar la novatada en Segunda Federación, categoría en la que apenas cuatro jugadores tenían experiencia esta temporada. Terreno desconocido también para el propio Gilsanz y su cuerpo técnico, de nuevo a los mandos de una plantilla joven que pretendía asentarse sobre las últimas y brillantes generaciones juveniles. Sólo un futbolista superaba los 23 años y Kevin Sánchez ha tenido un rol protagonista con 19 cumplidos en febrero.
Al rescate del primer equipo
El giro del Deportivo hacia Abegondo pronto se notó en el filial. Una planificación con lagunas en el primer equipo provocó que Martín Ochoa y David Mella, máximo goleador y futbolista más desequilibrante del tramo final en Tercera RFEF, apenas pasaran por un Fabril que inicialmente contaba con ambos. La ausencia de otro ‘9′ ante la lesión de Barbero y el bajo rendimiento de los extremos precipitó el asentamiento de los canteranos en los planes de Idiakez, pasando de recursos de rotación a piezas indispensables durante los primeros meses de competición.
A ellos se unió poco después Rubén López, otro de los hombres de confianza de Gilsanz en el centro del campo. De las 34 jornadas que tiene el calendario de Segunda Federación, el mediocentro fue el que más jugó, con 11 partidos, por los 8 de Ochoa y sólo 1 de Mella.
Plaga de lesiones
Los motivos de la ausencia de Ochoa se reparten entre su presencia con el primer equipo y un problema físico que lo obligó a pasar por el quirófano, operación que derivó en diferentes molestias musculares que no le han dejado estar al cien por cien desde enero. Porque las lesiones también se han cebado con el Fabril. Diego Gómez, otro de los fijos para Gilsanz, se rompió el peroné y estuvo varios meses fuera. Su hoja de servicio, en la que presenta una buena cifra de seis goles, se reduce a 16 partidos, ni la mitad del total.
En la primera vuelta, además, el filial tuvo que sobrevivir a diferentes contratiempos en el eje de la defensa, con una mitad inicial de campeonato en la que se cuentan con los dedos de la mano las jornadas en las que dos de los cuatro centrales estaban sanos. Brais Val, mediocentro y jugador con más minutos este año, tuvo que retrasar su posición en muchas ocasiones.
Enero de cara, cruz... y el caso Iano
Como en el primer equipo, en el mercado de enero se buscó corregir errores. Como en el primer equipo, el resultado es más que cuestionable. Llegó Alfaro, que rindió desde el primer momento dando solidez y experiencia al centro del campo. No fue así en el caso de Losa, delantero que apenas ha superado los 200 minutos.
La puntilla fue una nueva promoción, la de Iano Simao. El guineano estaba siendo diferencial en el lateral zurdo - presencia física, varias asistencias y tres goles - y la dirección deportiva decidió hacerle ficha del primer equipo en el cierre de mercado ante la incapacidad de encontrar un recambio para Balenziaga. Para cubrir su baja llegó Baladia, que no era titular en el Villarreal C, décimo clasificado en Tercera RFEF, pero que desbloqueaba la llegada de Luis Quintero al primer equipo. Fue titular en siete encuentros, pero sus problemas en defensa lo acabaron relegando al banquillo en los partidos decisivos. Iano suma hasta el momento 17 minutos en el Depor.
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