ASCENSO A LIGA F | ESPANYOL 3 - OSASUNA 1
¡El Espanyol vuelve a Primera!
El equipo blanquiazul, fundador de la actual Liga F y campeón en 2006, regresa a la máxima categoría 1.075 días después, con una remontada ante Osasuna que encarriló Lice Chamorro.
53 años después de su primer partido, el 21 de marzo de 1971. 36 después de fundar la Liga femenina. 18 después de proclamarse campeón. Y tras 1.075 días de condena, los que llevaba desde que consumó su fatídico descenso a Segunda, ahora llamada Primera Federación, el 6 de junio de 2021. La travesía por el desierto del Espanyol ha finalizado. La historia del conjunto perico le ha podido a las ganas de Osasuna de ser históricas, pues nunca han militado las rojillas en la máxima categoría. Una Ciudad Deportiva Dani Jarque llena a rebosar, como pocas veces se había visto, fue este jueves el escenario de una remontada y de un ascenso que en realidad es como una vuelta a casa. A la tercera ha ido la vencida. Ahora, que tomen nota los chicos.
Con la vuelta a la titularidad de Judith Pablos, entró en tromba el conjunto blanquiazul para remontar cuanto antes el 1-0 de la ida en esta final por el ascenso, anotado por Maite Valero el domingo en El Sadar. Y fue literal ese ansia. En el primer segundo, tras el saque inicial, probaba el chut Lice Chamorro desde el círculo central, como tomándose en serio la pancarta con el lema “Llegó la hora” que se exhibía en uno de los laterales.
Y la hora no llegó con una primera internada de Daniela Caracas en el minuto 6. Tampoco para las pamplonesas al cuarto de hora, con una anticipación providencial de Simona Botero cuando Carmen llegaba por detrás para rematar. La hora llegó en el 19′, con un balón rechazado por el Espanyol desde campo propio, aparentemente inocuo, pero que se envenenó probablemente con el bote. Maitane, la guardameta rojilla, se resbaló en primera instancia y no pudo agarrar el balón acto seguido, lo que aprovechó la voraz Lice para igualar la eliminatoria. Para dar alas al Espanyol.
Porque en un pase de Caracas que se envenenó a punto estuvo Maitane de zamparse el segundo, que también intentaron Carol Marín de falta directa y Judith Pablos desde el balcón del área. Y quien lo consiguió, cómo no, fue de nuevo Lice Chamorro, rematando con la sangre fría propia de una ‘killer’ la asistencia que le había regalado Mar Torras para culminar un contragolpe, un perfecto dos contra dos. Se besaba el escudo la goleadora paraguaya, más cerca de la Liga F.
Celia Ochoa, con un tiro alto desde el interior del área perica, protagonizó la ocasión más clara en todo el primer tiempo de un Osasuna que no acababa de reaccionar al doble mazazo. A su ilusión de subir a la elite siete años después de hacerlo a Primera Federación, ocho después de su refundación bajo el paraguas de la Fundación rojilla. El partido más importante de su historia se le acabó de nublar en la reanudación, en el 53′, con un inapelable cabezazo de Ana Hernández a la salida de un córner. Con todo el ímpetu. Con muchísima clarividencia. Un 3-0 prácticamente inalcanzable ya.
Pero restaba media hora larga y los nervios no se podían reprimir en la Dani Jarque, desde la responsable del área femenina, Dolors Ribalta, al entrenador del primer equipo masculino, Manolo González, pasando por el expresidente Joan Collet o el exdirectivo Antonio Martín, mecenas de este Espanyol femenino en su edad dorada, ésa en que las Copas de la Reina se acumulaban en sus vitrinas. Hasta seis tiene. Más impasible se veía al actual CEO del club, Mao Ye Wu. Y, lógicamente, a Markel Zubizarreta, director de fútbol femenino de la Federación Española.
Impotentes, las jugadoras de Josu Domínguez trataron de recurrir al balón parado para igualar fuerzas, para reducir distancias, con sucesivos saques de esquina sobrepasado el minuto 60. Y sin embargo, paradójicamente, lo que estuvo más cerca de llegar en ese tramo fue el 4-0, en dos recuperaciones. La de Carol Marín en el 66′, que mandó fuera, y tres minutos más tarde la de Lice Chamorro, que detuvo Maitane y que comportó la sustitución de la goleadora, sobrecargada.
Y de nuevo Carol, antes de enfilar el último cuarto de hora, merodeó el cuarto tanto de las blanquiazules. Lo mismo que Judith Pablos cinco minutos más tarde para completar, ya con poco oxígeno, un tremendo contraataque que abortó ‘in extremis’ Maitane.
Justo cuando la alegría empezaba a desparramarse, en el minuto 85 aparecía como una exhalación Merche Izal para lanzar un implacable misil desde fuera del área que se colaba por toda la escuadra de la portería de Romane Salvador, que nada pudo hacer para evitar un 3-1 que dejaba a las rojillas, de pronto, a un gol de forzar la prórroga. Los seis minutos de añadido que se decretaron se antojaban eternos para la parroquia local, insuficientes para Osasuna, que lo intentó con un chut de falta lejano de Carmen, pero que pagó carísima su tardía reacción.
Se ponía el sol en Sant Adrià y se desataba la euforia, la fiesta del retorno a la Liga F. La que a punto estuvo de perderse en 2020, salvado el Espanyol por la campana de la pandemia. De la que sí se despidió en 2021 con una temporada horrible. La que no atinó a recuperar un año más tarde, en la jornada final ante el Levante Las Planas. Ni en 2023, con otro curso para olvidar. Pero sí a la tercera. Ahora bien, consumado el ascenso, la pelota pasa al tejado de una directiva que debe demostrar su apuesta con presupuesto y recursos, para no regresar dentro de 12 meses a la casilla de salida. Pero en este momento le toca disfrutar a su afición. El Espanyol vuelve a casa.
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