El derbi es rojiblanco

El Atlético da un golpe sobre la mesa que puede ser definitivo. El equipo rojiblanco fue mejor en Alcalá y se impuso a un Real Madrid al que aleja hasta los ocho puntos con tan solo nueve jornadas disputadas. La tensión volvió a florecer en unos derbis siempre calientes. No hubo saludo inicial entre Fernando Torres y Arbeloa, por lo menos ante las cámaras, y en los minutos finales hubo piques, primero entre banquillos tras la expulsión del atlético David Muñoz y después entre los futbolistas de ambos conjuntos tras el pitido del colegiado. No fue a más y los colchoneros se hacen con una victoria clave que le asienta en la cabeza del campeonato.

Y eso que el Real Madrid comenzó haciendo daño a la contra en los primeros minutos. El Atlético trataba de construir desde atrás y cometió varias pérdidas peligrosas que no penalizaron los blancos. No así Rayane, extremo derecho de enorme calidad, llegada y talento, que no falló en la primera gran ocasión rojiblanca. Ganó la posición al central con el cuerpo y definió en el mano a mano con un tiro cruzado. Sin duda uno de los grandes candidatos a mejor jugador del partido. El primer tanto asentó al Atlético y hundió al Madrid, que se vino abajo.

Ocho minutos tardaría Rosado en poner el segundo, una llegada de Julio por la izquierda, su centro que se paseaba sin que nadie llegase a despejar o rematar y le caía al lateral derecho para definir con un balón picado que no queda claro si Omar llega a desviar al final. De lateral a lateral y tiro porque me toca. Lo celebró Rosado y todo el Atlético, que ponía una renta de quilates. Despertaría el equipo de Arbeloa antes del descanso por su banda derecha, varias llegadas que mascaban un gol que llegaría al inicio de la segunda mitad por medio de Hugo. Una pared en la frontal y el buen remate cruzado en el mano a mano. Spina, el cortafuegos atlético, no pudo llegar a esa. Había modificado su esquema el técnico blanco tras el descanso y le salía bien marcando en su primera llegada importante de la segunda mitad.

Ampliar

Al Atlético le llegó el 2-1 cuando no estaba siendo peor y cuando había pedido un penalti sobre Caste, pero el gol en contra no le hizo daño. Se repuso y perdonó en varias ocasiones el tercero, las más claras por medio de Omar y Javi Alonso antes de que la polémica inundase Alcalá. El colegiado mostró dos amarillas a David Muñoz en apenas tres minutos, la segunda por golpear a un rival que llegó antes al pase que buscaba su incorporación al ataque y donde acabó golpeando el pie del zaguero blanco en lugar del balón. Poco antes, Jacobo se había librado de la segunda amarilla cortando una contra peligrosa del Atleti y de nuevo saltaron chispas entre Torres y Arbeloa, dos excompañeros de vestuario, pero enemigos en los banquillos. En los derbis no hay amistades que valgan.

Esa expulsión metió al Atlético atrás y dio alas al Real Madrid para apretar en los últimos diez minutos. Aquello de quien perdona lo paga corría por la cabeza de la afición rojiblanca que copaba las gradas de Alcalá. Y a punto estuvo de ocurrir, con un potente disparo de Hugo que hubiese sido su doblete de no aparecer la fantástica mano tensa de Esquivel. Paradón que vale dos puntos. El Atlético se hace con el derbi, refuerza la sensación de superioridad sobre el Real Madrid en este inicio de curso y vuelve a dejar claro que cada derbi es una batalla por los puntos y cada balón. Esta temporada, por lo menos hasta el momento, el Atlético manda en la capital.

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