El Deportivo sigue haciendo agua en las dos áreas
El Depor repite fragilidad defensiva y solo ha dejado su portería a cero en dos partidos de nueve. En ataque lleva diez goles, menos que once de sus rivales.
Óscar Cano debutó con victoria ante el Linares, pero en su segundo partido en Valdebebas llegó la primera derrota. Al margen del daño a la moral y las consecuencias clasificatorias, lo peor es que los males que ha demostrado el conjunto coruñés desde el principio de liga persisten. Una jornada más los blanquiazules han dominado la posesión durante muchos tramos del encuentro, pero también una vez más se han mostrado como un equipo muy débil en ambas áreas con graves problemas de contundencia en defensa y falta de definición en ataque.
El gol del rival fue consecuencia de una horrorosa puesta en escena del equipo, la fragilidad defensiva y un grave error de un jugador concreto. Contra el Castilla el señalado fue Pablo Martínez, como lo ocurrió a Bergantiños frente al Linares o Jaime ante el Celta B y San Fernando. Unos fallos que van más allá de un nombre propio, como queda claro al comprobar que el conjunto coruñés solo ha sido capaz de dejar su portería a cero en dos de los nueve partidos: Mérida (0-1) y Rayo Majadahonda (0-0). Siete jornadas encajando cuando la pasada temporada, por ejemplo, en toda la primera vuelta encajó solo en ocho y no recibió gol en once.
Un gol de Quiles, la aportación de toda la delantera
Si el Depor patina en su área, también lo hace en la del rival. El equipo regresó de Valdebebas sin ver puerta, algo que le ha sucedido en tres de los últimos cuatro partidos. En nueve jornadas los coruñeses llevan diez goles, cifra que superan hasta once equipos del Grupo I, 21 si se cuentan a los del Grupo II. Una pírrica capacidad goleadora que tiene mucho que ver con la casi nula aportación de una delantera que solo suma un tanto, el marcado por Quiles ante el Linares. Zalazar, Svensson y Gorka Santamaría están a cero y la segunda línea está salvando los muebles. Mario Soriano, con tres dianas, es el pichichi del equipo, mientras que Villares y Rubén Díez llevan dos cada uno.