El Deportivo no tiene remedio

El Deportivo cerraba la jornada ante Osasuna Promesas con el mal sabor del empate de Tarazona, pero con el regusto de un fin de semana repleto de pinchazos de los equipos de arriba. Una buena oportunidad para recortar y sumar la tercera victoria consecutiva en Riazor para encontrar un pilar al que agarrarse para construir el futuro. Pues nada de nada. Juego sin plan de un equipo que sobrevive gracias a sus centrales y al pundonor de Villares. La buena noticia, o no tanto, fue el regreso de Yeremay. Buena porque por fin está de vuelta, pero mala porque en solo 25 minutos construyó y creo más que todo sus compañeros el resto del partido después de casi tres meses en el dique seco. Una dura realidad que terminó con Riazor abroncando a los suyos. Normal, dos victorias en siete partidos en casa es para temblar. Enfrente un dignísimo Osasuna Promesas que usó sus armas, una buena noche de Stamatakis y la falta de definición de los coruñeses que les sirvió para sumar un punto que pudieron ser tres si tuviesen más calma en alguna de las contras del segundo tiempo.

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La apuesta de Idiakez no presentó grandes novedades, con el esperado regreso de José Ángel y la entrada de Hugo Rama por Valcarce para volver a plantear un once plagado de centrocampistas. El resultado fue el dominio del juego ante un Osasuna Promesas tímido en la presión y que esperaba para salir a la contra. El dominio local llegaba hasta el borde del área, donde las lentas ideas se nublaban. Nulo peligro durante veinte minutos que contrastó con lo que hizo el filial rojillo en la primera contra que tuvo. Agirre llegó a la esquina del área y sacó un disparo cruzado que parecía sencillo, pero Germán Parreño, en un defectuoso rechace, lo dejó muerto para que Yoldi, que acompañaba la jugada, marcase a placer.

Una vez más a los coruñeses sacaban nada del dominio del balón y el rival, petróleo del primer error. Los de Idiakez se reiniciaron para seguir insistiendo y comenzaron a llegar. Primero Lucas Pérez en una falta directa y luego Hugo Rama desde la frontal, pero a ambas respondió con seguridad Stamatakis. Luego fue el turno de Villares. Primero, con una entrada en el área tras cazar el balón que acabó en lo que pareció penalti. Poco después, para rematar de cabeza el empate a centro de Paris Adot tras una buena jugada colectiva. Si no hay lateral, ahí esta Villares; si no hay mediapunta, ahí está Villares; si no hay delantero, ahí está Villares para girar el cuello como el mejor ‘nueve’. Reacción a tiempo para llegar al descanso con empate, pero un día más sin encontrar una fórmula de juego eficaz, esa identidad y método con la que morder al rival.

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A diferencia del primer tiempo, el segundo arrancó eléctrico. Primero, con un remate de córner de Pablo Vázquez que Stamatakis sacó como pudo. Luego, con una contra comandada por un Svensson que era un dolor de muelas para la banda izquierda blanquiazul. Intercambio de golpes entre dos equipos decididos a no marchase con un solo punto. Con todo en el aire, Idiakez decidió jugársela sacando a Valcarce y, sobre todo, al deseado Yeremay. Lo intentó José Ángel, Valcarce, una contra con jugada genial de Yeremay y un cabezazo de Paris Adot, pero sin premio y con la angustia del paso del crono pesando cada vez más. Errores en el remate, errores en los controles de jugadores como Lucas Pérez o Valcarce para volver a patinar en Riazor por mucho que Yeremay se empeñase.

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