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El Deportivo cambia de estrategia con la portería

Ian Mackay (35 años) tendrá esta temporada competencia directa con Edu Sousa (30). Si no inscribe otro portero sub-23 en la plantilla perderá una ficha senior.

Pablo Brea y Mackay en un entrenamiento del Deportivo.
Jesús Sancho | Diario AS Participación

El Deportivo está siendo de los equipos más madrugadores en el mercado de cara a la temporada 2022-2023. El club coruñés mantiene el perfil de sus refuerzos fichando a jugadores con dilatada experiencia en la categoría y cartel de titulares en sus respectivos equipos de origen. Dentro de esta línea continuista, la dirección deportiva blanquiazul ha dado un golpe de timón respecto a la liga pasada en una demarcación: la portería.

Hace un año se apostó por la contratación de un portero ‘titular’ con el regreso de Ian Mackay, que venía de ser elegido mejor guardameta de Segunda, y un joven de la cantera como Pablo Brea. Para la temporada 2022-2023 el club ha decidido cambiar de estrategia con el fichaje de Edu Sousa, un portero de 30 años de dilatada experiencia en la categoría de bronce con 224 encuentros. Competencia directa para el meta coruñés y también consecuencias en la configuración de la plantilla.

Dilema con Pablo Brea

Las normas de competición en Primera Federación marcan que los equipos pueden tener un máximo de 23 fichas: 17 senior y seis sub-23 con una excepción para los porteros. Si hay dos seniors, como es el caso de Edu Sousa y Mackay, se podrá ampliar una ficha en caso de tener en la plantilla a un portero sub-23. Ese sería Pablo Brea, que cumplió 21 años hace solo dos días. De ser así, el canterano podría pasarse el año en blanco, ya que tendría un claro rol de tercer guardameta y no podría actuar con el Fabril.

La otra opción del club es optar por una cesión para que el santiagués se ruede, pero volvería al punto de partida. Si no inscribe a otro portero sub-23 el Depor solo dispondría de 15 fichas senior para jugadores de campo. Si quisiese aumentar el cupo en uno y ceder a Brea, tendría que inscribir otro meta sub-23 (la lógica señala a Alberto) que se encontraría con el mismo problema: al pertenecer a la primera plantilla no podría bajar a jugar con el filial.