El Depor, una demolición controlada con despedidos útiles
La marcha de David Villasuso cierra la total reestructuración del club en la que se han exprimido a casi todos los empleados antes de enseñarles la puerta de salida.
El 11 de junio el Deportivo decía adiós a la posibilidad de ascenso en un fatídico partido en Castalia. El nuevo fracaso tardó poco en pasar factura y en 72 horas de locura volaron por los aires el primer presidente (Antonio Couceiro) y consejo de administración elegidos integra y directamente por la propiedad, entrenador (Rubén de la Barrera) y secretaría técnica (Carlos Rosende y Juan Jiménez) tras las órdenes de Juan Carlos Escotet, dueño de Abanca y, por tanto, del club. Fue el inicio de una demolición a la que todavía le quedaban muchos más capítulos y con un denominador común: aprovechar hasta la última gota del trabajo de los futuros despedidos antes de enseñarles la puerta.
El ejecutor de los primeros despidos fue David Villasuso, incluida la famosa visita nocturna a Rubén de la Barrera en Betanzos para darle en mano la carta del adiós. El círculo se cerró este lunes con su regreso a Abanca después de tres años en los que llegó a ostentar un poder casi absoluto. Villasuso fue el único consejero que sobrevivió al cataclismo de Castellón con la misión de conducir la transición y terminar de firmar la ‘limpia’ en la Plaza de Pontevedra como último servicio. Su deseo, después del cuarto año de fracaso del Deportivo, era salir del club y volver a su puesto en el banco, algo que se ha producido después de acabar la misión.
La política de ‘tirar después de usar’ ejecutada por Villasuso y Benassi en estos últimos meses tuvo muchos cadáveres útiles. A Fran, último despido materializado por el exdirector general coruñés, responsable de la mejor cantera del Deportivo de toda la historia, le enseñaron la puerta cuando a su renovación sólo le faltaba la firma. Eso sí, O Neno no fue renovado con todo hablado contra la opinión de Villasuso; el excapitán blanquiazul ya tenía prácticamente cerrada la planificación y renovaciones de las categorías inferiores. También fue despedido su segundo y director de metodología, José Manuel Pose, El relevo en la dirección de la cantera lo tomó Albert Gil, el único ‘dinosaurio’ del antiguo régimen que ha logrado, por ahora, sobrevivir en la nueva Plaza de Pontevedra regresando a sus tareas a Abegondo previas a la incorporación de Fran al club.
Ese mismo utilitarismo se utilizó con otros puestos relevantes cuyo trabajo fue valorado, pero no así su continuidad. Rocío Candal, secretaria técnica del Deportivo Abanca, sirvió para configurar la plantilla 2023-2024, pero no para seguir en el puesto. El no ascenso, el motivo, aunque no se aplicó igual criterio con Irene Ferreras. Sí con el delegado del equipo, Miguel García Esmorís, empleado blanquiazul desde el nacimiento del Depor Abanca y también despedido. El mismo modus operandi se siguió con Gabriel Barrós (director de comunicación) e Ignacio Martínez Dopico (director comercial), ideólogos y responsables de la campaña y el éxito, entre otras, de la camiseta canarinha de Bebeto y Mauro Silva. También de cerrar una temporada de récord a nivel de facturación en tiendas y generación de ingresos comerciales fuera del fútbol profesional. O Gelines Romero una vez llevó a cabo la Junta Extraordinaria de Accionistas, que se coordina desde el área social del club, y que puso en marcha la campaña de abonos que ha terminado con un récord histórico de socios. Una demolición controlada del antiguo club con una larga lista de despedidos… pero útiles hasta el final.