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El Depor se prepara para una implosión tras su enésimo fracaso

Abanca seguirá respaldando al club, pero habrá revolución en plantilla, secretaría técnica y consejo. Lucas seguirá, Rubén de la Barrera decide su futuro.

El Deportivo se prepara para una revolución tras su fracaso.
Los jugadores del Deportivo, hundidos tras la eliminación.Ángel Sánchez

El Deportivo volvió a vivir este fin de semana un nuevo golpe difícil de superar al ser eliminado en la semifinal del playoff por el Castellón en un partido lleno de errores. El club coruñés estará por cuarta temporada consecutiva en la tercera categoría del fútbol español, todo un varapalo. El propietario, Abanca, seguirá respaldando a un club en el que ha invertido desde julio de 2020 unos 47 millones de euros entre acciones y préstamos. Eso sí, la entidad que preside Juan Carlos Escotet se prepara para darle una vuelta casi total al proyecto y limitar su inversión. La venta a un tercero es complicada ya que la deuda del Depor, casi toda ella con Abanca, todavía es de 50 millones, Riazor es municipal y el equipo sigue hundido en Primera Federación

El presidente del club, Antonio Couceiro, elegido por la propia entidad bancaria, salió a la palestra al confirmarse la eliminación del playoff para tranquilizar a la afición: “Traslado la solidez del proyecto, el respaldo de su primer accionista (Abanca) para seguir trabajando intensamente y conseguir los objetivos. En las próximas semanas tomaremos muchas decisiones”. Alguna de esas decisiones pueden afectar directamente al propio consejo de administración, profesional y nombrado por Abanca, ya que se esperan algunas salidas por decisión propia y otras que pueden ser ‘obligadas’ y llegar a los escalones más altos.

Secretaría técnica

Una de las secciones del club más criticadas este año y que está en el centro del ojo del huracán es la secretaría técnica. El club no cuenta con director deportivo y sí con una secretaría técnica formada por Carlos Rosende y Juan Giménez. Ambos presentaron la dimisión tras la destitución de Óscar Cano, pero no se aceptó. Giménez podría recalar en el Ibiza junto a Romo, mientras que el destino de Rosende es más incierto. Apostar por Borja Jiménez por segundo año, que duró hasta la jornada séptima, y, sobre todo, la contratación de Óscar Cano fue su sentencia. A eso se une los recursos económicos que tuvieron estos dos años, incluido un fracasado mercado invernal con cinco fichajes (solo Lebedenko jugó). El club busca un director deportivo y hará más cambios en la estructura.

Rubén de la Barrera, Lucas Pérez y la plantilla

En el siguiente escalón está Rubén de la Barrera, que llegó a dos jornadas del final pero que al no lograr el ascenso puede marcharse si lo desea. El técnico habló al término del partido: “Me sentaré con el club, quiero escuchar lo que proponen y lo que quieren hacer. Mis ganas por estar son todas. Este tipo de situaciones te pone al límite y exige decisiones. Esas decisiones tienen que ayudar al club a dar un paso”. Si Rubén sigue, tendrá mucho que decir no solo en la futura plantilla, también los cambios en la dirección deportiva.

Lucas Pérez, que dejó Primera para ascender al Deportivo, era de los jugadores más tocados tras la eliminación. Aún así, el de Monelos será el año que viene la cabeza visible del proyecto. Casi igual de claro es que Quiles no seguirá. El pichichi andaluz renovaba en caso de ascenso, pero al seguir en Primera RFEF es un jugador libre y con varias ofertas de Segunda. El club tiene otro problema con los numerosos contratos que no finalizan este mes de junio, hasta 17 jugadores. Habrá revolución, pero aún no está nada claro cómo se llevará a cabo y quienes seguirán.

La cantera y la afición, lo único positivo

El desastre del Deportivo es total, pero a Abanca no le queda otro remedio que mirar hacia adelante. El club cuenta con una masa social impresionante, inimaginable para Primera RFEF. Tiene 25.000 socios, y aunque parece complicado repetir esa cifra tras el nuevo fiasco, son un seguro de ingresos en esta categoría. Esta temporada superó los tres millones, más algo más de un millón por taquillas en los partidos. La afición es la que mantiene vivo al Depor, como se palpó en el partido de ida ante el Castellón con 29.000 espectadores.

Si el primer equipo es un fiasco constante, la cantera es todo lo contrario. Campeones de España hace dos años, Youth League luego, semifinalista de Copa esta temporada y ascenso directo del Fabril a Segunda RFEF hace un mes. Este año estuvieron arrinconados en el Depor jugadores como Yeremay, que desde que Rubén de la Barrera lo puso a jugar fue de lo mejor. Trilli también vivió un año en el ostracismo y otros, como Barcia, que acaba de renovar, espera su oportunidad en el filial. Una lista a la que se une David Mella, con 18 años recién cumplidos y que ya ha sido titular con De la Barrera. Todos ellos son internacionales. La base funciona y muchos apuntan que desde ahí debe ‘refundarse’ el Deportivo. Óscar Gilsanz, técnico del Fabril, acaba de renovar hasta 2025 y Manuel Pablo, a cargo del Juvenil, también seguiría.