El Castilla no puede malgastar otro cartucho ante un peligroso Mérida
Los de Raúl llevan tres partidos sin ganar y no pueden permitirse más pinchazos para que el sueño del ascenso directo no se esfume. Los extremeños amenazan fuera de casa.
EI Castilla navegaba en velocidad de crucero hasta que la ‘zona Cesarini’ apareció como un iceberg. Las remontadas de San Fernando (3-2) y Rayo Majadahonda (1-2) cuando los de Raúl ya celebraban la victoria convirtieron un botín de seis puntos en cero. Y un potencial liderato en un suspirar por no estrellar el sueño. En Riazor, con un empate ante el Depor (1-1) en el que el primer filial madridista mereció algo más, se enderezó en parte el rumbo. Contra el Mérida, los blancos abogan por la concentración extrema para que el anhelado ascenso directo siga siendo palpable.
No estará Álvaro, con cinco amarillas, pero su baja quizá afecte ya más a Ancelotti que a Rául. Noel será el nueve , aunque Iker Bravo, que marcó el tanto del empate en la ida (1-1), podría tener su oportunidad. Lo indudable es que Arribas será el Emperador que luchará por amainar los ánimos romanos. Partido a partido, el ‘10′ demuestra que la categoría no hace justicia a su talento. Aunque no sea su labor, el Mago es el pichichi del equipo y coquetea con el de Primera RFEF: lleva 11 goles, a uno de los 12 de Eneko Jauregi (Amorebieta). Raúl ha armado un plantel sólido, con su defensa de cinco que es ya marca registrada en la que Obrador y Vini Tobias son extremos con envoltorio de lateral y Rafa Marín un mariscal. No obstante, esas desconexiones puntuales han dibuja una situación donde la calculadora siempre ha de estar a mano.
Un Mérida que sin Juanma Barrero (sancionado) en el banquillo, se maneja mejor lejos del Estadio Romano. Cinco victorias, cuatro empates y cuatro derrotas de los extremeños en tierra hostil, números que les convierten en una amenaza mucho mayor de los que el prejuicio invita. Además, recuperan a dos piezas clave como Sandoval y Carlos Cinta, que se perdieron la última jornada por sanción. La dinámica no es positiva.
También acumulan tres partidos sin ganar (dos empates y una derrota), y Barrero reflejaba en la previa que el favoritismo está claro: “La idea es competir con nuestras armas. La calidad individual del Castilla está por encima de todos los demás equipos, la mayoría de sus jugadores acabará en Primera”. Pero el Castilla debe hacer oídos sordos a cualquier conato que invite a la relajación, la peor de sus enemigas. La misión de Raúl será convertir esas desconexiones endémicas en un mero recuerdo para no volver a malgastar cartuchos en su caza del ascenso a Segunda.