El Castilla gana con un ‘raulismo’

Un poco tarde pero mejor así que nunca. El Castilla empieza a canjear tics de experiencia por puntos. Esta vez le tocaba un partido incómodo, en Melilla y contra un equipo local muy agobiado clasificatoriamente, pero los pupilos de Raúl ganaron gracias a una magnífica disposición defensiva y a un raulismo. Álvaro Rodríguez empleó una técnica clásica para marcar como tantas veces hizo el mítico 7. En una pelota larga a la media hora de partido, fue un delantero optimista, que diría Ancelotti. Aunque el central Moi Rodríguez y el portero Montoya tenían toda la ventaja, El Toro castillista porfió por si acaso. Y esa pelea, muy de Raúl, tuvo premio. Los dos futbolistas melillenses se hicieron el lío padre y Álvaro se la llevó para marcar con la zurda.

Fue el primer y único gol de un partido en el que el Melilla de un clásico del fútbol ochentero y noventero, Juan Sabas, jugó atenazado. El Castilla, fortificado con tres centrales (aunque Carrillo, en labores de dos), sólo tuvo que manejar sin mucha alharaca el partido y esperar su momento. Por producción propia o error por nervios del rival. Cayó lo segundo. Y con ese 0-1, a evitarse sobresaltos en el océano de hierba destrozada que es el Álvarez Claro. Alguno llegó, más producto de algunas imprecisiones de Lucas Cañizares que de peligro real del georgiano Katvaradze. Sabas quiso reaccionar con Siddiki, el melillense más activo en un equipo que ve la salvación cada vez más lejos. Eso incrementó de manera importante el acoso mediante chuts lejanos y córners de la portería blanca, pero sin derribo. El Castilla, con Mario Martín de jefecito, supo resistir. Es más, tuvo el 0-2 en el tiempo de prolongación con un zurdazo buenísimo de Nico Paz que sacó Montoya.

El filial madridista mete distancia prudencial con la zona peligrosa de descenso a Segunda RFEF y en clave de aprendizaje, saca el oficio necesario por segunda semana consecutiva. Si la jornada anterior incluso se gustó contra el Real Murcia (5-1), esta vez optó por la vía pragmática. Que también vale.