El balón parado da tres puntos a un Atleti que no sabe jugar con ventaja

El Atlético de Madrid B recibía en el Cerro del Espino al filial del Granada. Dos equipos que apuestan por el buen trato de balón y por un juego más atractivo a lo que es habitual en la Primera Federación. Dos equipos jóvenes, inexpertos y que están acusando la falta de tablas a la hora de amarrar puntos. Esto tenía a ambos conjuntos en la zona baja de la tabla de clasificación, especialmente los nazarís, que llegaban a Majadahonda en la penúltima posición.

Ambos equipos comenzaban tanteándose y la primera ocasión clara se producía a favor de los locales. Assane se plantaba solo en el área, pero a la hora de definir, acababa tirando al centro, un balón muy manso que no ponía en dificultades a Adri López. Los contratiempos no tardarían en llegar y en el minuto 12 de partido, Kostis se lesionaba de su rodilla, teniendo que ser sustituido, saliendo del campo ayudado por los servicios médicos del club. Tras este inicio, el Recreativo Granada comenzaba a adueñarse del balón pero sin un juego demasiado vertical.

El Atleti B contestaba a esta posesión con una espectacular jugada de Adrián Niño. El delantero rojiblanco recibía en la banda zurda, regateaba a su par con una buena bicicleta, y aprovechaba el espacio que le concedían los centrales para definir raso al primer palo. Gol que adelantaba a los locales que ya habían disfrutado de la ocasión clara de Assane en el arranque del encuentro. Tras el gol inicial, el conjunto nazarí respondía con un disparo desde la frontal sin especial peligro. Mientras, los de Tevenet amenazaban la meta de Adri López con dos buenas jugadas individuales de El Jebari y Diego Bri que acababan de forma similar, con un lanzamiento al lateral de la red. El partido se estaba descontrolando con un ida y vuelta constante, hasta que Maroto decidía poner calma y tranquilidad. De sus botas nacía el segundo del partido. El centrocampista lanzaba un caramelo desde con un saque de esquina y Marco Moreno entraba como un cohete para rematar a bocajarro, poniendo el segundo tanto del partido instantes antes del descanso.

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El filial del Granada salía del descanso con una variante. Mario González salía en el lugar de Clavijo, intentando dar soluciones en ataque. La primera clara se producía tras los primeros diez minutos de segunda mitad. Un centro envenenado de Rodelas ponía en apuros a Iturbe que lograba sacar una buena manopla para salvar el primero visitante. Este primer aviso daba esperanza a los andaluces que introducían dos nuevos jugadores ofensivos como Carlos Pérez y Eghosa para intentar recortar distancias. Carlos, el recién introducido, probaba suerte con un lanzamiento de falta de media distancia que repelía Iturbe. Ante el sometimiento visitante, Tevenet introducía a Cala por El Jebari y a Nabil por Niño, buscando respiro en ataque. Iturbe estaba sosteniendo al Ateti con un paradón a un tiro a bocajarro de Mario, hasta que no pudo hacer nada al remate de Van Rijn tras un lanzamiento de esquina. El filial nazarí lo estaba mereciendo y recortaba distancias de manera muy similar al tanto de Marco Moreno en la primera mitad.

El filial rojiblanco estaba sobreviviendo a un chaparrón de juego y presión del Recreativo Granada. El equipo de Milla estaba acosado el área de Iturbe de forma constante, hasta que llegaba el gol de Osei. El lateral zurdo llegaba por sorpresa y aprovecha la espectacular jugada que nacía con un buen centro lateral de Rodelas, que Ibarrondo dejaba de cara para que el 22 anotara el empate visitante. Gol totalmente merecido porque los de Tevenet no supieron jugar con el marcador a favor. Tras el empate, Diego Bri intentaba tirar de orgullo con una jugada individual que finalizaba con un potente disparo que atajaba Adri López. El Atleti tuvo que verse amenazado con el empate para despertar. Un gran centro de Maroto acababa en la cabeza de Marco Moreno que servía a Assane para que adelantara a los locales de nuevo.

Tras el gol local, se producía una falta en el centro del campo que finalizaba con una tangana. El barullo beneficiaba a los rojiblancos por dos motivos: pérdida de tiempo y el desenlace. Van Rijn, el autor del gol de la esperanza nazarí, daba un cabezazo a un jugador colchonero y acababa expulsado. Una expulsión que dejaba al Recreativo Granada con un jugador menos durante los últimos diez minutos y con marcador abajo. La expulsión daba alas a un Atlético que finalizaba el encuentro amenazando el área de Adri López con continuos contragolpes. De hecho, Iturbe y Adri López tuvieron dos grandes intervenciones para impedir un gol de cada conjunto. Finalmente, los tres puntos se quedaban en el Cerro en un partido loco, donde el Atleti fue mejor en la primera mitad, el Granada en la segunda, pero el balón parado dictó sentencia.

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