El Arenteiro medita jugar en Riazor con el entrenador de porteros
Su primer y tercer guardameta están lesionados y Brea, cedido por el Depor, tiene cláusula del miedo. Tras dos fichajes fallidos y a seis días del partido, no descartan recurrir a Diego Rivas.
Hace quince en el Johan Cruyff el Arenteiro vivía un grave contratiempo con la lesión de su portero titular Diego García, que decía adiós a la temporada por la rotura del tendón de Aquiles. Un percance al que se unía que su tercer guardameta, Manu Figueroa, lleva tiempo de baja y continúa sin fecha para el alta médica. De esta forma, Pablo Brea se convertía en portero hasta final de temporada con un doble nubarrón hasta final de temporada. Uno, que no tenía suplente, el otro, Riazor. El meta santiagués está cedido por el Depor y tiene la cláusula del miedo en su contrato, algo nada asequible para la modesta economía del Arenteiro.
En el club fueron conscientes desde el primer momento del grave problema y la secretaría técnica se puso a trabajar. El elegido fue Pablo Picón, que ese mismo fin de semana viajó con el equipo a Cornellà. Sin embargo, no pudo ni sentarse en el banquillo al no poder tramitarse su ficha y finalmente se descartó su fichaje por problemas administrativos. La pasada semana el club de O Carballino contactó con otro portero, pero una propuesta con un contrato para la próxima temporada completa le hizo declinar la oferta del Arenteiro.
No hubo portero suplente ante la Ponferradina
Este pasado fin de semana ante la Ponferradina tampoco hubo portero suplente en el banquillo, por lo que una lesión o expulsión de Pablo Brea significaría que tendría que ponerse en la portería un jugador de campo. El problema para el partido del próximo domingo en Riazor (19:00 horas) es todavía mayor. Pablo Brea no puede jugar ante el Deportivo a no ser que se abone la cláusula del miedo, por lo que a seis días del partido Javi Rey no tiene portero para enfrentarse al líder.
Ante esta tesitura, el Arenteiro ya comienza a manejar soluciones ‘imaginativas’. Una de ellas es darle ficha el entrenador de porteros, Diego Rivas, y que sea él quien juegue en Riazor. El meta gallego, de 37 años, colgó los guantes este verano con el Racing de Ferrol y se incorporó al staff técnico del club ourensano. Una solución extrema y llamativa para un Diego Rivas que en su última temporada en activo con el Racing de Ferrol jugó un partido de liga y los dos de la Copa de Campeones ante el Amorebieta. Otra, sería subir a un portero del Juvenil. La tercera, en la que aún trabaja el club a contrarreloj, fichar a un portero para Riazor y que Pablo Brea tenga las otras cuatro jornadas de liga que faltan un suplente por si hay algún percance.
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