Arbeloa clama contra el arbitraje: “No podemos luchar contra lo que tenemos enfrente...”

Con tres goles en contra y tres expulsiones. Así se acabó la racha del Castilla. Fruto de un duelo donde el Mérida supo morder, que terminó en trifulca. Por una entrada dura, mucho, de David Jiménez sobre Vergés. Ruipérez Marín no dudó y sacó la roja. Y, a partir de ahí, locura. Cruce de improperios. Y dos rojas más. Una para Manuel Ángel y otra para Arbeloa. Para el centrocampista, según el acta, “por dar una patada a un contrario sin estar el balón en juego”. Algo que, según fuentes consultadas por AS, no ocurrió así, pues defienden que no existió tal patada del capitán. Mientras que la expulsión del técnico ha sido explicada así: “Por protestar una de mis decisiones, dirigiéndose a mí en los siguientes términos: ‘Es una vergüenza”.

Aunque desde la entidad blanca apuntan a que ese caldo ya había sido cultivado antes de la acción de David Jiménez. Señalan que, durante todo el partido, habían estado recibiendo provocaciones desde el banquillo rival. Amén de faltas continuadas... y un cartel en la previa diseñado con cierto colmillo (“por encima del rebaño”, era el título. Ver imagen abajo).

Sin justificar en ningún momento, eso sí, la entrada del lateral. A quien el propio acta puede ‘salvarle’ de un mal menor: “Fue expulsado por realizar una entrada, con uso excesivo de la fuerza, impactando en la pierna de un adversario en la disputa de balón”. Ese apunte final, “en la disputa de balón”, será clave para evitar una sanción de mayor recorrido.

La versión local

Desde el Mérida, según fuentes consultadas por este periódico, restan grados a lo ocurrido durante los 90 minutos. “Había piques, pero algo normal. Nada fuera de lo común”. Y añaden que la cerilla fue la expulsión de David Jiménez. Esta es la versión oficial: “Desde el club nos mostramos muy tranquilos respecto a este tema. La tangana no se ha originado por ningún pique previo, simplemente ha sido una acción puntual del juego, tras la fuerte patada del jugador visitante, Jiménez, a nuestro jugador, Eudald Vergés. El árbitro actuó rápido y se quedó todo ahí. No hubo pique antes de esa acción ni al acabar el partido, después de esa acción. Estamos muy contento con el comportamiento de nuestros jugadores durante todo el partido”. Aunque admiten, de manera extraoficial, que el polémico cartel no ayudó a atemperar la situación.

Pendientes del Comité

Ese fue el resultado de un partido caliente. De un choque que tuvo, además de las tres expulsiones, ocho amarillas a jugadores (Beneit, Doncel, Palacios, Yáñez, Pareja, Chiqui, Diego Aguado y Gaizka Martínez) y otra a Miguel Elías, fisioterapeuta del Mérida, “por realizar observaciones de orden técnico” a una de las decisiones del colegiado. Mucho trabajo para Ruipérez Marín. Y mucho trabajo para el Comité de Disciplina, si el club blanco decide acudir a él con alegaiciones, que suele reunirse los miércoles.

“Es muy fácil jugar contra el Castilla...”

Tras el encuentro, Arbeloa no se mordió la lengua ante la Prensa: “Sabíamos a lo que veníamos y nos lo ha reconocido un jugador del Mérida al terminar el partido. Muchas faltas, muchas provocaciones. Ha sido lo más parecido a una guerra y no hemos sabido adaptarnos a ese contexto".

Y añadió: “Después de separar, le he dicho al colegiado que había sido una vergüenza y me ha expulsado. No le he faltado al respeto ni le he dicho nada. Es muy fácil jugar contra el Castilla, porque se le puede agarrar, se le puede hacer 314 faltas, que al final los que acaban con amarilla son los de blanco. Lo hemos vivido día tras día. Seguramente es más difícil que para cualquiera y no podemos luchar contra lo que tenemos enfrente ahora mismo”. 

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