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COPA REY JUVENIL | ESPANYOL - REAL MADRID

Un Madrid sin colmillo y sin Copa

Cuando asomaban los penaltis, Oriol Pallás aprovechó un error defensivo de Jacobo y Álvaro y clasificó al Espanyol para los cuartos de final de la Copa juvenil. El Madrid, a pesar del monólogo, pagó la pólvora mojada.

Carlos Sánchez, del Espanyol, celebra su gol al Madrid en la Copa del Rey juvenil.
Carlos Sánchez, del Espanyol, celebra su gol al Madrid en la Copa del Rey juvenil.Espanyol

Un partido dramático, de más de 120 minutos. La Copa mola. La absoluta y la juvenil. Aunque para unos más que para otros. Un encuentro donde Llorenç evitó que el Real Madrid dejase KO al Espanyol en el tiempo reglamentario. También en la prórroga. Dominaron los de Arbeloa. Obligaron al meta local a jugar con capa. Sólo Ginés pudo el gigante blanquiazul. Carlos Sánchez aprovechó una indecisión defensiva y después, ni Iker Bravo ni Hugo de Llanos ni Jaime Barroso encontraron grietas al muro. Hasta que un error entre Jacobo y Álvaro, sobre la bocina, cuando la tanda asomaba, convirtió a Oriol Pallás en héroe en el Dani Jarque.

Que era un duelo de poder a poder estaba claro. Visitaba el Real Madrid un estadio que no había visto perder al Espanyol esta temporada. Tampoco fuera. Los pericos, con un histórico como Javi Chica en el banquillo, aterrizaban invictos en los octavos de final coperos. Y el Juvenil de Arbeloa buscaba en Barcelona su novena victoria consecutiva. Se quedó en ocho. Mucha confianza. Mucho talento. Mucho colmillo. Sobre todo blanco. La posesión fue madridista, también las ocasiones más afiladas, pero a los blanquiazules no les escocía ceder el balón de inicio para buscar aprovechar cualquier rendija. Así llegaron los goles de la primera parte. Uno por empuje casi al principio, otro por oportunismo casi al final.

Masajeaba el esférico el Madrid y Jacobo Ramón, que ya ha paladeado minutos importantes en el Castilla, telegrafiaba un envío largo, larguísimo, a Fortea. Y el lateral, tras controlar y avanzar, recortaba y encontraba a Hugo de Llanos. El pichichi de los de Arbeloa no embocó por una intervención estupenda de Llorenç, con mano dura, pero sí Álvaro Ginés. Donde los nueves como él se ganan el pan, el ariete ponía cuesta abajo el encuentro. Eran los mejores minutos visitantes, con Iker Bravo como estilete, probando los guantes del meta local en dos ocasiones, y Ginés acariciando el doblete con un testarazo a centímetros del palo. Pero no llegaba el segundo y poco a poco el Espanyol recuperaba el aliento hasta que, a los 36 minutos, tablas. Jan conquistaba la línea de fondo, templaba un centro, Carlos Sánchez estaba más listo que la zaga blanca y reiniciaba el duelo desde el área pequeña.

Con el empate arrancaba el segundo tiempo más pausado, táctico, evitando cualquier patinazo. Aunque a partir de la hora de juego los de Arbeloa pisaron el acelerador. Iker Bravo pedaleó en la frontal y su chut, centrado, encontró a Llorenç. Fue el toque de corneta, porque en apenas tres minutos el Madrid tuvo dos ocasiones más y el Espanyol, media. La más clara terminaba con Álvaro Ginés mirando al tendido, sin explicarse cómo no había enjaulado, sin oposición, tras el fallo de Xavi Rufo en el despeje. Después se plantaba Salazar en el área blanca, pero aparecía un Fortea que ponía el cerrojo. El trampolín para un tuya mía estupendo entre Hugo de Llanos e Iker Bravo, tras la cabalgada de Yusi, que el de Sant Cugat del Vallès se topaba con un Llorenç que sacaba un pie de balonmano.

Sin gol no hay paraíso

Los de Javi Chica, conscientes del acelerón rival, trataban de atemperar el ritmo. No así un Real Madrid que seguía acudiendo a la fuente. Aunque Llorenç no permitía que se rompiese el cántaro. Fortea, un puñal, colgaba un balón con música que Hugo de Llanos cabeceaba, como ya hiciera ante el Sevilla en la ronda anterior..., pero el guardameta del Espanyol sacaba una mano milagrosa. Y casi sin tiempo para respirar, Lluc Castell mandaba alto un contragolpe que era un oasis en el desierto ofensivo que había sido hasta ese instante el cuadro blanquiazul. Instantes después Jaime Barroso cabeceaba desviado con todo a favor. Un testarazo que lamía el palo casi sobre la bocina. Silbatazo y tiempo extra.

No cambiaba la dinámica. Monólogo del Real Madrid, pero sin prender la pólvora. Llorenç, sin resquicios, volaba ante un disparo de piedra de Jaime Barroso. Y poco después presenciaba cómo el delantero, con todo a favor, cabeceaba demasiado picado y el rebote volaba sobre el larguero. Fue la última ocasión verdadera. Y cuando todo el mundo esperaba la tanda, a Arbeloa se le anticipó la pena máxima. Una indecisión entre Jacobo Ramón y Álvaro González, incomprensible, la aprovechaba en el 121′ Oriol Pallás. El rechace del guardameta golpeó en el ariete. Un tiro y medio a portería del Espanyol y cita con el Betis, que ganó al Tenerife, en cuartos de final de la Copa. Merecer no fue suficiente para el Madrid, porque el fútbol sólo se entiende con goles.

Resultados octavos

Levante 3 - Atlético de Madrid 0

Betis 1 - Tenerife 0

Espanyol 2 - Real Madrid 1

Deportivo 3 - Las Palmas 1

Leganés 4 - Racing 0

Barcelona 1 - Badalona 2

Cádiz 1 - Oviedo 3

Villarreal 1 - Mallorca 2