Deportivo y Pontevedra se citan en el derbi de la confirmación
El Deportivo, que busca su tercera victoria consecutiva, está obligado a subir su nivel de juego. El Pontevedra, tras su primer triunfo, quiere seguir escalando.
Riazor vivirá esta tarde (19:00 horas) el primer derbi gallego de la temporada. Será un Deportivo-Pontevedra que presentará en las gradas lo que todo aficionado desea: ambientazo. Los coruñeses han cerrado la semana superando los 22.000 abonados, cifras de otro planeta para Primera Federación y algún escalón más arriba también. Los granates tendrán más de 500 fieles apoyándoles en A Coruña, toda una pasión. Con el colorido de Riazor asegurado, el siguiente ingrediente estará sobre el césped con dos equipos que buscarán los tres puntos para reafirmar su más que correcto arranque de liga.
El Deportivo, que tiene un partido aplazado (jugará ante el Talavera el 28 de septiembre), suma seis de seis en los dos encuentros que ha disputado. Pleno de victorias para los herculinos, aunque no pleno de buenas sensaciones. El equipo de Borja Jiménez necesita evolucionar y mejorar para lograr lo que pide la mayoría de su afición: ganar y convencer. El Pontevedra, por su parte, también ha tomado el buen camino después del celebrado ascenso. Los del Lérez, que están en media tabla, ganaron el pasado fin de semana su primer partido de liga y ahora quieren dar un paso más sumando sus primeros puntos a domicilio.
La primera batalla del derbi pasará por el balón, por la posesión. El Pontevedra de Antonio se caracteriza por ser un equipo al que le gusta proponer, lo que choca con las intenciones blanquiazules de dominar los partidos, sobre todo en casa. Ambos técnicos apostarán por la continuidad, aunque puede haber alguna sorpresa en los dos onces. En el de Borja Jiménez podría regresar a la titularidad Gorka Santamaría en la punta de ataque y producirse alguna novedad más en el mediocentro. En el visitante, Rufo puede ganarle la batalla por la titularidad a Charles en busca de más revoluciones en la presión para incomodar a un Deportivo que suele sufrir cuando no tienen el balón.