De la prima al Beasain a la ‘operación 30.000′
En el ascenso de 1998 los jugadores del Málaga tenían como prima 600.000 euros por el ascenso. Ahora, el éxito se premia con un millón. Los blanquiazules ahora dependen de sí mismos, pero el sábado contra el Celta Fortuna es un cara o cruz.
El Málaga está a tres partidos de alcanzar el objetivo del ascenso a Segundas División, o a uno de quedarse en el camino. Esta es la situación del equipo en este tramo decisivo, posiblemente, el más importante de los últimos 26 años. y los blanquiazules quieren meter en su estadio a 30.000 espectadores que lleven en volandas al equipo hasta la eliminatoria final de la promoción y ascenso.
Y recalcamos este dato. A lo largo de este cuarto de siglo transcurrido el Málaga ha vivido dos ascensos a Primera División, una Intertoto ganada, una participación en la Copa de la UEFA, otra en la Champions y 17 campañas en la División de Honor. Nada de esto sería posible si el 28-6-1998 el Málaga CF no hubiera logrado el impulso hasta el fútbol profesional tras derrotar al Terrassa por 4-1 con recordado hat-trick de Pablo Guede.
¿Existen similitudes entre estas dos situaciones históricas? Debemos recordar que en aquella época la fase de promoción y ascenso era diferente. Los cuatro primeros clasificados en cada uno de los grupos de la entonces llamada Segunda B se integraban en grupos de cuatro equipos que se jugaban la meta en una liguilla. El Málaga quedó encuadrado con Terrassa, Talavera y Beasain.
A falta de tres partidos la situación del Málaga era muy complicada porque no dependía de si mismo. Y necesitaba una serie de carambolas para hacer posible lo que parecía imposible. Y llega el primer paralelismo. El Málaga tenía que ganar, sí o sí, al Beasain para seguir vivo. A diferencia del momento presente, no le servía em empate. Con una Rosaleda malhumorada, el 4-0 a los guipuzcoanos coincidió con la sorprendente victoria del Talavera en Terrassa (0-2) que echó un cable a los malacitanos.
El Málaga llegó con vida a los dos últimos partidos. Segundo paralelismo. Doble partido a ida y vuelta contra el Terrassa. Si el Málaga se clasifica para la final, también se la jugará contra el vencedor del Nàstic-Ceuta en dos duelos. Pero hay una diferencia. El Málaga de 1998 no dependía de sí mismo. Necesitaba que el Beasain, empatara, al menos, sus dos partidos contra los talaveranos. Y en este punto sucedió algo pocas veces visto.
Prima colosal al Beasain
Los jugadores del Málaga tenían 100.000.000 de pesetas (600.000 euros) de prima si conseguían el ascenso. De esa cantidad 20.000.000 fueron puestos por un grupo de empresarios de Benalmádena porque consideraban que el ascenso de categoría era fundamental para la economía de la Costa del Sol. Aparte de eso, el club que entonces presidía Fernando Puche estimuló al Beasain con 25.000.000 pesetas. Una cantidad muy importante en aquellos tiempos. En el presente, el Málaga, en noticia adelantara por Diario Sur tiene un millón de euros como bote si se consigue el regreso al fútbol profesional.
El primero de los dos partidos contra los egarenses se jugó el 21-6-1998. Ese mismo día el Málaga femenino ganó la Copa en Lleida tras vencer al Lagunak por 4-0 y exhibición de Auxi Jiménez. Pero la sección masculina no estuvo a la altura. Derrota 3-0 y sensación de pesimismo que no amortiguó el empate del Beasain en Talavera.
Quedaba un partido y el ambiente en Málaga era tan desolador que Puche se planteó el cese de Ismael Díaz, el entrenador. Entonces los empresarios de Benalmádena dieron un paso más y ofrecieron pagar a toda la plantilla del Beasain y sus familiares unas vacaciones espectaculares en la Costa del Sol si volvían a hacer pinchar al Talavera. Y hasta hubo una rueda de prensa para anunciarlo, en Puerto Marina, con presencia del capitán del Beasain, que era Pecharromán. ¡Lo nunca visto!
Con la presencia de menos de 20.000 personas en La Rosaleda el Málaga consiguió los tres goles de diferencia que necesitaba para desbancar a los catalanes. El ascenso a Segunda se refrendó gracizs a que el Beasain volvió a empatar con los talaveranos. Esa misma noche la emblemática zona de Puerto Marina en Benalmádena lucía el siguiente pancartón: “¡Gracias Beasain!”.
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