Carlos Marín frena al Depor

Deportivo y Córdoba se repartieron los puntos en un empate que da para muchas lecturas. Para el líder, perfecto en lo numérico porque saca un punto en un campo como Riazor mientras otros rivales directos, Castilla y Alcorcón, patinaban en casa. Para los coruñeses, que siguen a siete puntos de la cabeza, no tanto. Buen partido, sin prácticamente sufrir atrás y con suficientes ocasiones para ganar. Con suficientes de no ser por Carlos Marín, un seguro de vida que le ganó su particular partida a Quiles. Un punto que puede reforzar más de lo que parece porque los de Óscar Cano, con 24 partidos por delante, están de vuelta. Todo, en un Riazor que lució galas de partido grande con más de 18.000 espectadores en las gradas, entre ellos medio centenar de incondicionales cordobesistas para darle más color. Una barbaridad.

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Como se esperaba, la apuesta de Óscar Cano fue repetir el once de la pasada jornada en Fuenlabrada. En el Córdoba, Germán pudo contar finalmente con Gudelj mientras que el pichichi Willy Ledesma, como suele ser habitual, comenzó en el banquillo. El primer sobresalto del duelo llegó a los ocho minutos en un horrible despeje de cabeza de Calderón que terminó en el poste para alivio de Carlos Marín. Un solo susto en los primeros 25 minutos de un partido de nivel con un Córdoba valiente en la presión adelantada y un Depor de fogonazos y con menos balón de lo habitual, pero ordenado y convencido de su plan.

Lo rozaron los coruñeses a la medio hora con una doble ocasión en dos minutos. Primero tras una gran cabalgada de Quiles que acabó en remate de Isi que paró Carlos Marín, que poco después repitió acierto a otro remate escorado de Quiles. La respuesta del Córdoba llegó en el minuto 35 a balón parado. Falta peinada por Diarra y marca Jorge Moreno, pero en fuera de juego por poco. Aviso del líder, pero de forma puntual, porque poco después Carlos Marín volvió a salvar a su equipo con una nueva parada tras cabezazo en plancha de Soriano. Primer tiempo con más balón para el Córdoba y más ocasiones, y buenas, para un Deportivo mejor.

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El paso por los vestuarios volvió a ordenar a los andaluces, más dominadores de nuevo, pero con los de Óscar Cano sin perder intensidad y verticalidad cuando encontraban algún espacio. Una vez más fueron los blanquiazules los que pusieron más diente con una nueva llegada de Quiles, pero también con otra nueva parada de un Carlos Marín convertido en un auténtico muro. Como en el primer tiempo, con el paso de los minutos el Depor fue inclinando la balanza a su favor, pero sin llegar a concretar para dibujar un tramo final abierto, pero sin que nadie pudiese llevar peligro ya.