Balenziaga, el sorprendente goleador que salvó a Idiakez

Hay ocasiones en las que un jugador se convierte en goleador inesperado. Mírese el caso de Lilian Thuram, que marcó dos tantos (sus únicos con Francia) en las semifinales del Mundial de 1998 que permitieron a su país jugar (y ganar) la primera final mundialista de su historia. Este fin de semana se ha dado otro ejemplo parecido en Primera RFEF. No ha sido tan glamouroso ni sonado, pero ha servido para mantener a un entrenador en su cargo. Hablamos de Mikel Balenziaga y su gol al Sestao River con el Deportivo de la Coruña.

Balenziaga (Zumarraga, Guipuzcoa, 1988) se convirtió en el salvador de su técnico, Imanol Idiakez, al anotar el gol del empate ante el Sestao River en Riazor. El estadio coruñés que, por cierto, se está convirtiendo en una tortura para los gallegos. Los vascos, que ya asustaron al Celta de Vigo el jueves en la Copa del Rey (1-2), se adelantaron gracias a Aitor Aranzabe en el minuto 28. Pero la igualada del Depor llegó solo siete minutos después por medio de Balenziaga, que aprovechó la asistencia de otro gran veterano de nuestro fútbol: Salva Sevilla. Entre los dos suman 74 años (35 del lateral izquierdo y 39 del centrocampista).

Se trata del segundo gol oficial en la extensa trayectoria de Mikel Balenziaga. Su anterior tanto lo logró en la temporada 2016-17 como jugador del Athletic ante el Sevilla (3-1, jornada 6). Una auténtica curiosidad. Formado en la cantera de la Real Sociedad, en el verano de 2008 ficha por el Athletic de Bilbao a cambio de un millón de euros por cinco campañas. Se da la casualidad de que marcó en su debut como león en un amistoso contra el modestísimo Aluvión de Cascante (Navarra). Ese estreno le dio confianza ante Joaquín Caparrós, que le puso en 26 partidos durante el curso 2008-09.

Sin embargo, al año siguiente las cosas cambiaron. El Athletic fichó a Xabi Castillo (también procedente de la Real Sociedad) y Balenziaga pasó a ser el cuarto lateral izquierdo de la plantilla, por detrás de Aurtenetxe, Koikili y el propio Castillo. Ante esta situación se marchó cedido al Numancia, recién descendido a Segunda. En Soria pasó un buen año, pero a su regreso a Bilbao se vio relegado al ostracismo y solo disputó un encuentro en toda la temporada 2010-11. Eso motivó su fichaje por el Real Valladolid, donde disfrutó de la titularidad durante dos campañas, con ascenso a Primera incluido. Con Miroslav Djukic, técnico blanquivioleta, llegó a jugar de lateral derecho.

Y, a la tercera, llegó la vencida de Balenziaga en el Athletic Club. Desde 2013 hasta 2023 participó en 294 de los 321 que jugó como león, lo que le convierten en el tercer lateral izquierdo con más presencias en la legendaria historia del club. Solo le superan Aitor Larrazabal (445 encuentros entre 1990 y 2004) y Canito (440 choques entre 1948 y 1963). En ese periodo ganó dos Supercopas de España, los dos únicos títulos de su carrera, fue dos veces subcampeón de la Copa del Rey, y jugó la Champions League y la Europa League. La llegada de Yuri en 2018 y la irrupción de Lekue le restaron oportunidades progresivamente hasta su salida de la entidad el pasado verano.

En julio, Balenziaga se unió al proyecto del Deportivo de la Coruña en Primera RFEF con la intención de devolver al equipo gallego al fútbol profesional. Sin embargo, la temporada está saliendo bastante irregular, ya que vaga por mitad de la clasificación del Grupo I, a cuatro puntos de la promoción. De hecho, hay rumores de que el futuro del entrenador Imanol Idiakez está en el alero, aunque parece que aguantará hasta el parón navideño. El gol de Balenziaga le salvó el pasado fin de semana. Otra vez ya se verá.

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