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RAYO MAJADAHONDA

Así fue la vuelta de Hazard: “¿El chándal de entrenador? No, no, yo quiero jugar”

El ya exfutbolista volvió a jugar tras su retirada entrenando con su hijo Yannis, que milita en el Rayo Majadahonda. Carlos, su entrenador, atiende a Diario AS.

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Así fue la vuelta de Hazard: “¿El chándal de entrenador? No, no, yo quiero jugar”

Gianfranco Zola, leyenda del Chelsea, reconoció años atrás que Eden Hazard llegaba a aburrirse en los entrenamientos en su último año como ‘blue’ por los ejercicios marcados por Maurizio Sarri. “Él y Willian podían ganar partidos por sí solos, pero sufrían con el tipo de ejercicios y entrenamiento que hacíamos. Pero era necesario para los demás. Seré honesto. Eran brillantes porque se aburrían, pero seguían haciéndolo”, reconocía el italiano. “Pues conmigo no se aburrió, que va”, dice Carlos Pérez-Rendón, entre risas tras escuchar la narración de Zola. El joven entrenador ya puede presumir en su breve carrera a sus 28 años de haber sido el último en entrenar a Eden Hazard. El míster repasa cómo fue su día entrenando a su Infantil del Rayo Majadahonda junto a la leyenda belga con Diario AS.

“¿La ropa de entrenador? No, no, no, quiero la de jugador. Yo me quiero meter a jugar”

Eden Hazard a Carlos Pérez-Rendón, entrenador en el Rayo Majadahonda

El joven preparador lo hizo como sorpresa para los muchachos de su plantilla del Infantil del Rayo Majadahonda, donde entrena a uno de los vástagos del exfutbolista blanco, Yannis. Pero la idea de el regreso de Eden salió de casa de los Hazard. “Yannis me habló por Whatsapp y me dijo “mi padre me ha dicho que si puede venir a entrenar con nosotros”. Aluciné y le dije: “¿cómo qué si puede entrenar con nosotros?”. “Sí, sí, eso me ha dicho” y Yannis se reía. Le dije que lo hablaríamos en persona, que estuviera tranquilo. Después de un partido hace dos semanas, Eden y yo estuvimos un rato hablando y me dijo que si podía meterse en el entrenamiento. Yo le dije “hombre, te metes los días a entrenar que tú quieras, jueves, viernes, lunes martes…”. Él se reía. Le dije que le buscaría el chándal rojo, el de entrenador, y que se venía conmigo. “¿De entrenador? No, no, no, de jugador. Yo me quiero meter a jugar”, me contestó”, cuenta sobre cómo se gestó la idea. Así, llegó la hora de entrenar. Eden, como uno más, se calzó sus botas, se puso su chándal del Rayo, que ya puede presumir de ser el último equipo que le ha visto en activo, y se dispuso a entrenar con su hijo y el resto de jugadores.

Hasta la ropa tiene su propia intrahistoria y es que nadie se creía en el club la petición del dos veces ganador de la Premier League con el Chelsea. Cuando Carlos acudió a las oficinas a hablar con Adrián Costa, director de cantera del Rayo Majadahonda, este no daba crédito de primeras de que Eden quisiera volver a entrenar en las instalaciones majariegas. “Yo hablé con el director de cantera, Adrián Costa, y le dije que necesitaba ropa de jugador de la talla L para Hazard y me dijo que para qué, si Hazard, Yannis, claro, ya tenía ropa. “No no, para Hazard padre, para Eden”, le dije. “¿Cómo?”, me dijo sorprendido”, explica.

Saltó al campo y no hubo diferencias entre las leyendas y los aspirantes. Por si había algún despistado que no tuviera situado al extremo belga, Carlos le presentó al grupo. “Yo le dije a los chicos que había una sorpresa y me vieron entrar al campo con Eden Hazard vestido del Rayo Majadahonda. Imagínate la cara de los jugadores. Yo le presenté a Eden al resto del equipo como si fuera un compañero más. Les hice ver que no todos los días teníamos a una estrella de nivel mundial a entrenar con nosotros. Les dije que aprovecharan la sesión, que se fijaran en él y le preguntaran lo que sea. Y que disfrutaran”, narra el míster. El belga colaboró y trató se divirtió con los chavales. Como cuando tenía la edad de su hijo y lo hacía en los campos del Stade Brainois o el Tubize. Ganar era todo, pero por orgullo. Divertirse era más que nada y el balón el mejor juguete posible además de un redondo contenedor de sueños que un día se hicieron realidad. Aunque para los jugadores del Infantil y para Carlos ya era un día especial, Eden hizo todo por quitarse la vitola que le dan sus enormes logros en el fútbol. ¿Cómo? Con mucho humor. “Cuando se lo presenté al resto de los compañeros dijo “Yo soy el Hazard bueno, el Hazard malo es el otro” decía de broma con su hijo. Es un tipo maravilloso”, contesta el míster.

El equipo le aceptó como uno más, aunque el estatus de leyenda de uno y el de infantes de otro hizo que sucediera lo propio. Los compañeros de Yannis no paraban de mirar al belga y se empapaban de la habilidad del que un día fue el mejor jugador de la Premier League. “Fue perfecto. Disfrutaron los niños, los niños se fijaban en él y hacían mejor las tareas, él disfruto y yo, lógicamente, que tuve el privilegio de entrenar a uno de los mejores jugadores de la década. Te llama la atención que estaba un lunes en la gala del Balón de Oro y el jueves, entrenando conmigo“, explica el entrenador. Carlos, reconoce, lo pasó casi tan bien como los chavales. “Vino porque le apetece jugar y vaya tela como juega. El ritmo que le da a todo, se puso a poner centros de rabona. Fue un espectáculo. Tenías que ver que centros ponía. Era maravilloso. En el partidillo con los chicos disfrutó mucho. Creo que dio cuatro o cinco asistencias”, explica sobre la actuación individual del extremo que tuvo a sus órdenes. De cuatro picas.

“¿Correcciones? Tanto no, pero indicaciones si”

Con cuatro años menos que el hasta ahora mejor jugador que ha dirigido, Carlos se puso en la piel de Ancelotti, Mourinho, Conte, Zidane, el mencionado Sarri o Benítez, entre otros. Como los antes mencionados, también le exigió. “Para mí fue uno más. Por supuesto que le di indicaciones. Tanto como correcciones, no., porque la verdad que lo hacía bien. Pero sí le di indicaciones. Le llamé y le pedí que diera más amplitud en un ejercicio para que los chavales fueran a recibir en una zona concreta. Luego, en una tarea que hicimos de finalización de cara a automatizar movimientos en ataque, le pedí que cuando centraran desde el lado derecho que tenía que entrar al segundo palo y la pidiera. Por supuesto, le puse de extremo izquierdo (risas). Le di pocas indicaciones, pero lo hizo fantástico”, asegura. El míster del Infantil del Majadahonda ya lo disfrutó más rato entrenando que Claude Puel sobre el campo en el Lille, que apenas le dio 33 minutos en cuatro encuentros oficiales.

Unos que ya no disputa mientras disfruta de esta nueva realidad. Una realidad, cuenta Carlos, en la que vive su paternidad con alegría, igual que su fútbol. Eden es un papá del fútbol más. Lleva a sus hijos a los partidos y disfruta con la normalidad que le da su nueva vida alejada del fútbol profesional y establecida en Madrid. “Eden viene a ver a su hijo habitualmente y a casi todos los partidos. Yo lo trato como padre de uno de mis futbolistas. Recuerdo que estaba hablando con la madre de un futbolista y me apareció él. Con toda normalidad se me presentó y estuvimos hablando. Después hemos tenido muy buena relación. Es una persona de 10, habla con todos y no por ser Eden Hazard ve el partido apartado. Él se mezcla con todos los padres y se le acercan niños y se hace fotos con todos. Nunca un mal gesto”, explica. “Es encantador”, insiste Carlos, que pide que quede recalcado que si la calidad futbolística del belga era alta, su calidad personal está incluso por encima de su talento con el balón en los pies.

Aquella tuvo sabor de Champions para el míster y sus chicos con todo un ganador de la Orejona jugando con ellos, de nostalgia y volver a su juego favorito para Eden y de un bonito día para Yannis, que compartió campo de pleno derecho con el jugador al que todos consideran leyenda, pero él siempre llamará papá. Uno que ya ha prometido volver de vez en cuando por La Oliva.

Así fue el entrenamiento de Hazard

  • Activación con rueda de pase
  • Una posesión con objetivos
  • Unos ejercicios de finalización  
  • El premio: jugar con Hazard 11 contra 11 en tres cuartos de campo

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