Aprobados y suspensos del Depor: Mejores notas desde el banquillo
Soriano, Svensson y Yeremay le cambiaron la cara a un equipo blanquiazul que se había atascado y corría peligro de dejar escapar dos puntos.
Mackay: Más sustos que trabajo para el portero coruñés, que estuvo providencial cuando lo obligaron a intervenir. Pocas paradas, pero decisivas.
Antoñito: Buen partido del lateral, salvador en defensa e incansable en ataque. Sigue teniendo que afinar en los centros.
Jaime: Actuación habitual del central, alternando buenos minutos con errores que siempre están cerca de costarle al equipo.
Pablo: Un mariscal. Se ha convertido en el auténtico líder de la defensa blanquiazul. Anticipa, corta y además reparte juego. Sigue rozando el gol a balón parado.
Lebedenko: De más a menos. Empezó muy entonado, serio en defensa y con acierto en ataque, pero se fue apagando. Le pudieron las prisas en la segunda parte.
Rubén Díez: Demasiado intermitente. Dejó pases que abrieron la defensa del Mérida, pero le costó tener continuidad.
Olabe: Se marchó lesionado, pero hasta ese momento estaba siendo el sostén del equipo. Ganó prácticamente todos los duelos y su actuación sólo la empañan algunos errores con balón.
Villares: Trabajo impagable de nuevo del de Vilalba, que jugando como interior tiene más responsabilidad en el juego de ataque, donde le cuesta más. Acabó de central. Y acabó cumpliendo.
Quiles: Sigue dejando muestras de su clase en todos los partidos, pero está en ese tramo de la temporada en el que se le ve más atascado. No le tembló el pulso en el penalti.
Lucas: Se peleó con los centrales durante 90 minutos, siempre en inferioridad... y estuvo a punto de ganar la partida varias veces. Se topó con el portero en un gran disparo.
Saverio: Perdido. No estuvo bien el extremo, que dio la sensación de estar al margen de lo que hacía el equipo. Tiene mucho margen de mejora.
Los cambios
Soriano: Cambió el encuentro. Apareció en las zonas que estaba apareciendo Saverio, pero la diferencia fue notable. Asistió a Lucas y disparó al palo.
Svensson: Su energía revitalizó el ataque del equipo, con una presión que acogotó a la defensa del Mérida.
Yeremay: Salió en los últimos minutos para tener una. Y fue ganadora. Encaró, se fue y le hicieron el penalti que dio la victoria.