Los ‘Niños’ de Torres disfrutan en la Youth League

La Academia del Atlético va muy en serio. Si la temporada pasada consiguió la gesta de alcanzar la final four de la Youth League por primera vez en su historia, el cambio de bloque del juvenil está demostrando que el talento viene de lejos. Pese a perder buena parte de la columna vertebral del curso pasado, los Pablo Barrios, David Navarro, Currás, Carlos Martín y compañía, las nuevas generaciones quieren demostrar que están preparadas para volver a soñar en grande. Y a los ‘repetidores’ como Iturbe, Kostis, Sergio Díez o Gismera se han unido unos chicos que van a por todas.

La primera vuelta de la fase de grupos habla por sí sola: tres partidos, tres victorias, siete goles a favor y uno en contra, el conseguido por Goemare en el minuto 90 para maquillar el resultado. El equipo de Fernando Torres concentra una fortaleza atrás sobre su meta, con un Iturbe que siempre deja su sello, y lo mezcla con el talento y contundencia de sus hombres de arriba. Y, hablando de hombres, es Adrián Niño el que está poniendo su rúbrica en todos los encuentros. El extremo fue el encargado de hacer el gol del triunfo ante el Oporto, abrir el marcador contra el Leverkusen y de nuevo en Brujas, no hay candado que se le resista.

El Atleti de Torres juega con la seguridad y el convencimiento del que sabe cuál es su plan en cada momento. Todos a una, si hay que replegar se repliega y si hay que estirarse se disfruta con el balón en los pies. Y si a alguien lo olvida por un instante, ya está el técnico, el eterno Niño, para recordárselo. “Julio, hay que bajar”, se escuchaban los gritos de Torres en el minuto 94 pese a estar el marcador resuelto. No se perdonan las carreras. El propio Julio había conseguido ya en la segunda mitad ampliar la ventaja rojiblanca, hoy naranja, de córner directo. Un gol Olímpico de los que siempre dejan buen cuerpo. Si el Brujas pretendía salir con energías renovadas en busca del empate tras el descanso, las ilusiones se vinieron abajo pronto.

El Atlético, como un tiburón, olió la sangre y se lanzó a matar el partido. Sergio Díez, alumno habitual en los entrenamientos y de Simeone y brillante en la pretemporada con el primer equipo, hacía el tercero, pero era anulado por fuera de juego. No así el golazo de Gismera tras una pared y que definitivamente aseguraba que los tres puntos iban a volver a ser del Atlético. La expulsión de Boñar en el minuto 64 dejó a las claras otra de las virtudes colchoneras, que sabe manejarse en cualquier terreno. Quedarse con uno menos abortó la misión de la goleada para centrarse en que no pasase nada improvisto, ese gol que animase a los belgas.

Y así fueron corriendo los minutos, hasta que la roja de Vermant tras un tanto anulado por mano igualaba las fuerzas y ponía aún más el sello al duelo. Eso sí, no le gustaría a Torres ese gol in extremis de Goemare para acabar con la racha de imbatibilidad de Iturbe, todo lo que acabe con lo perfecto es una mala noticia. Pero, el Atleti es feliz en la Youth y en su cantera. Goza de una salud de hierro y compite a las mil maravillas. A priori, y si todo va según lo visto en los dos próximos partidos en casa, se podría jugar la primera plaza del grupo en Oporto, un rival siempre fuerte en sus categorías inferiores y que ya demostró poderío pese a caer en Alcalá. Sin embargo, la filosofía del Atleti de Torres no puede ser otra: partido a partido y victoria a victoria.