SUPER LEAGUE KERALA

La revolución india que seduce a entrenadores y futbolistas españoles: “En meses puedes cobrar lo de todo un año en España”

La segunda edición de la Super League Kerala echó a rodar con estrellas nacionales, salarios “muy altos” y hasta 25.000 personas en los estadios.

La revolución india que seduce a entrenadores y futbolistas españoles: “En meses puedes cobrar lo de todo un año en España”
Martín Manchón
Actualizado a

A las tres de la mañana, el hall del aeropuerto de Kozhikode parecía la salida de un estadio. Pancartas, collares de flores, móviles en alto. “El recibimiento fue brutal. Había muchísima gente en el aeropuerto”, recuerda sobre su desembarco en India Miguel Corral, técnico español de Malappuram FC. Unas semanas después, la escena se repitió en las gradas de su nuevo feudo: “En nuestro estadio metemos casi 20.000 personas; al partido inaugural acudieron unos unos 25.000 aficionados”. Para entender qué está ocurriendo en el rincón más futbolero del país más poblado del planeta hay que bajar al césped de la Super League Kerala (SLK).

La competición, nacida en 2024 y ya en su segunda temporada, es el proyecto con el que Kerala, estado de casi 40 millones de habitantes, ha decidido profesionalizar su pasión por el fútbol: seis franquicias, tope de gasto, retransmisión en Sony Sports y Doordarshan, campaña de marketing con celebridades (Prithviraj, Basil Joseph, Shashi Tharoor y Sanju Samson acumulan millones de seguidores en redes sociales) y una final fechada para el 14 de diciembre. El CEO de la liga, Mathew Joseph, lo resume en una frase que se repite mucho entre la afición: “Esta temporada se vive como un movimiento”. El partido inaugural de la 2025 (Calicut 2-1 Forca Kochi) reunió a 21.909 personas en el EMS Stadium de Kozhikode.

Un experimento con ambición (y método)

La SLK funciona como una liga franquiciada con seis equipos (Calicut, Forca Kochi, Kannur Warriors, Malappuram, Thrissur Magic y Thiruvananthapuram Kombans). Cada club puede registrar seis extranjeros (solo cuatro pueden coincidir en el campo) y debe alinear cupos de Sub-21 y jugadores locales de Kerala. Según la prensa local, el tope de gasto se ha fijado en 2,5 crore de rupias por franquicia. Detrás del escaparate hay un eje técnico poco habitual en ligas emergentes: Project Gamechanger, un programa interno de scouting que, en esta edición, ya ha promocionado a cinco jóvenes al fútbol profesional. De hecho, las dos primeras asistencias de la temporada llevaron firma de dos talentos detectados por ese sistema: Sangeeth Satish (Forca Kochi) y Muhamad Sinan (Kannur Warriors).

En el banquillo, la liga se ha europeizado a velocidad de crucero: en lo que a técnicos españoles se refiere, Manuel Sánchez Murias continúa en Kannur Warriors; Miguel Corral dirige Malappuram y Miki Lladó ha tomado las riendas del Forca Kochi. Además, Andrey Chernyshov (Rusia) entrena a Thrissur Magic; James McAloon (Inglaterra) a Thiruvananthapuram; y el vigente campeón, Calicut, confía en el argentino Ever Demaldé. En el césped, el fichaje que disparó el termómetro fue el del fiyiano Roy Krishna (leyenda de la Indian Super League, en la que anotó cerca de 60 goles) por Malappuram.

“Para dos meses y medio de liga, los salarios son muy altos. Hay un perfil de futbolista que aquí puede cobrar lo de todo un año en España”

Miguel Corral

“Una vez que estás dentro te das cuenta de que es una competición muy profesional. Jugamos un amistoso frente a Bengaluru, de la Indian Super League, y no vi muchas diferencias en cuanto a la estructura. Imagino que ellos tendrán mucho más presupuesto, pero todos los jugadores que conozco que han jugado en la ISL y la SLK dicen que la sensación es similar”, defiende Miguel Corral. El técnico añade un matiz que explica por qué tantos jugadores miran hacia Kerala: “Vienes aquí, cobras un buen salario y sabes que en diciembre, cuando acabe la competición, tienes la oportunidad de entrar otra vez en el mercado”.

Españoles en Kerala: fútbol, cultura y supervivencia

Para los futbolistas españoles, las puertas de la SLK se abrieron por dos vías: compatriotas en los banquillos y una red de representantes que detectó la oportunidad. Alrededor de Miki Lladó (Forca Kochi), Sánchez Murias (Kannur Warriors) y Miguel Corral (Malappuram), una pequeña colonia de futbolistas españoles —Iker Hernández y Ramón Riego (Forca Kochi), Adrián Sardinero y Asier Gomes (Kannur), Aitor Aldalur (Malappuram)— ha puesto voz y rostro a la aventura.

Adrián Sardinero, que llegó a debutar en Primera División de la mano de Míchel en el Getafe, es junto a Asier Gomes, también de Kannur Warriors, el único español que repite respeto a la primera edición de la Super League Kerala. El madrileño cuenta su llegada a la competición con naturalidad: “Me quedé sin muchas opciones en Madrid y surgió esto. Mi representante me habló de una liga nueva en Kerala. Seis franquicias, seis extranjeros por equipo, todo por construir…”. Sus palabras describen los inicios de un club levantado desde los cimientos: “Cuando me presentaron, ni siquiera tenían logo en Instagram. Todo se estaba creando sobre la marcha. Los propios jugadores íbamos puliendo cosas. La nutrición, la organización, los entrenamientos”.

El viaje, admite, fue un salto al vacío que dio por primera vez junto a otros cuatro españoles: “Nos fuimos todos juntos. Fue una aventura total, porque más nuevo que eso no se puede. Al principio todo era improvisado, pero la experiencia fue espectacular”. Lo que más le impresionó no fue el fútbol, sino el país: “Allí hay gente debajo de las piedras. Kerala es muy futbolera, y eso se nota. En el aeropuerto nos recibieron con flores, fotos y banderas. Fue surrealista, pero muy bonito”. Luego llegó el choque cultural: “Olores, comida, carreteras... Para hacer 20 kilómetros tardas una hora. Todo es muy distinto. Pero los indios son muy amables y serviciales, lo poco que tienen te lo dan". La organización, eso sí, “la hemos tenido que ir puliendo entre todos. El año pasado el césped de entrenamiento era… buff. A veces barro, a veces hierba altísima. Pero los estadios están espectaculares”, añade Sardinero.

“Ahí vimos la India real: gente durmiendo unos encima de otros, comida pasando, olor a orina, alguien afeitándose con un espejo. Y nosotros con la mochila del Kannur Warriors pensando: ‘¿Dónde estamos?’"

Adrián Sardinero

Tácticamente, el desafío fue —y sigue siendo— enorme: “En nuestro primer año nos encontramos con jugadores con potencial y otros muy verdes. Algunos habían empezado a jugar a los 17 años. No tenían la base ni la estructura táctica que nosotros damos por hecha. Para el míster fue complicado, pero se hizo un buen trabajo. Aprendimos todos”.

Aunque Kannur Warriors no pudo llevarse la SLK 2024 —cayó en semifinales—, Adrián Sardinero regresó en 2025 para saldar cuentas pendientes y seguir recabando anécdotas: “Recuerdo que el año pasado hicimos un viaje de nueve horas en tren. Perdimos el nuestro y cogimos un vagón convencional. Ahí vimos la India real: gente durmiendo unos encima de otros, comida pasando, olor a orina, alguien afeitándose con un espejo. Y nosotros con la mochila del Kannur Warriors pensando: ‘¿Dónde estamos?’”.

Una liga que crece sin complejos

Una etiqueta persigue a la SLK: “liga regional = liga amateur”. Dentro del ecosistema, desmontan la premisa. “Esta liga está dentro de FIFA y de la Federación India”, insiste Miguel Corral. “Si no fuese profesional, no nos dan la visa de trabajo. Para tramitarla necesitas un papel del Ministerio de Deportes, otro de FIFA y otro de la federación certificando el reconocimiento. Los árbitros son los mismos que en la Indian Super League”.

El envoltorio también cuenta: “Tú ves la producción televisiva en Sony TV y piensas: esto es primer mundo”, añade el técnico español. La prensa local también lo celebra: “Si la primera temporada fue demostrar que era posible, la segunda trata de subir el listón”, tituló The ‘Times of India’. La asistencia, los patrocinios y el seguimiento digital se han disparado.

El dinero, inevitablemente, es parte del motor. “Queda feo hablar de cifras, pero los salarios son altos para cuatro meses”, insiste Corral. “Si Malappuram puede fichar a Roy Krishna, imagina el nivel. Muchos jugadores de Segunda RFEF aquí cobran lo mismo que en un año completo en España”. Lo único que lamenta es la brevedad de la competición: “Ojalá durase más tiempo. Es muy bonito, pero mantener la inversión todo un año sería complicado”.

Kerala: una cultura futbolera en expansión

El éxito de la SLK no se entiende sin el contexto sociocultural. Kerala siempre fue un bastión futbolero en un país dominado por el críquet. El fenómeno de los Kerala Blasters y la afición local, heredera del fútbol callejero, explican por qué este modelo está triunfando. “Kerala es la región más futbolera de la India. Y eso que aquí el fútbol es nuevo. Hay otros deportes más multitudinarios como el críquet o incluso el bádminton, pero la pasión por el fútbol es enorme. En cada pueblo hay miles de personas. Juegas y no entiendes de dónde sale tanta gente”, descubre Sardinero.

La revolución india que seduce a entrenadores y futbolistas españoles: “En meses puedes cobrar lo de todo un año en España”
During the match played between Malappuram FC and Thrissur Magic FC in the Super League Kerala 2025, held at Payyanad Stadium, Malappuram on October 3, 2025 Photos: Shibu Preman / S3 Media / Super League KeralaBaranidharan M

El proyecto de la SLK, sin embargo, quiere ser algo más que entretenimiento. “Hay chicos con talento. Si se les da estructura, en pocos años India puede tener una cantera de verdad”, apuntan desde dentro de la competición. En el corto plazo, la liga planea ampliar el número de equipos y consolidarse dentro del sistema nacional sin perder su identidad regional. El reto es doble: mantener la sostenibilidad económica y fomentar la formación local. Si el modelo resiste, Kerala podría convertirse en el gran vivero del fútbol indio.

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Mientras tanto, los españoles siguen dejando huella. Corral, que dirige a jugadores como al ex del Málaga Badr Boulahroud o a Aitor Aldalur, que viene de competir en Segunda División con el Amorebieta, lo resume con claridad: “La inversión es grande y las expectativas también. Queremos estar arriba, pero lo más importante es que se está construyendo algo sólido”. Sardinero, por su parte, destaca el lado humano: “Más allá del fútbol, está siendo una lección de vida. Te das cuenta de lo afortunados que somos y de lo universal que puede ser este deporte”. La Super League Kerala ha llegado para quedarse.

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