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M. City MNC
1 (5)
Cole Palmer 62'
Sevilla SEV
1 (4)
En-Nesyri 24'
Finalizado

SUPERCOPA I M. CITY - SEVILLA

La maldición y el ‘bisho’ rubio

Erling Haaland, Aquiles en El Pireo, se convierte en el gran obstáculo para que el Sevilla gane por segunda vez la Supercopa de Europa, que ha perdido cinco veces seguidas.

Actualizado a
Haaland, durante el entrenamiento de ayer en El Pireo.
LOUIZA VRADIREUTERS
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“A mí el único que me da miedo es el bisho rubio”. La frase, pronunciada con ese tono tan sevillano entre la amargura y el desahogo, proviene de uno de los aficionados que acompañaban al Sevilla a Atenas en busca de su segunda Supercopa. Será para los nervionenses el séptimo partido de esta índole: ganó el primero, al Barcelona en 2006, pero ha perdido los cinco siguientes, los tres últimos tras sucumbir con la asfixiante crueldad de una prórroga. Esta noche espera el todopoderoso Manchester City de Guardiola y nada, ni siquiera bajas tan importantes para los citizens como las de De Bruyne, Bernardo Silva y Rubén Dias, hace presagiar que el destino vaya a sonreír esta vez al equipo nervionense.

Y menos contra Haaland, demonio habitual que ante el Sevilla sube incluso su nivel: tres dobletes en tres partidos le ha hecho a su rival de hoy el futbolista noruego. Gigante de melena amarilla, Erling es Aquiles en El Pireo, puerto de historias épicas del que los sevillistas veteranos guardan un bonito recuerdo. En 1995, un gol de falta de Davor Suker clasificaba a su equipo a, ojo, los octavos de la antaño Copa de la UEFA.

Hoy y ahora, llegar a esa ronda de Europa League o incluso de Champions es un día más en la oficina para el club de Nervión, malacostumbrado a ganar, ganar y ganar y al que derrotas como la que sufrió el viernes pasado en el estreno liguero dejan un poso amargo que tiende a exagerarse pero del que, como hacen los grandes, suele renacer. La Supercopa de Europa parece el mejor momento para otra pequeña resurrección sevillista con el que significaría el 9º título continental de este siglo, 6º en menos de 10 años. Mendilibar afrontará en principio el choque con una baja de última hora, el pivote brasileño Fernando, que se quedó en la capital andaluza por unos problemas estomacales.

Tampoco sabe el técnico vasco si puede o debe alinear a su guardameta más titular, héroe habitual de las últimas noches europeas. Bono está en la recta de salida, con Arabia como probable destino. Mendi espera que su equipo haya digerido el mal inicio oficial de la campaña y deje atrás antiguos vicios de jugar hacia atrás que renacieron ante los chavales del Valencia. No le gusta nada al entrenador del Sevilla que se rumie la pelota, quiere máxima verticalidad, y en eso se parece poco a su rival. Salga quien salga, y tendrá que reformar su once debido a las bajas, Guardiola no negocia el estilo de posición. Aunque al final en este juego todo dependa de lo mismo: el gol. Y eso es algo que le sobra a un bisho al que ni siquiera Pep es capaz de dejar en el banquillo por mucho que discuta con él: Erling Haaland.