Javi López centra las miradas en el Trofeo Villa de Laguardia

Con el traspaso de Javi López como telón de fondo, el Deportivo Alavés y la Real Sociedad se vieron las caras en la capital de la Rioja Alavesa. Laguardia es la población más grande de esta cuadrilla y vive intensamente los veranos por la gran afluencia de turistas. Sus calles medievales son una delicia y el Club Deportivo Luzerna lleva ya 22 años organizando el torneo con la presencia del Deportivo Alavés y otro rival.

La afluencia de público fue fabulosa. Ya un par de horas antes se veía a mucha gente con camisetas por la villa. Cuando se vendieron 1.800 entradas, se anunció por megafonía que no se admitirían más personas. Cerca de un centenar se quedaron fuera pero se las arreglaron para colocarse en las colinas cercanas o en algunos lugares desde los que se divisaba el partido. Incluso se tiró una valla, cosa que molestó al club, que lo denunció por los altavoces del campo. Se jugó el partido con bastante viento y, en la primera parte, mucho calor.

Los donostiarras afrontaron el choque con bastantes bajas. Las de sus cinco campeones de Europa sin ir más lejos: Remiro, Mikel Merino, Oyarzabal, Zubimendi y Le Normand. También los que se encuentran con la selección para competir en los Juegos de París. En el Alavés, ausencias de los recién llegados y de Sedlar, que sigue convaleciente por una rotura de ligamento cruzado anterior que se le complicó con una pequeña infección en la zona. Y con Javi López preparando las maletas con la intención de jugar en la capital guipuzcoana.

El lateral canario acaparó todas las miradas en la grada. Acudió de calle, junto con Villalibre y Diarra, que va cogiendo la forma tras el fichaje reciente por el club babazorro. García Plaza se ausentó por la enfermedad de su esposa, que le obligó a desplazarse a Altea unos días. Por tanto, llevó las riendas Pedro Rostoll. Lo normal es que se una al grupo el miércoles en el amistoso contra el Valencia y en la concentración de un par de semanas en el complejo Villaitana de Benidorm. El equipo donostiarra parte el lunes hacia Japón.

Comenzó mejor la Real, muy vertical pero sin pegada y Kike en el 20′ de cabeza al segundo palo adelantó al Glorioso. Las cosas se equilibraron después y la Real, que tiene dinamita arriba, consiguió empatar con gran tanto de Brais. El calor apretaba en Laguardia y hubo pausa de hidratación, que dio paso a un intercambio de oportunidades sin gol y el descanso.

Tenaglia cayó lesionado por un golpe en la segunda parte en las filas albiazules y entró Álvaro García. Estamos en los albores de una nueva campaña, con mucha carga física, y era normal que bajara el nivel futbolístico. Imanol puso un once diferente tras el descanso y el Glorioso fue moviendo piezas de forma mas escalonada, un carrusel de cambios que dibujó un amistoso con muy poca continuidad.

Benavídez estuvo a punto de marcar de tijereta y las ocasiones más claras de la Real estuvieron en las botas de Dadie. El cuadro donostiarra apretó en los instantes finales, pero no se movió el marcador. El trofeo se decidió en una tanta de penaltis en la que hasta tiró Owono y se registraron dos errores por bando. En la muerta súbita, marcó Abdallahi y envió a las nubes Ochieng, así que 6-5 final. Se tuvieron que lanzar 18 penaltis.

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