El gran Milan que viene ilusiona
De Ketelaere, fichaje más caro de la gestión Maldini-Massara, se suma al proyecto del campeón de Italia, que mantuvo todas sus estrellas y apunta a seguir creciendo en Europa.
El Milan está volviendo a vivir la ilusión de sus mejores años. El scudetto conquistado en mayo es un orgullo para la hinchada rossonera no solo porque supuso quitárselo al eterno rival nerazzurro. El club ha creado una química extraordinaria con su gente, hablando claro sobre sus posibilidades y demostrando que triunfar sin tirar la casa por la ventana es posible. En las próximas semanas se cerrará la venta de la entidad, que pasará del fondo Elliott a RedBird, pero los movimientos de los directivos Maldini y Massara siguen siendo coherentes.
En el curso pasado, los milanisti salieron campeones a pesar de ser solo el cuarto equipo que más gastaba en salarios (100 millones). Lograron el equilibrio mezclando la experiencia de varios pesos pesados (sobre todo el de Ibrahimovic, cuya llegada lo cambió todo), las ganas de los jóvenes y un sentido de pertenencia que se había perdido. Decir “somos el Milan” ha vuelto a dar miedo gracias al trabajo de Pioli, un normalizador adorado por sus jugadores, con ideas tácticas claras que se volvieron a ver en la victoria ante el Marsella del pasado domingo.
En este verano, se sumaron al proyecto el agente libre Origi, Adli y Charles De Ketelaere. La negociación con el Brujas fue larga y complicada, se cerró por unos 35 millones y ayer el belga vivió su primer día como milanista. Es el fichaje más caro en la gestión de Maldini y Massara, que han logrado mantener a todas sus estrellas y trabajan para más sorpresas. Renato Sanches puede ser la guinda, pero, con o sin él, este Milan será competitivo para sus dos objetivos: llegar más lejos en la Champions y luchar por el vigésimo scudetto, que supondría la segunda estrella. Lograrla antes del Inter sería otro hito.