Era el 9 de julio de 1994, en el partido entre Brasil y Holanda en la Copa del Mundo de Estados Unidos, Bebeto anotaba el 2-0 del partido, acababa de ser padre y no dudo en salir corriendo hacia un lado del campo mientras simulaba cargar a un bebé y meciendo ambas manos y con la alegría en el rostro, el atacante brasileño volteó al cielo y se le sumaron su compañeros Mazinho y Romário. Los tres regalaron una de las celebraciones más icónicas en toda la historia.