2023-24: asentado en Bilbao
Raúl García es uno más en Bilbao. Al finalizar el presente contrato tendrá casi 38 años. Vive en la costa vizcaína y está muy a gusto, cerca de su querida Navarra. Lo normal es que se retire como rojiblanco. En San Mamés, a Rulo se le define, sobre todo, como un tipo "discreto" y "familiar". Una de sus pasiones son los caballos, algo que comparte con su mujer, y que se ha convertido en su gran compañera de este viaje maravilloso. Ambos miman a Kalisto, el caballo que compraron después de un viaje a Holanda. Recientemente soltó eso de: “Estaría encantado de que me suban los impuestos si van a lo que deben”. No lo dice con aire demagógico sino con enorme espíritu solidario sobre el difícil momento económico y la necesidad de ayudar, sin esconder que el fútbol se ha alejado de la gente. No deja de repetir que le gustaría poder recuperar su intimidad, algo cada vez más cercano, como su retirada. Mientras, su hijo Álex empieza a darle a la pelota con mucha vocación. Ante Osasuna, el 19 de agosto, descorchó sus primeros minutos de la temporada, tenía que ser en El Ssadar, ante Osasuna. Su Liga número 20. Solo Soler y Joaquín pueden mirarle a los ojos con semejante cifra. El andaluz los cubrió con Betis, Valencia y Málaga. El lateral, en el Espanyol, Barça, Atlético, Sevilla, Real Madrid, Zaragoza y Mallorca. Un brindis de un trío memorable.