Tommy Ball (1900-1923)
Fue minero en el condado de Durham pero se le daba bien jugar al fútbol, así que el Newcastle, equipo de primera división, le fichó en la temporada 19-20, la primera que se jugaba después de la I Guerra Mundial. En 1920 le fichó el Aston Villa, así que se mudó a Birmingham y alquiló una casa con su mujer no muy lejos del estadio. La relación entre Ball y su casero y vecino, George Stagg, nunca fue muy buena. El 11 de noviembre, tras ganar el partido contra Notts County, Tommy y su mujer fueron a tomar algo a un pub local. Cuando regresaron a casa, el futbolista sacó a pasear a su perro y entonces su mujer escuchó una discusión y un disparo. Cuando salió se encontró a su marido moribundo en el jardín y escuchó un nuevo disparo antes de ver a su casero meterse en su casa. Detuvieron a Stagg de inmediato y durante el juicio siempre sostuvo que fue un accidente, intentando desacreditar a la víctima. Fue condenado a la pena de muerte, que fue conmutada por cadena perpetua.