Weir, la estrella inadvertida

Llegó del City como una más y hoy brilla como ninguna otra. Introvertida ante los medios de comunicación e indomable sobre el terreno de juego. Carolina Weir (Escocia, 1995) guio al Real Madrid hasta la primera final de su historia merced a un doblete y una asistencia, a Toletti, en la semifinal disputada el miércoles ante el Athletic. Sus estadísticas lo dicen todo: ha anotado 28 tantos y repartido otros 17 en sus 41 partidos jugados con la camiseta blanca.

Está en el mejor momento de su carrera y ha sido la futbolista más determinante de la Liga F, pero rehúye de su papel como gran estrella de esta Final Four de Copa celebrada en Butarque: “No creo que lo sea, no escucho demasiado lo que dice la gente. Estoy metida en la burbuja del equipo, hay muchas jugadoras importantes en este club y las necesitaremos a todas para ganar”.

Sus palabras son las de una líder de vestuario centrada en el interés colectivo. “Tengo confianza en cada una de las jugadoras que está en el equipo, mayores y jóvenes, hay mucho talento; y sí, estoy muy motivada con la final y el resto de jugadoras están igual”, explicaba en su idioma natal después de atreverse a contestar a la primera pregunta de la rueda de prensa en castellano. “Estoy muy contenta y con muchas ganas de jugar la primera final de la historia del Real Madrid femenino”, dijo una Weir que tiene gran parte de culpa de que las blancas luchen hoy por alzar el título.

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Tanto su entrenador Alberto Toril como el del rival, Manolo Cano hablaron de la capacidad de la escocesa para ser letal cerca y dentro del área. Además, el preparador cordobés quiso destacar su buena adaptación a la cultura española: “No es fácil para una jugadora que llega desde Reino Unido hacerlo tan rápido. Espero que se quede muchos años, porque la estamos disfrutando no solo los madridistas sino también el fútbol español”. Mientras ella huye de los focos, todos la persiguen. Weir lo tiene claro: “Mis números no servirán si no ganamos la Copa”.