“Vamos de la mano de Guardiola en el City”

Laia Aleixandri (Santa Coloma de Gramanet, 2000) es una pieza insustituible en esta nueva era de la Selección. Se quedó sin Mundial, pero la jugadora del City tiene un futuro prometedor por delante. De la cantera del Barça a brillar en la Women Super League con tan sólo 23 años.

Vaya momentazo el suyo, titular en el City y en la Selección...

Es pronto para hacer un balance de la temporada, y todavía más ahora que estamos en el mes más bonito de competición. Pero sí estoy contenta, a gusto y con confianza en el City, que es donde estoy en el día a día. Es el trabajo lo que da esos frutos. El fútbol no depende de uno mismo, pero el día a día que tengo en el Manchester City lo puedo trasladar cuando vengo con la Selección. En ese sentido bien, estoy con confianza y disfrutando.

¿Ha dado un salto de calidad?

Cuando decido salir del Atlético de Madrid, de lo que es la liga española, se me plantea un gran reto. No sólo por lo futbolístico, también por el tema personal. Me hizo mejorar como persona y como jugadora. Creo que Laia está haciendo una evolución, estoy rodeada de jugadoras increíbles. Me gusta seguir creciendo, nunca me siento en mi máximo.

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¿En el City se crece?

A diferencia de la liga española, en la de Inglaterra la toma de decisiones es más rápida. El ritmo, el físico, me ha ayudado a dar un paso adelante. Los primeros cuatro o cinco meses fueron difícil. Y eso que me ayudó entrar en el equipo rápido. Allí ven otro tipo de fútbol, se comunican diferente. Parecen tonterías, pero el lenguaje, el idioma, el clima… cuando te plantean fichar por el City, no te dicen todo eso. El clima afecta a nivel emocional, anochece a las tres, te pasas una semana sin ver el sol. Eso afecta. Cambias tu vida.

¿Cómo fue fichar por el City? ¿Qué le ofrecieron?

Lo que más me llegó es que me transmitieron su idea de juego. Me dijeron que era la pieza que les faltaba. La veían reflejada en mí. Era dar un paso más en este equipo que necesitaban esa figura.

¿Cómo es el City?

Hay muchísimos españoles, cuando llegué aluciné: “Te presento al cocinero, Asier, a la directora de márketing, Nuria”. Yo que venía a aprender inglés (risas) y no voy a poder. Te hace la adaptación más fácil. Como club nos acompañan en todo, así como el equipo masculino. Muchas veces se pasan a vernos entrenar, van muy de la mano de nosotras. Las instalaciones son brutales.

Entonces ve a Rodri, Guardiola…

Sí, claro. Por el calendario hay veces que es difícil, sobre todo ellos que no paran. Pero el otro día por ejemplo estaban Grealish y De Bruyne viéndonos entrenar. Coincidimos en cuanto a campos, están dos campos más allá. Me encanta quedarme a verlos, sentir a Pep de cerca. También ves la filosofía del club.

Los vídeos de Pep en el vestuario se hacen virales...

Eso lo transmite Pep, pero en el femenino hay el mismo mensaje. Se trasmite.

Llega la eliminatoria contra el Madrid, ¿cómo lo ve?

Mánchester y el fútbol hay que vivirlo. Es algo que se ve todos los fines de semana, tanto para el City como para el United. Llegan a la ciudad masas de gente por el fútbol. Imagínese cómo se presenta una eliminatoria ante el Madrid. Son dos clubes y dos equipos a día de hoy con las mejores plantillas. Me cuesta mojarme. Voy a poder ir al Etihad, estoy super contenta porque va a ser un partidazo. Apoyaré al City, a mi club. Cualquiera de los dos puede ganar.

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Esa competencia City-United es algo que no había vivido nunca...

No, es que no sé ni cómo describirlo. He jugado derbis Real Madrid-Atlético y se nota que está creciendo. Pero allí es brutal. No es sólo fútbol femenino. Es el City contra el United, es defender a tu escudo. Una pasión que lo viven por dos.

Tiene un apoyo muy importante en Mánchester que es Lucía, jugadora de United. ¿Entienden allí que sean amigas?

Ellos saben de nuestro profesionalismo, nunca ha habido ningún problema. Nuestras compañeras lo saben, de la relación que teníamos de antes y que ahora somos rivales directos. Dentro del campo todo se aparta. Podemos ir por la calle, de hecho, vivimos en el mismo edificio. Ningún problema.

Hable de sus incios…

Mi padre siempre dice que parece que nací con un balón. Le decía a mis abuelos y a mi madre que se pusieran en el pasillo a jugar conmigo. Siempre jugaba en la plaza del Ayuntamiento hasta que un padre me fichó para su equipo. Hasta los 12 jugué con chicos, tuve mucha suerte.

Y le llamó el Barça

Fue gracias a la selección catalana Sub-12, con la que me vieron jugar con chicas ya. Podía compaginarlo, podía vivir en Santa Coloma de Gramanet, que está cerca de Barcelona, podía ir y venir todos los días, seguir en casa.

Una época en la que coincidió con muchísimas de las que ahora son sus compañeras de selección.

Disfruté como una niña. Jugábamos y ganábamos. Estaban Aitana, Ona, Berta Pujadas, Candela Andújar, Ana Torrodá… una etapa de crecimiento, pero sobre todo de disfrutar.

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¿Era el club de su corazón?

Sí.

Y tuvo que dejarlo.

Sí, tuve que tomar una decisión… Una chica que es de Barcelona, que siempre ha ido con su padre a sentarse al Camp Nou a ver jugar al Barça. Tener que decidir entre quedarme, la opción fácil, no tener que salir de casa... O con 17 años pensar en dar un paso adelante. Muchas de esas jugadoras que estábamos en ese Barça B sentíamos que teníamos que dar un paso más. La única opción era salir para coger ritmo de primera. Fue difícil tomar esa decisión, pero me hizo bien. No sé qué hubiera sido de mí si me hubiera quedado en el Barça, pero me aportó seguro.

En La Roja tiene al lado a Irene Paredes.

Es una cosa muy positiva, nos trasmite a todas, nos hace engancharnos a ella. Es un lujazo. Siempre te hace mejor estar al lado de jugadoras así. Lo exprimo al máximo.

¿Qué referentes tuvo? ¿Masculinos y femeninos?

Justo cuando fiché por el Barcelona empecé a tener uno femenino, tenía el primer equipo más cerca, fue Virginia Torrecilla. Me gustaba muchísimo cómo ayudaba al equipo, cómo lo movía, y defensivamente. Era un equilibrio. Antes fue Xavi, lo que veía antes… Es muy difícil quedarse con una. Leah Williamson. Me ha sorprendido Lauren Hemp. Alex… Estar en Inglaterra es una experiencia, aporta muchísimo a nivel de visibilidad.

¿Sanó la herida que tuvo con el Mundial?

Sanar o no, es algo que siempre quedará en mí. Creo que las personas tendemos siempre a quedarnos más con lo malo que con lo bueno. Yo lo recuerdo con bastante lástima. Lo miro y pienso: “Mis compañeras han sido campeonas del mundo”. Yo he estado en ese grupo… pero no viajé. Te sientes parte, pero a la vez no he vivido esa experiencia. Me lo he perdido. Sanar o no, queda en mí. Ahora tengo que sacar el lado positivo, cómo afrontar una situación así. Más que sanar, es afrontarlo y saber la realidad de lo que pasó.

¿Lo vio?

La primera parte me tocó de vacaciones, nunca había tenido unas vacaciones tan largas. Aproveché para desconectar. Ya para cuartos, semifinales y final estaba empezando a entrenar y me reenganché.

¿Se alegró?

Sí. Había compañeras allí que las conozco desde los 12 años. Y al resto. Además, sabía que iba a ser un empujón definitivo para el fútbol femenino. No es fácil y han hecho historia.

Ahora le toca a usted, Laia.

Claro, vamos a por todo.

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