SELECCIÓN | CARLOTA PLANAS
“Una jugadora mía en el Mundial multiplica su valor...”
Carlota Planas, agente de jugadoras como Mariona, Patri, Pina, Lola o Leila, habla de sus inicios y admite el filón que es hoy en día el fútbol femenino. “Es un negocio, puedo sobrevivir...”
Carlota Planas (Barcelona 1992) es una de las representantes que apostó por el fútbol femenino cuando nadie lo hacía. Cuando nadie creía en las jugadoras ni en el poderío del que gozan hoy. Esta joven catalana (31 años), amante del fútbol desde niña, no quería desligar su vida de su pasión. Por eso pasó por el periodismo, hizo de scouting y probó el márketing deportivo hasta encontrar su sitio al lado de estrellas como Patri Guijarro, Leila Ouahabi, Lola Gallardo o Claudia Pina, algunas de sus clientes.
“Vivía en Portugal. Con 10 años me cambié el nombre a Carlos y me corté el pelo para poder jugar un torneo escolar. Fui el mejor jugador. Luego lo conté, ‘soy una chica’. Se montó alboroto. Me vine a Cataluña y ya pasé a jugar con chicas, en España sí había. Debuté en Primera división de fútbol sala con 15 años. El fútbol era mi pasión, y me ha salvado en muchos momentos de mi vida”, comenta sobre sus inicios.
El fútbol era solo un hobbie para ella, por eso pronto fue encontrando su faceta en él. “Empecé a estudiar, me becaron en la Pompeu por la nota alta en selectividad. Pude hacer doble licenciatura. Escogí periodismo porque veía que había mujeres y ADE por mi carácter. Me interesaba saber llevar una empresa. Acabé la carrera e hice las prácticas en AS. Me enseñaron muchísimo. A las dos semanas me mandaron al Camp Nou a un partido del Barça. No sabía ni entrar por la zona de prensa. Me dijeron ‘vuelve con una entrevista’. En la zona mixta era el último mono. Pero cuando pasó Dani Alves me lancé a hablarle en portugués. ‘¡Dani, para!’. Fue una entrevista genial, se explayó. Aprendí como era el fútbol en los medios. Estuve cerca del mundo Barça. Conocí a Rosell, a gente de la directiva. Me ofrecieron hacer el scouting de África e informatizarlo todo el sistema. Me fui a Senegal. Allí fueron 24 horas de fútbol, aprendí de todos los que había del Madrid y de otros equipos. Daba tumbos”.
Al márketing deportivo
Así, poco a poco entró de lleno en el mundo del fútbol. “Empecé a conocer a los jugadores. Todos tenían agentes... pero en el día a día, en los eventos, estaban solos. Nadie se los movía. Los jugadores del Barça tienen esta carencia, nunca me lo hubiera imaginado. Empecé a trabajar con Rafinha, Ronaldinho, Alves, Coutinho... el clan brasileño. Me adentré en el marketing deportivo y fue en lo que me especialicé cuando terminé ADE. Me gustaba más que el periodismo”, recuerda.
En 2018 decidió lanzarse y crear una empresa con el apoyo de unos socios inversores. “Yo era modelo de varias marcas deportivas y grababa anuncios con Iniesta, Neymar... y les decía que era raro que no hubiera ninguna jugadora profesional en vez de mí. En 2018 decidí fundar la empresa. Firmamos a 120 atletas y cerramos más de 60 campañas. Yo siempre iba con el mensaje de que un perfil real llega más, y las marcas terminaron entrando. La primera en firmar fue Leila Ouahabi con Nike. De cada sí escuchaba 100 noes. ‘Esto no funciona, el fútbol femenino no vende...’. Ahí tenía que tirar de discurso, y ahora ha pasado a ser un negocio. Ya no lo tengo que vender, se vende solo. La fuerza nos la han dado los resultados”.
Planas reflexiona sobre el cambio tan profundo que ha vivido la industria del fútbol femenino. “El empujón del Barça ha dado un impulso. Ahora se dan cuenta de que cuando trabajan con una jugadora y de que lo que les vendemos es verdad. Yo antes tenía que rogar y mandar 100 mails, y ahora nos reclaman constantemente. Desde 2020 empezó a funcionar”. En 2020 le llegó el momento de especializarse en fútbol femenino. Por eso creó Unik Sports Management, que esta misma semana entró en la lista Forbes. “Me quería especializar. Quería estar con ellas para todo. Con Leila, Patri, Claudia, Lola... lo que me pidan. Me llaman para todo, lo pueda solucionar o no, pero pasa por mí. Aunque sea una rotura en una cañería. Lo derivamos y mandamos a alguien para que lo arregle”.
Lo que comenzó como una apuesta ha pasado a ser una forma de vida similar a la de los agentes de fútbol masculino. “Es un negocio, puedo sobrevivir. No sólo estoy con ellas en verano o en el mercado, estoy todos los días del año. Las campañas empezaron por producto. No veíamos un duro y pagábamos el viaje. Pero la apuesta salió bien. Es un privilegio trabajar con ellas, estar a su lado. Ayudarlas a que lleguen a dónde su talento les deje. Ahora mismo el fútbol femenino es un filón en el que invertir. Con el Mundial, con la Champions... creceremos aún más. Que Alexia gane un Balón de Oro también ayuda. El crecimiento es global y no va a parar”.
Selección
Planas y varias de sus jugadoras han sufrido en los últimos meses con el tema de ‘las 15′. Ella ha sabido manejarse bien. “Partimos desde el respeto. Yo las escuché y las entendí. Vi de qué manera las podía ayudar. Les di mi opinión. Creo que hubo un error al englobarlas a todas juntas. No son 15, es una más una más una... cada una tiene su historia y sus motivos. No es lo que piden las 15, es lo que pide Patri, o Mariona, o Aitana”.
Una de sus jugadoras, Patri Guijarro, brillante en la final de Champions, no está en el Mundial por decisión propia. “Claro que duele. Se está sacrificando por un bien mayor. Me saco el sombrero con ellas y también con las que han decidido estar disponibles. Hablaron lo que tuvieron que hablar y tomaron su decisión. Mariona sintió que tenía que ir, y Cata igual. Lo más importante es que se respetan entre ellas. Que una de mis jugadoras esté en el Mundial significa que su valor automáticamente se multiplica. No sólo el deportivo, también el comercial. Muchas de ellas están sujetas a contratos, y si van a un torneo como este tienen primas. Y por último, si quieres estar en la cima, tienes que jugar las mejores competiciones”.
Carlota cierra la entrevista con AS con muchas llamadas en espera. Su agenda en esta época del año está al rojo vivo. “Es el año que más he trabajado en un mercado de verano, no solo por el número de transferencias, sino también por el valor de las mismas”, confiesa.