Sheila, tocada por el Mundial: “Pasé meses con depresión y ansiedad”

La historia de Sheila García no es tan idílica como la de sus compañeras de Selección. La defensora se quedó a las puertas del Mundial. La de Yunquera de Henares entró en la prelista Jorge Vilda pero sólo unas horas después vino la peor noticia: no estaba apta y abandonaba la concentración.

Su rodilla derecha no dio tregua. Ese 20 de junio a Sheila se le cayó el mundo encima. Tras meses cuidándose, se quedó sin su sueño. En esta ventana regresa con La Roja y lo hizo con gol incluido ante Bélgica. La futbolista, que admitió que pasó por una gran depresión, volvió a respirar en Lovaina.

“No me lo creo lo del gol ni yo ni mis compañeras. Desde el momento en que me mandaron a calentar estaba 100% para el equipo. Voy de menos a más, he pasado por meses muy complicados que me han quitado confianza. Estoy aquí y quiero dar gracias a la seleccionadora por darme el pequeño impulso para estar en esta convocatoria. Creo que he perdido confianza por la lesión que tuve, me tiré seis o siete meses fuera. Pero lo que he dicho antes, voy de menos a más y que mi confianza va aumentando. Meter este gol es un impulso”.

Sheila no está sola, durante estos duros meses ha tenido apoyo. No ha dudado en tirar de ayuda profesional. “Mi refugio es mi familia, y con recursos y herramientas de mi psicóloga. Era normal que me llegase esto que me está llegando. Lo que viene por delante me da fuerzas, mi futuro es un plus de motivación, voy a caer bien. Ahora mismo estoy muy contenta en el Atlético de Madrid, ya se verá todo”.

Ahora el foco se centra en su futuro, del que mucho se habla: “¿Real Madrid? Yo estoy trabajando para mí, para sacar mi mejor versión, sé que estoy muy cerquita. Lo que vaya a pasar después del 30 de junio todavía no lo sé. Me cuesta apartarme de todo este revuelo mediático, soy una persona que no me meto en jaleos. En los medios de comunicación estoy en un segundo plano. Sí, claro que me afectan los comentarios. Si tiene que ser así, soy futbolista y soy profesional. Tengo que acarrear con ello. A partir del 30 de junio haré, ahora voy a estar en mi club”.

Todavía le cuesta hablar a la lateral sobre su ausencia en la cita mundialista. Un duro golpe cuando lo tenía cerquita. “Montse es la que me da la confianza para poder estar aquí, me conoce desde hace muchos años. Se lo agradezco muchísimo. El tema de quedarme fuera del Mundial (pausa) por cosas que no puedo controlar… se me complica. Pasé seis meses con depresión. Y con ansiedad. Pero por suerte creo que voy yendo de menos a más”.

Sheila no estuvo sola anoche en el Den Dreef de Lovaina. Saltó al césped tras el descanso y no falló. Incluso se unió a la fiesta del gol con un cabezazo cuando las belgas despejaron un córner. Todas fueron a felicitarla, a abrazarla. Jenni incluso la cogió en brazos. Las otras 22 saben el infierno que vivió la rojiblanca. Había que celebrarlo, se lo merece. “Jenni me ha felicitado, la que más. Le doy las gracias. Sabe cómo llego a esta concentración, con muy poca confianza. Ellas, todas, siempre están ahí para animarme, aunque yo soy una persona muy introvertida. Este vestuario tiene desparpajo, ambiente, fiesta. Todo lo positivo que pueda decir de ellas, son las que levantan al equipo”. Arropada, con la energía de las campeonas del mundo, Sheila volvió a sonreír, vuelve a respirar. Tan necesario…

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